Tan sólo se dio

El principio del último día de vacaciones

—Bebé, ¿estás segura de esto?

—Por supuesto que sí, Bobby. Yo... confío en ti y no me imagino a alguien más con quien quiera hacer esto.

Cuando su madre pasó cerca llevando de la mano a Lily, Lori se pegó más el auricular del teléfono disculpándose con Bobby pues tenía que colgar ya. Su novio comprensivo entendió, no sin antes darle un último mensaje.

—Está bien bebé. Iré en un momento por ti a casa. Te juro que tengo todo listo para que este día sea algo inolvidable.

Lori estaba nerviosa. El día había llegado. Rita la notó extraña, por lo que se le acercó curiosa.

—¿Te ocurre algo, cielo? Te veo agitada.

—Nada importante, mamá. Solo estoy literalmente emocionada por que mañana me mudaré al dormitorio del campus. Bobby tiene planeada una cena romántica juntos.

Su madre parecía triste.

—Sí, es bueno que se diviertan juntos, aunque hubiera preferido que pasaras el día con nosotros.

—Mamá, literalmente nadie va a estar en casa hoy. Luna va a ese concierto, Luan tiene la última presentación del verano en la fiesta de cumpleaños que dará a una de las compañeras de las gemelas, ellas asistirán a la fiesta junto con Lisa, Lucy se fue, últimamente pasa mucho tiempo con sus amigas raras, Lincoln saldrá con Clyde, Lynn irá a jugar fútbol ahora que terminó su castigo, ustedes llevarán a Lily con el abuelo y luego saldrán juntos. Salvo por Leni, casi nadie estará en casa.

—Eso es verdad, pero por favor, procura no tardar. En la noche estaremos finalmente todos reunidos y queremos hacerte una cena de despedida, hija. Sabes que te amamos. También no olvides que, en cualquier cosa, siempre puedes tener la confianza de contarnos lo que te suceda.

Lori abrazó a su madre conmovida, preguntándose qué tan abierta sería si le contaba sus verdaderas intenciones con Bobby ese día. Probablemente la encerraría en su habitación gritándole que no estaba lista para eso buscando algún cinturón de castidad. Amaba a su madre, pero sencillamente había cosas que tendría que ocultarle por mucho que detestase hacerlo.

Estaba lista y tenía hasta el último detalle de lo que quizá necesitaría en su mochila: un cambio de ropa interior, toallitas, maquillaje, perfume, loción, crema, también... preservativos. Aunque confiaba en que Bobby llevaría unos, no estaba por demás ser prevenida, incluso cargaba con un paquete de pastillas anticonceptivas. La señora Santiago junto con su hija habían regresado ya con sus parientes los Casagrande, dejando al primogénito un día más para que tuviera la oportunidad de despedirse de Lori, aunque al día siguiente estos dos se encontrarían en el edificio al que se mudarían (en cuartos separados en extremos opuestos al campus, por supuesto).

Aunque sabía que extrañaría a su hermana después de todo, Luna en ese momento sólo tenía cabeza para el concierto que unos amigos suyos darían en el estadio principal de beisbol.

—¡Es momento de rockear! ¡Los veo, familia! Luna Loud sale del escenario.

—¡Espera! —La detuvo su madre antes que cruzara la puerta—. A las ocho sin pretextos te quiero en casa para que despidamos a tu hermana. ¿Me entendiste?

—Fuerte y claro, mamá. Ese evento no me lo perdería por nada. Iré con la banda primero a comer antes del concierto, pero sin importar que aún no acabe, prometo estar aquí a esa hora.

La rockera salió de casa finalmente a buscar a Chuck y a los chicos para pasar un buen rato en el rock café. Sin embargo lo que no sabía, es que al momento en que fueran al concierto por la tarde, se metería en problemas con todos sus amigos, pues le habían confiado los boletos de acceso a ella, mismos que había dejado en su otra cartera en el buró de su habitación. Sencillamente la castaña amante del rock no se había prevenido tan bien como Lori.