DOS | ¡No me mates!

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Cuenta Emma.. ¡CUENTA!

A ver, retrocedemos. Escuchando los regaños de papa se me paso la mañana, Hugo parecía lapa pegado a mi, cuando pregunte por mamá el se puso tenso y dijo que había salido.

Entonces creí que me salvaría del mega-ultra-hiper-regaño de mama. Pero no, ahora estoy aquí, recibiendo el hermoso, Claro Emma, Claro, regaño de mama.

Ella parecía estar muy exaltada, pero para mi era normal recibir este tipo de regaños, digo; casi siempre, pero con menos intensidad, mi madre me regaña.

Mamá se fijó que estaba distraída y se cruzó de brazos— ¿Me estas escuchando? — La jodiste Emma.

—Ahhh... No.. —Baje los hombros y la mirada, Mamá hace movimientos con las manos soltando maldiciones entre murmureos.

- No puedes salir, estas castigada. Kathleen no puede venir y no saldrás has nuevo aviso. - Sin más, salió de la habitación dejándome en ella dentro.

( . . . )

La semana, paso rápido, Claro Emma, Suuuuuper rápido. Y había decidido ir con mis padres.

Había pensando en aquella mujer enmarcada y la cagá sensación de conocerla que me había traído ella. Sus ojos, su pelo, sus facciones.  Toda esa mujer se me hacía conocida.

Antes de tocar la puerta la veo entre abierta y me acercó a ella, logró ver a Mamá y a Papá.

—Adrien... No puedo, había sellado mi poder al dejar de transformarme. El miedo me esta descontrolando. — Sollozo mamá.

Me sorprendo, mamá jamás había llorado, o por lo menos no frente a nosotros. — Tranquila.. ¿Calma, si? — Se trató de acercar pero mamá se aleja. —Marinette, Calmate.  No podemos arriesgarnos de nuevo.— ¿Arriesgarnos? ¿A que se refiere? Huele mal esto Emma, será mejor que nos devolvamos, no creo que sea buena idea seguir escuchando.

Ignorando la voz de mí cabeza sigo escuchando — Adrien... Puedo ser peligrosa aún cuando ella no esté— Hubo un silencio — Tenemos que decírselo a Emma, ella también. Empezará a sufrir si no le decimos y la entrenamos.

El golpe de mí padre en la mesa me sobre salte— ¡No!

—¿Que?—La voz incrédula de mama hace que me ponga más nerviosa - Adrien, ella tiene derecho a saber. Como sus hermanos.

Por la pequeña visión que tengo logró ver como papa se peina con la mano hacia atrás con irritación,  empieza a murmurar y logró leer sus labios; No se por que no sellamos el poder completo.

— ¡A ver Adrien! — Una tercera voz se yace presente— Marientte nació con este poder, tu aceptaste amarla con o sin el, y ahora que ella acaba de salvar a TU, A SU HIJA deberías estar agradecido que decidió romper el sello para salvarla.

— Déjalo Tikki... — La voz quebrada de Mí mama hace que se me estruje algo en el pecho—Solo, Vámonos.

— ¡MARINETTE ESPERA! YO NO.. — Mi papá se callo a mitad de la frase, abro la puerta lentamente y me pongo en posición decidida.

— Papa..

Sus ojos se abren de par en par y me miran con incredulidad —¿Cuánto escuchaste?

— Todo...

— Emma.. — Suspiro — No me corresponde a mi decirte todo esto, mejor esperemos a que tu mamá vuelva.

—Pero si ella estaba aquí.

—Ella se fue por la ventana — Miro hacia la mencionada y estaba abierta de par en par con las cortinas revoloteando por la brisa.—No le digas esto a tus hermanos, son muy pequeños aún...

( . . . )

— Necesitamos más guardias.— Pude escuchar a Mamá, la alegría me desbordó, hacia ya casi un mes que no se pasaba por el castillo y estaba en no-se-donde.

— ¡MAMA! — Abro las puertas sin importarme la presencia de otros guardias. Su mirada azulada opaca cayó en mi.

Me quede quieta en mi lugar, horrorizada por su imagen. Mi madre estaba demacrada y notoriamente agotada, bolsas estaban bajo sus ojos y sus simpáticas pecas estaban opacadas por el extraño color rojo que estaba en su rostro. Sus labios estaban secos y su cabello, oh dios su cabello, estaba horrible, estaba desordenado y sin brillo.

Ella camina rápidamente hacia mi, me agarra el brazo y me saca casi a rastras del salón.

— Emma.. Puedo..

—¿Porque te fuiste? — Suelto rápidamente.

— Emma.. Es complicado..

— Dime.

—No es tan fácil,  ¿Si?...  Prometo ir está noche a tu cuarto a hablar... Ahora tengo que retomar mi cargo como general y reina..

—Mamá, quieto explicaciones — Gruñí — No puedo creer que me hallan ocultado toda mi vida que tu tienes un secreto el cual parece que nosotros también heredamos.  —EMMA, NO VAS BIEN, ¡CALLATE AHORA!—   En serio quiero saber, y no sólo por que es difícil tendré que esperar —Hice una pausa— Mamá, desapareciste casi un mes, ¿Sabes como se pusieron mis hermanos y papa cuando no volviste a los dos días? No. Mamá, no puedo esperar. — Muy tarde. Al darme cuenta de lo que dije me quede sin aire — mamá... Lo siento no era... No era mi intención —  ¡No me mates! Emma, te aprendiste el padre nuestro ahora ¡reza!

—Tranquila, tienes razón —su mirada callo en mi, y sus ojos se empezaban a cristalizar — y siento eso.. Pero no puedo Emma, este es un tema muy delicado para mi... Y necesito tiempo para contártelo...  Solo... Espera hasta la noche ¿Si? Te prometo no faltar...

Ver a Mamá así me destroza, jamás la había visto de tal manera, ella siempre era fuerte y se mostraba inmune a todo tipo de dolores, pero ella es humana Emma, entiende.

Aún cuando las ganas de saber me estaba matando viva afirme con la cabeza,  ella me Sonríe y me entrega unos papeles.

—¿Esto esss? — Alargue la "s"

— Son los nuevos guardias, ellos empiezan hoy.— Miro los papeles, hay un chico y una chica. —y, a Agreste — Le dijo Agreste a papá, sigue enojada con el — Se le ocurrió darle alojó a un vagabundo que no se su nombre, el llega mañana. 

— Okey,  gracias mamá —Le sonreí y esta se limpio el rostro y volvió a la sala.

Mire con detenimiento los papeles, aparecía un retrato de la chica que al parecer se llama Natzuki, y el chico parece llamarse  Mario. El joven tiene 19 años y la muchacha mi misma edad.

Jo, creo que haré más amigos.

Herencia Doble Filo [MLB] -Pausada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora