Nota: Aclaro que los personajes no son mios, pertenece a la grandicosa JK Rowling, yo solo los tomo prestados un rato para divertirme un poco ;)
19 años después se encontraban en el mismo andén pero ahora eran sus hijos los que estaban a punto de iniciar una nueva aventura. El mundo había cambiado mucho desde que fueran ellos alumnos de Hogwards ya no eran los mismos que alguna vez habían sido y ahora gracias al esfuerzo y el sacrificio de muchos esas nuevas generaciones que se aventuraban en busca de conocimientos no tendrían la incertidumbre que alguna vez ellos tuvieron ante la proximidad de una guerra.
Faltaban pocos minutos para que el tren partiera, algunos se abrazaban antes de dejar ir a los más pequeños, un par de lagrimas y un agitar de manos en señal de despedida eran inevitables. Y ante todo el bullicio, el ruido y las pláticas ensordecedoras de todos, con disimulo volvían a verse.
La vida no había sido mala con ellos después de la penurias de la guerra, de los malos recuerdos no habían tenido vidas tan malas, ahora tenían una familia propia, tenían el cariño y respeto de sus hijos, pero en el fondo y a pesar de la felicidad, no podían evitar pensar cuanto hubieran cambiado las cosas si tan solo esa tarde no se hubieran despedido.
Habían decidido separarse considerando que era lo mejor, pero mientras se alejaban y ante el dolor de la despedida se regañaron internamente por su cobardía, ahora muchos años después se encontraban de nuevo en el mismo anden donde se habían despedido con miradas tímidas, sin intercambiar siquiera palabras pues no debían verlos juntos, sus ojos contenían toda la emoción de un amor que no se permitieron.
Draco Malfoy levanto la mano para despedir también a su vástago, una réplica exacta de el cuándo pequeño, quizás lo único que los diferenciaba era que en los ojos grises del pequeño no había la sombra de los principios erróneos inculcados en el seno familiar que alguna vez llevara a cuestas su padre.
A unos metros de distancia Harry y Ginny Potter despedían a sus dos hijos mayores, solo la más pequeña de sus hijos veía partir a sus hermanos con lagrimas en los ojos.
-No llores Lily, el próximo año iras con ellos. -Trataba de consolarla su padre.
Al lado de los Potter una mujer castaña con el pelo recogido aferraba la pequeña mano de su hijo, contenía el llanto por la emoción al ver a Rose su hija asomarse por la ventanilla al lado de sus muchos primos.
Quizás fueron solo segundos en los que se cruzaron las miradas de Draco Malfoy y Hermione Granger, pero para ellos había sido más que eso y habían compartido sin duda un instante lleno de añoranzas románticas de juventud.
La castaña ex Gryffindor llevaba su apellido de soltera tras su divorcio, a eso se debía que Ron no estuviera presente para despedir a la mayor de sus dos hijos. Había sido una separación dolorosa pero necesaria al fin y al cabo, Hermione consideraba que Ron merecía ser feliz, el no tenía la culpa de haber dejado de quererla, secretamente lo entendía mucho mejor de lo que lo entendería cualquiera, incluida su propia familia de pelirrojos que estaba en contra de su decisión.
El amor no era del color de rosa como hubiera imaginado cuando era adolecente y estaba enamorada perdidamente de uno de sus mejores amigos, pero sería justo en su último año en el colegio que comprobaría que el amor es mucho más complicado como para considerarlo de ese color pomposo y romántico.
Justo ahora que tenía enfrente a Malfoy y se daba cuenta que a pesar de sus esfuerzos y sacrificios los dos tenían familia que se habían fracturado, pero no era tan malo después de todo considerando que ambos eran padres, y eran precisamente sus hijos que hacían que todo valiera la pena.
Era por eso quizás que no se atrevían a romper la distancia y solo se miraban deseando que las cosas hubieran sido diferentes, que quizás si las circunstancias no hubieran sido tan adversas, si tan solo ellos no fueran quienes eran realmente y cargaran la responsabilidad de mantener el orden lógico de las cosas, ese día ambos irían juntos a despedir a sus hijos, unos pequeños que llevarían la sangre de los dos, que no serian pelirrojos como lo eran Rose y Hugo y tampoco tan rubios y pálidos como Scorpius.

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El Amor no es Rosa: 19 Años despues
RomanceEse día, después de 19 años de una despedida dolorosa, los sacrificios hechos habían valido la pena. Y quien sabe quizás con un poco de suerte esa pelirroja y ese rubio tendrían la posibilidad que sus padres no tuvieron, de encontrar que el amor al...