Hacen una linda pareja

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Estaba tranquila tomando un batido, descansaba sentada en el césped hasta que mi amiga llegó.–Hey, mira esto. Me dijo. Yo estaba impresionada.–Un "hola" no estaría mal ¿sabes?. Le dije.
–Hola. Contestó ella. Se veía que estaba ansiosa por mostrarme algo.–Mira. Me dijo mientras me entregaba una foto. La tomé y la vi. Quedé asombrada, no pensé que Fred lograría conquistar a Leila y mucho menos en tan poco tiempo.–Vaya. Dije. Ese chico es increíble. ¿Dónde está ahora?
–Con su noviecita dijo Amanda. Le devolví la foto y asomé. Fred y Leila estaban besándose en la colina.–Es genial. Cuando pueda lo felicitaré.
–¿Por qué?–Preguntó Amanda–¿Por qué siempre eres tan amable con todo el mundo? ¿Por qué eres un sol todo el tiempo? Ni siquiera te enojas. No es sano pasar toda la vida siendo feliz.
–Tampoco es sano pasarse la vida amargada. Le respondí.–¿Qué tiene de malo ser positiva? Pregunté mirando a Amanda a los ojos.
–No es eso. Es... No supo que decir y se fue. Otro punto para mi
Pero ¿Cuál es el problema? ¿Es malo querer tener muchos amigos? No veo la necesidad de ser ruda con las personas. Solo siento que todos merecen un buen trato, comprensión y cariño. ¿Dónde está lo malo en eso? ¿Y si Amanda tiene razón? ¿Y si no es bueno ser tan bueno? No. Sé que lo que hago está bien. Sé que lo que hago está bien.

Estuve caminando un poco y al rato vi a Leila y Fred tomados de las manos en el césped. Ambos estaban dormidos. Por el frío que hacía pensé que preferirían estar arropados. Los llevé a el único hotel que había (y el único edifico de vivienda) los puse en una cama matrimonial juntos. Pero pensé que se sentirían incómodos al despertar y trasladé a Leila a otra habitación.
Pensé que tal vez tendrían hambre, ¿Y qué mejor que mi sándwich especial? El ingrediente secreto es el amor. Nah, es broma. Pero no les diré cual es. Preparé los sándwiches y se los puse en la mesa de noche. Leila estaba dormida cuando se la entregué. Pero Fred no. El parecía que se acababa de despertar y cuando lo vi pensé que debía saludarlo muy suave para que despertara poco a poco.–Buenos días. Dije en voz baja pero audible. Con una sonrisa en la cara. Puse la comida en su mesa de noche y él parecía estar algo confundido. Tal vez por estar dormido.–Tu desayuno. Le dije con aún más dulzura.
Dios mío si sigo así lo volveré diabético jaja lol.
Me retiré de la habitación y fui a por un batido.
La verdad. Creo que hacen una linda pareja.

Igual Que Un SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora