La vieja olvidadiza.

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La vieja olvidadiza.

En casos como el mío es bueno ser olvidadiza porque puedes olvidar todo. No sientes odio hacia nadie, no estás triste. Simplemente por que todo se te olvida. Hay veces que estoy triste, puedo llegar hasta a llorar, por cualquier razón, la más mínima, y luego de un rato estar como si nada pasó. No sentirme triste o enojada, como si me faltará algo, solo, nada. Se me olvida que hace cinco minutos estaba llorando, y continúo haciendo lo que estaba haciendo sin preocuparme de nada. Hasta que vuelve a pasar. Hasta que recuerdo. Recuerdo eso que me pasó, eso que me hicieron y vuelvo a caer. Vuelvo a llorar como si no hubiera un mañana. Me alejo de las personas, no molesto a nadie, y luego, vuelvo a comenzar. He llegado a pensar que soy masoquista ya que le podría poner un alto, podría pararlo cuando quiera, pero, no sé cómo hacerlo. Lo he intentado desde siempre, pero, nunca he podido. Y eso me da más rabia, y muchas veces esa rabia me da ganas de llorar, y esas lágrimas, ese llanto me dan más rabia y aún más ganas de llorar, es, lamentable un círculo sin terminar. Y ya estoy convencida que nunca terminará. Pero que les puedo decir, imagínense en mi situación donde lo único que de verdad te importa. Te falla. Eso o ese por el cual darías todo, por el cual darías tu vida. Te falla. ¿Dime tú, qué harías? Lo mejor que pude hacer yo fue escribirlo, desahogarme indirectamente sin decir mi problema en sí, y quiero agradecerles si han llegado hasta aquí, si lo llegaron a leer completamente. Gracias, de su escritora a ustedes.

-Karla P. Batista Serrano

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