-Tenemos que irnos -dijo christian separándose un poco de victoria- No es prudente que nos vean
Ella solo asintió con su cabeza.
Al llegar al carruaje christian la ayudó a subir y rápidamente partieron regreso a casa, aún estaban embriagados por la pasión desbordante del beso que unos minutos ante se habían dado. No pronunciaron ni una sola palabra, no era necesario cuando sus miradas hablaban por si solas. La noche comenzaba a ponerse fría y el cielo estaba ya haciendo ruidos. De repente un terrible trueno sobresaltó a victoria; de estar en trance, pasó a estar completamente asustada. Pronto comenzó a sentir el helado viento que se colaba por la ventana del coche y comenzó a temblar.
-Estás bien? -preguntó christian al verla asustada-
-No, tengo mucho frío
-Ven, déjame abrigarte -le dijo christian mientras se sentaba a su lado y la cubría con su suave abrigo-
Victoria alzó la mirada y se cruzo con los hermosos ojos negros de christian, estaban tan cerca, no dejaron de mirarse ni un segundo. Christian la tenía en su poder, sus brazos la estaba rodeando por completo. Ella nunca había estado tan cerca de un hombre, y ahora estaba casi pegada al pecho de quien menos ella lo esperaba. A pesar de la poca luz que había en el carruaje, christian, con un rayo de luna que lograba entrar allí,podía contemplar cada facción del rostro de victoria, sus hermosos ojos verdes brillaban con intensidad. La joven sabía que debía tratar de apartarse, pero tenerlo así era la sensación mas extraña y fascinante que había concebido, quería seguir disfrutando de esa cercanía, quería tocarlo, quería sentir su calor y sus brazos en ella. Su corazón comenzó a agitarse cuando vio que christian decidido se acercaba cada vez más, ni un solo instante apartó la mirada de ella. Lentamente sus labios volvieron a cruzarse, haciendo que victoria soltara un leve gemido, el marqués entonces apretó más el cuerpo de victoria hacia el, el besos se tornó mas y mas apasionado, hasta que un brusco movimiento del carruaje los hizo separarse. El coche se detuvo y antes de que el lacayo se acercara a la puerta, christian volvió de nuevo a su puesto, frente a victoria.
-Disculpe señor, pero tardaremos un poco en regresar, debido a la lluvia, el camino está un poco difícil de transitar. Solo espero que sean pacientes. -dijo el señor-
-Pensé que habíamos llegado ya... está bien, solo procura irte con cuidado, los caminos se ponen bastante feos cuando esto pasa. -respondió christian-
Estoy en serios problemas, esto quiere decir que estaré sola, con christian aquí, que voy hacer... con cada beso me vuelvo más débil -pensó victoria-.
-Estas bien victoria? -le preguntó christian acercándose nuevamente-
-Sí, solo pensaba...
-victoria, discúlpame por ser tan impulsivo, no quiero pensar que te incomodé con lo que hice, y sé también que no está bien que lo haga, pero...
-Pero qué?, no te quedes callado ahora por favor -le suplicó ella-
-De verdad quieres que te diga que es lo que me pasa?
- La verdad sí, me encantaría porque me confundes, un día estas bien, al otro te molestas, luego me besas.. no te entiendo
-Victoria, siento que no puedo vivir sin ti estás dentro de mi, no sé que me hiciste pero no logro tener paz, mi vida cambió, tu me cambiaste... llegaste a mi y me transformaste. Necesito de ti, te necesito a ti en mi vida - le dijo christian, y en un impulso se lanzo a victoria y nuevamente la besó.
-Te quiero christian -dijo victoria apartándose de él-
-Yo también te quiero, no sabes cuanto victoria, te quiero para mi, no puedo ni siquiera imaginarte con otro hombre-
-christian esto no está bien, sé que la única que saldrá herida voy a ser yo. No quiero salir lastimada por ti.
-Sé que no está bien victoria, pero no esta en mis mano esto que siento -Dijo él intentando besarla, pero victoria esquivó-
-No lo hagas más, te lo pido -dijo ella cabizbaja- Mejor hablemos de algo diferente
Para victoria, la respuesta de christian la había destrozado, no era lo que esperaba. Quería que él hiciera todo para estar con ella, lo quería suyo, y saber que él había aceptado el hecho de poder lastimarla, era algo que simplemente le había quebrado el corazón.
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VICTORIA (¿Y si te quedas qué? 1)
Historical FictionDespeinada, loca y a toda risa; así era la vida de victoria collingwood, una chica de 20 años a la que no se le hacía fácil guardar compostura. Tenía un serio problema a la hora de comportarse, le costaba seguir las reglas implantadas por la estr...