XV

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La voz de la maestra me hacía sentir adormilada, pero aún así logré entender el tema, tenía algo que ver con la gramática inglesa y por el hecho de que aquel fuera mi idioma nativo lograba entender todo sin mucho esfuerzo, debido a eso y para evitar quedarme dormida, decidí comenzar a dibujar un boceto que luego convertiría en pintura en la parte de atrás de mi cuaderno, el asunto es que no me fluía, nunca he sido buena en lo que se refiere a dibujar, pintar; por el contrario, me fluía naturalmente, así que arranqué la hoja procurando no hacer mucho ruido y la arrugué, volví a intentarlo y, nuevamente, fracasé, de modo que me resigné a mirar al tablero con la barbilla sobre una mano y escribiendo con la otra lo que la profesora escribía.

Cuando sonó el timbre que marcaba el final de la clase me levanté sin ningún descaro y comencé a guardar las cosas dentro de mi maleta, cuidando de no ir a soltar nada sobre el pequeño cuerpo del Kawami que dormitaba sobre mi cosmetiquera.

- Nena, creo que lo tuyo está en posar, no en dibujar - Alya tenía la hoja del boceto y la observaba, me reí y salí de la fila de sillas, siendo seguida por ella.

- Gracias por recordarmelo - dije mirando las caras que hacía mientras trataba de encontrarle sentido al papel arrugado que tenía ante ella, por estar mirándola a ella, no me fije en que Chloe y su siempre fiel seguidora cruzaban frente a mí y, sin tener tiempo a reaccionar, me estrellé contra ellas y mandé a la rubia fastidiosa directo al suelo, me giré rápido y le tendí la mano para ayudarla a levantar, el hecho de que no me agradara ni un poco no significaba que la iba a dejar ahí tirada.

- ¡¿Pero qué te pasa?! - su agudo grito me perforó los tímpanos y provocó que retirara mi mano de inmediato.

- ¿Qué te pasa a ti? - no quería iniciar una pelea, no ahora, porque estaba bastante cansada del desvelo de anoche y no quería imaginar los resultados de las pocas horas de sueño sumadas con el enojo. Sabrina, su amiga la ayudó a poner de pie y yo las miré por sobre el hombro y me dispuse para irme sin más, pero Chloe, una vez en pie, se abalanzó contra mí, no logré esquivarla y mi espalda se estrelló contra la pared, eso fue demasiado y le di un empujón que causó que ella golpeara al chico que pasaba detrás de ella.

- ¡Qué salvaje! - le sonreí algo malisiosa, hoy había sido un día perfecto y maravilloso hasta que esto había sucedido y yo que había pensado que este iba a ser un día espectacular.

- No te alcanzas a imaginar lo poco que me importa tu opinión Chloe, nada de lo que digas va a afectarme - Alya me hacía señas que no entendía y me giré para ver que era lo que señalaba, cosa que también hicieron la mimada y su complice, Adrien y Nino venían subiendo las escaleras charlando animadamente.

- ¡Auxilio! ¡Alguien que me ayude! - no podía creer lo melodramática que podía ser esta niña, menos me esperaba que se apoyara en la reja a sus espaldas y se agarrara un brazo - ¡Por favor! ¡Ayuda! - esto, claramente, atrajo la atención de todos los que estaban a varios metros a la redonda incluyendo a Adrien, ahí fue cuando entendí que era lo que pretendía Chloe.

- ¿Qué pasa? - no solo la mayoría de alumnos se detuvo a ver, sino que ahora un maestro se acercó a intervenir.

- Nada señor, solo niñerías y pataletas - el profesor pareció sorprendido ante mi respuesta y le echó una mirada a la chica que imploraba ayuda y se sobaba el brazo con dramatismo - con su permiso - me abrí paso con los hombros y salí del circulo que se había formado para ayudar a la pobre alma que ya estaba maquinando la forma de arruinarme el día, ignoré la mirada extrañada de Adrien y Nino, ignoré la llamada del profesor; seguramente porque Chloe ya le había echado la mentira e ignoré las miradas asombradas del resto de desconocidos, no obstante, no ignoré la mano de la pelirroja que actuaba como si me conociera de toda la vida.

- No te preocupes, ya pasará todo ese escándalo - le sonreí, mientras observaba como la multitud se disolvía rápidamente y se dirigían a sus lockers y aulas.

- Eso espero, porque ella ya me está cansando - Alya me dedicó una de esas sonrisas tan características de ella y cambió el tema súbitamente.

- ¿Recuerdas que te hablé de Chat Noir, el héroe de París? - asentí, relajándome y dejando que una media sonrisa se asomara a mis labios que hoy iban de color durazno.

- Claro, lo has hecho un montón de veces - respiró profundo, para darle un aire de misterio al asunto.

- Tiene una nueva compañera, es un ave aunque aún no sé que tipo de ave - sentí como si la sangre se me helara y el color de mis mejillas desapareciera, pero me esforcé por disimularlo inmediatamente.

- ¿Ah, sí? Que interesante - ella siguió hablando de como ya le había dedicado todo un especial en su blog, de lo intrigada que estaba sobre su origen y de un montón de cosas más a las que no presté atención, porque comencé a sentir un ambiente hostigante, pesado y somnoliento a mi alrededor, parecía cómo si todos de repente hubieran perdido la energía y se hubiera oscurecido el día, Alya también comenzó a hablar más lento y de un momento a otro me tomó el brazo y señaló un espacio en el suelo.

- ¿Te parece si nos sentamos? - la miré extrañada, parecía cómo si todo fuera más lento, pero me senté junto a ella en medio del pasillo, siguió hablando, pero a un tono más bajo y con menos efusividad, los demás también comenzaron a adormecerse, ya no se escuchaban más que murmullos de aquellos pocos que aún se esforzaban por hablar.

- ¿No deberíamos? - olvidé que era lo que iba a preguntar, sabía que era importante, pero no lo recordaba, era un borrón, una oración que se había quedado en la punta de la lengua y nunca logró ser pronunciada - ¿No deberíamos? - no me resignaría a olvidarlo, pero no logré mucho, especialmente cuando sentí la cabeza de mi amiga en mi hombro, se había quedado dormida y parecía muy apacible, me debatí entre levantarla y entre acomodarme a dormir junto a ella, en principio no hice ninguna de las dos, me dediqué a exprimirme el cerebro para averiguar que era aquello tan importante que había olvidado a medio camino de ser pronunciado, luego sentí como el sueño me llamaba con más fuerza, muchas de las personas a mi alrededor ya dormitaba o dormía profundamente, y eramos bastante pocos los que todavía estábamos medianamente alerta. Por más de que tenía la mente enfocada en averiguar aquella frase misteriosa y escurridiza, las ganas de dormir y el aparente cansancio lograron arrastrarme a una especie de sueño agitado y atormentado, que parecía tenerme atrapada y que me llevaba por las peores pesadillas que podrían pasar por mi cabeza, los recuerdos más sombríos y los rencores guardados se convertían en bestias que me perseguían y me atacaban, los rostros de mi nueva familia se tornaban completamente negros y comenzaban a insultarme y golpearme, las chicas y chicos con los que he modelado se convertían en feroces fieras que me recluían en una jaula sin espacio siquiera para que me pusiera en pie y así, sucesivamente, el sueño se volvía cada vez más denso y abrumador y las pesadillas se volvían cada vez más oscuras e insoportables.

Eagle (Ladybug fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora