⚜️Capitulo 4⚜️

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El ruido de una aspiradora lo despertó de golpe, provocando que se sienta nervioso. Busco con la mirada de dónde provenía, encontrándose con dos señoras las cuales le sonrieron, siguiendo con su limpieza. Intento corresponder la sonrisa aún algo dormido, buscando enfocar su visión en el reloj, ¿Qué hora era? Abandonó la cama, decidiendo encerrarse en el baño. Se dio un rápido baño, cambiándose de prendas. Ya más despierto, decidió dirigirse a la cocina, debía encontrar a Mon.

- Buen día.- Saludaba a otras ancianas que se encontraban aseando en diferentes zonas de la casa. - Uhm... Disculpe...- Estaba por preguntar por él, cuando lo vio aparecer por la puerta principal.

- Está comenzando a helar.- Se sacudió, ingresando a la desinfectadora. - Buen día.- Le sonrió al verlo. - ¿Acabas de bañarte?- Se acercó rápidamente, deslizando su barbijo, dejando descubierta la boca y la nariz, la cual a causa de la cercanía había llegado a rozar sus cabellos. - ¿Cómo es que siempre hueles tan bien?- Inhalo profundamente, siguiendo su camino, para desaparecer por el pasillo. Todas las señoras de limpieza observaban a Seokjin atónitas, mientras que el seguía en su lugar, sin entender por qué lo miraban así. Luego de unos segundos decidió ir a buscarlo, debía preguntarle unas cosas.

- Mon...- Lo llamo, recibiendo respuesta desde una habitación. - Buen día...- Lo saludo con una reverencia, manteniéndose en el marco de la puerta.

- ¿Y tú barbijo? ¿Y tus guantes?- El agente le cuestiono sin siquiera observarlo.

- ¿Y tu ropa?- Se defendió al notar que el contrario se encontraba tan solo vistiendo su pantalón. Su piel era de un tono tostado, y era la primera vez que veía sus manos desnudas.

- Estoy en mi habitación, e iba a bañarme. ¿Qué me respondes tú?- Enarco una ceja, tomando roma de un armario.

- Yo... Olvide colocármelos cuando salí del baño...- Agacho la mirada vencido.

- ¿28•6 cuál es tu color favorito?- Frunció el ceño al recordar que la pregunta ya se la había respondido.

- Dije que negro.- Se encogió de hombros aun mirando el suelo.

- No es verdad, Seokjin, me doy cuenta si mientes.- Abrió los ojos, sorprendido, al escuchar su nombre. - Negro es mi color favorito.- Se acercó, dejando pocos pasos de distancia entre ellos. - Mírame.- Obedeció, mirándolo.

- ¿Por qué negro no puede ser mi color favorito también?- Se cruzó de brazos, retrocediendo un paso.

- Rosa. Tu color favorito es rosa.- Aseguro dando media vuelta. Su cuerpo se tensó enseguida. Rosa era realmente su color favorito, nunca lo aceptaba porque siempre acostumbraba a recibir bromas acerca de ser femenino, de que era un color para mujeres. - No dejabas de mirar mi pelo, lo sabía.- Lo escucho reírse, y su corazón comenzó a acelerarse, el también iba a burlarse de él, como el resto de las personas. Dio media vuelta con la intención de encerrarse en su habitación hasta la noche, siendo detenido por la voz contraria. - Seokjin.- Giró a mirarlo asustado, encontrándose con un brazo tendido hacia él. Desde su mano colgaba un barbijo, el cual tomó con cuidado, sin rozar la piel del agente. - Rosado es un color muy hermoso, va muy bien contigo.- Le guiño un ojo, alejándose para ingresar al baño. Sonrió aliviado, colocándoselo. Comenzó a caminar regresando a su cuarto, sentándose junto a su erizo.

- Kobu...- abrió la jaulita, dejándolo salir. - ¿Te gusta?- Señaló el barbijo achinando los ojos a causa de la sonrisa que tenía en su rostro. - No puedes verlo... Pero es rosado...- Acarició el estómago de su mascota, recordando que a causa del barbijo y demás, no había preguntado lo que quería realmente. Negó sonriendo, luego se ocuparía de eso. Abandono a Kobu en su casita, higienizándose las manos, dejando que la desinfectadora hiciera el trabajo. Se colocó dos pares de guantes, esperando en la cocina al agente.

☽ when you touch me ☾ namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora