Capítulo 8

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-¿Quién es ella?-preguntó Adara, mirando con curiosidad a Yui.

Yui se estremeció ante la imponente mirada de Adara. A pesar de parecer una niña muy adorable, su mirada parecía clavarle espadas desde todas las direcciones. Y eso la incómodo un poco, sonriendo a sus adentros con incomodidad.

-La comida.-susurró Ayato, llevándose la atención de Adara.

-¿La comida?-preguntó ella de vuelta, mirando a Ayato con confusión y con algo de indignación.

-Ayato.-habló Reiji, llevándose la mirada de su hermana.
-Ella es Yui, una nueva integrante de la familia.-dijo Reiji, con sus ojos cerrados sin dejar de cortar la carne que se encontraba en su plato.

Raito no apartaba la mirada de Yui, haciéndola incomodar. La mirada fija de Adara sobre el muchacho hizo que este se incomodaba un poco.

-Un gusto.-dijo Yui, mirando a Adara con una tímida sonrisa. Otra vez la nila posó sus intimidante ojos sobre ella.

-Soy Adara, la hermana menor.
-saludó ella, con una sonrisa fingida. Había algo en aquella linda chica que no le agradaba, como si la hubiera visto anteriormente.
-Y dime, ¿cuando te irás? Porque no te quedaras aquí para siempre, ¿o si?-preguntó, metiendo una cucharada de comida a su boca. Con una inocencia fingida.

《No le agrado...》 pensó Yui, con una sonrisa timida.

Yui pareció querer contestar, pero recordó lo que los vampiros le dijeron.

"Nunca te iras, permanecerás aquí por siempre."

-Eh... -tartamudeó la rubia, tratando de pensar en algo.

-Ella se quedara aquí, Adara.
-Habló Reiji, sin dejar que Yui diga algo.

-Reiji, querido, Yui tiene boca, ella puede decírmelo.
-dijo Adara, mirando enojada a su hermano, quien se enojó igualmente, creándose un ambiente tenso entre los dos hermanos. ¿Por qué rayos la niña comenzó a actuar así?

-Si, me quedare aquí,
Adara... -chan.
-interrumpió la pelea de miradas Yui. Librando a todos del momento de tensión.

-Qué... alegría.-dijo Adara, forzando una sonrisa. No, definitivamente había algo en ella que no le agradaba.

Yui le sonrió y término de comer.

-Yui, en tu habitación está tu uniforme, vendrás al instituto con nosotros.
-explicó Reiji, sin apartar la mirada de su plato.

-Está bien.-dijo Yui, levantándose de su asiento y caminando hacia su habitación.

-Esa chica perece haber nacido con miedo hasta de su propia sombra.-se burló Adara, llevándose la ultima cucharada a la boca, escuchando como sus hermanos reían a excepción de Reiji, quien la miraba molesto.

-Adara, no debes burlarte de las personas.-dijo Reiji, sin apartar la mirada de su hermana.

Adara le enfadaba la presencia de la chica, no quería que ella esté ahi. Un pensamiento de miedo apareció, pensando en que aquella chica podría quitarle a sus hermanos.

-Si, si, como digas, mamá.
-dijo Adara, haciendo un ademán y levantándose de su asiento.

-Adara, tienes que comportarte. ¿Qué te esta pasando?
-preguntó Reiji, interrumpiendo el caminar de la niña, quien respondió sin a penas voltear su cabeza.

-Ella es lo que pasa. ¡No quiero que esté en mi casa!
-exclamó la pequeña, dándose la vuelta y mirando a todos sus hermanos con enojo.

-Adara, ésta no es solamente tu casa. No tienes que hacer berrinche por Yui, jovencita.
-regaño Reiji, alzando su tono de voz, se do observado por todos los integrantes de la familia con interes.

-¡No estoy haciendo berrinche, joder!-exclamó casi a gritos la pequeña. Llevándose la mirada de todos los presentes, quienes la miraron con un rastro de sorpresa.

-Adara, cuida tus palabras. Ahora ve a tu habitación y cambiate para el instituto, ¡Ahora!-ordenó Reiji,
alterado, golpeando la mesa con fuerza y haciendo que Adara se asuste.

Los ojos de la menor se llenaron de lágrimas, pero decidió no llorar, no lo haría frente a ellos, así que pasó su mano por su mejilla con fuerza, haciendo que ésta se ponga roja de la gran presión que aplicó ella.

-¡Bien!-gritó Adara, enfadada, haciendo que las expresiones de sus hermanos cambien, a una de sorprendidos. Nunca habían visto a Adara dirigir una mirada de odio hacia otro hermano. Hasta Reiji se dio cuenta de eso, dejándolo con la boca entre abierta.

Adara corrió, unas cuantas lágrimas rebeldes caían por sus mejillas, entró a su habitación y dió un potente portazo, que por un momento creyó que la puerta se caería.

-Estupido Reiji, ¿Qué se cree? Agh, lo odio. -dijo exaltada, acercándose hacia su cama y tomando su uniforme, para luego entrar a la habitación de baño y darse una fría ducha, despues de unos minutos salió de la ducha y se cambió en el cuarto de baño, cuando alfin estuvo lista decidió salir del lugar, sorprendiendose al encontrar a Raito acostado en su cama ya con su uniforme puesto y una gran sonrisa que dejaban a la vista su perversión.

-¿Qué quieres?-preguntó con seriedad la pequeña, dándole la espalda y peinando su largo cabello.

-¿Porqué estas enojada,
Adara-chan?
-preguntó Raito, parándose de la cama y acercándose hasta donde estaba su hermana, poniendo ambas manos en los hombros de esta.

-Ella... no quiero que ella esté aquí. -susurró, bajando su mirada. Una sonrisa apareció en en el rostro de Raito.

La idea de que su pequeña y adorable hermana estuviera celosa le pareció muy excitante, sonrojandose ante un pensamiento perverso que cursó por su mente.

Eso lo había excitado.

Hermana menor: Experimento [D.L] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora