capitulo 1: el precio de todo y el valor de nada

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Es el principio del año 2015 donde cumpliré dieciséis años de mi miserable existencia. Mis días probablemente se resumirían en asistir obligatoria mente a clases, tumbarme en la cama a escuchar música y pensar en el alivio que me traería la muerte, jugar a algo y chatear con personas a cientos de kilómetros que probablemente sean los únicos que logran entenderme remotamente, para entretener mis pensamientos y hacer más llevadera mi desdichada vida. Últimamente he tenido que asistir a sesiones con la psiquiatra de la escuela, al parecer soy invisible para la sociedad a exención de las marcas en mis muñecas que me hacen recordar q aún estoy viva y aunque parezcan lastimarme en realidad son la parte más placentera y liberadora del día. Las personas acostumbran pensar que por el hecho de ser suicida nuestro estilo de vida es totalmente diferente al suyo, pero en realidad, es como la de una persona normal, porque aunque no queramos nuestra vida, la vivimos como es. Y partes de estas similitudes es ir a la escuela, cosa que detesto, porque lo que me hace ser única también me hace estar sola, después de todo, nadie se quedaría con alguien que siempre esta triste. A excepción de Andrea, Mi fiel escudera, mi sancho pansa, mi pinky, mi Stacy Hirano en fin es mi mejor amiga. Físicamente es delgada de estatura promedio, tez blanca y cabello castaño ondulado, ojos café claro y cara redonda. Somos amigas desde quinto de primaria hasta hoy día "décimo" y aunque no es suicida, logra comprender muy bien muchos de mis pensamientos.

Vivo con mi padre, pero a decir verdad parece que viviera sola, nunca está en casa y cuando lo está nuestro cruce de palabras es casi nulo. Mi madre murió cuando nací. Y el parece culparme por lo sucedido, si bien no lo dice. Sus acciones me lo gritan y luego está el hecho de que apesto en las relaciones amorosas o en cualquier otro tipo de relación, pues la mayoría de chicos con los que me he topado solo buscan el horizonte de mi cama. Pero volviendo al presente hoy hace dos semanas que se terminaron las vacaciones, así que mi rutina de madrugar mirarme al espejo y dibujarme una sonrisa falsa mientras tengo que soportar a un montón de hipócritas empieza de nuevo. Tengo que caminar cerca de 9 cuadras al colegio

¿Qué no puede llevarme un taxi?

Sin embargo el paisaje no es que sea tan malo, además me da tiempo de estar a solas con mis pensamientos.

Pasados unos 13 minutos llego al reclusorio y paso directo a mi salón, que queda en el tercer piso de la institución y como siempre soy una de las ultimas en llegar. Mi puesto se encuentra en el rincón a la izquierda, desde allí puedo observarlos a todos y pasar casi desapercibida, Andrea se sienta a mi lado, no porque le guste estar atrás o no tenga más amigas, si no por el hecho de estar a mi lado, por algo es mi mejor amiga.

-Hola andre – le dije a Andrea mientras esta revisaba su móvil

-Hey Carrie – me dice sin apartar la vista del teléfono

- ¿Hiciste la tarea de mate?

- Toma el cuaderno Carrie- ser responsable no es exactamente mi fuerte

– Te debo una

- ¿una? – dijo Andrea apartando su vista del teléfono para guardarlo

A falta de argumentos mejor callar.

- termina rápido no demora en llegar Claudia – me dice Andrea mientras saca el cuaderno del bolso

Claudia era la profesora de química. Baja estatura, robusta, tez canela y cabello negro a la altura de los hombros. Es bastante amable, bueno.... Cuando está de buen humor, hablando de roma y el rey que se asoma.

- buenos días muchachos, ¿cómo han estado? blablabla – habla Claudia mientras entra al aula de clase.

La mayoría del tiempo andaba perdida en mi mundo, de no ser por Andrea mis cuadernos estarían en blanco. De pronto empiezo a sentir unos murmullos adelante, no presto mucha atención ya que es el pan de cada día... entre los murmullos y risas escucho una voz dulce pero varonil que por cierto nunca había escuchado, volteo la vista hacia la entrada del salón y ahí estaba "él", era muy atractivo pero lo que más destacaba eran sus ojos color ámbar en los que me perdí por un instante. Era un poco alto entre 1.80 a uno 1.85 y respecto a su cabello llevaba el corte de tupe echado hacia la derecha de color negro y rapado a los lados, se notaba un poco acuerpado y con labios carnosos.

ENSÉÑAME A VIVIRWhere stories live. Discover now