Capitulo 1

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El Sol se encontraba en su punto mas alto y Daniel recién salia de la ducha empapado y algo nervioso por su primer día de clases,  no obstante, ya era hora de salir y ni siquiera se había vestido,  debía estar en el instituto a la 1:00 pm solo tenia media hora para prepararse.

Una femenina y dulce voz llamaba a Daniel. Este bajo de las escaleras corriendo y la cubrió con los dos brazos dándole un cálido pero fuerte abrazo.

—Mi pequeño ya es todo un hombre, ya casi te gradúas y pronto me llenaras de muchos nietos —.

—Madre, ya hablamos muchas veces sobre este asunto y creo que no debo repetirlo una vez mas, ya me cansa bastante hablar sobre eso —dijo soltando un suspiro—.

—Es solo una etapa hijo veras que pronto cambiara todo—.

—Como digas mama —.

—Recuerda que el pequeño Mikael ira al mismo instituto que tú, es muy emocionante tener a ese dulce chico por aquí otra vez.

—Si madre, lo se. Últimamente hemos hablado bastante por chat nos toca en el mismo salón y todo.

—Bueno hijo apresúrate que llegaras tarde.

Sin ninguna palabra de más el chico se sentó, tomo el almuerzo y se fue de camino al instituto.

—No sé cuantas veces deberé decirle que no me gustan las chicas y... —antes de que terminara de hablar una pequeña mano toco su hombro para luego darle un cálido abrazo.

—Mikael eres tú —sonrió al instante.

—Mira que alto estas Daniel —el menor lo vio de arriba a bajo.

—Diría lo mismo de ti, pero sigues siendo el mismo enano tierno de siempre —dijo sonriendo— ¿A dónde vas?.

—Pues voy a al instituto, ya sabes que me acabo de mudar y por suerte fuí aceptado—

—Ya veo no hay muchos institutos en el área así que para tu suerte estamos en el mismo instituto -dijo algo emocionado.

El rubio asintió dejando soltar un suspiro—Recuerdo cuando jugábamos en el parque de primaria junto a Tayler —.

—Sí —dijo el pelinegro con un tono algo melancólico—el chico sigue tan animado como siempre, es una dulzura.

—Vaya  —.

Sin mediar muchas mas palabras ambos entraron al instituto de forma apresurada era realmente tarde.

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Mikael se adelanto, ya que Daniel debía dejar algunos papeles en coordinación.

El rubio subió con rapidez para sentarse en el pupitre del fondo, procedió a alizar sus mechones con un cepillo de cerdas algo desagradables cosa que a él no parecía molestarle.

Al terminar de peinarse delineo sus labios con el pulgar y roció algo de perfume —¿Cómo estará Marisela? ¿Que estará haciendo en este momento? —tomo su celular y le mando un mensaje por whatsapp a la castaña que era su novia. 

******

Daniel era un chico muy observador pero discreto y mientra subía las escaleras se preguntaba el porqué no podía ser normal, recordó como la castaña del centro comercial besaba a un chico pelinegro bastante alto, el asunto era algo incomodo y difícil para el castaño ya que no se podía imaginar besando a una chica.

Al entrar al salón lo primero que noto fue un dulce aroma que cautivaba cada sentido del chico era dulce y único. Rápidamente noto que el olor provenía del pequeño Mikael, no podía parar de mirarlo estaba cautivo por su aroma.

—¿Acaso se te perdió alguien parecido a mi? —exclamó sarcástico el rubio.

—Lo lamento no pude evitar sentir tu perfume y me preguntaba cómo es que alguien podía oler tan bien y pues te mire —exclamo nervioso.

—La clase ya va a comenzar así que mejor siéntate —exclamo con una sonrisa en el rostro.

—Bien bien —dijo con una sonrisa.

—Te guarde este asiento así podremos conversar sin hacer demasiado ruido —el chico señalo una silla al lado derecho de él  —.

—Gracias Mika —el chico se sentó. El primer día de clases fluyo de manera natural, bueno natural si exceptuamos el hecho de que Daniel paso toda la clase observando a su compañero que se encontraba a su izquierda.

El timbre sonó y Mikael se dirijía junto a Daniel a la planta superior donde era el receso para descansar y comer.

— ¡Chicos! —una voz aguda salio desde atrás seguida de una carrera.

—Dios... —exclamo el castaño.

El chico salto y se le subió encima al mayor.

—¿Ese es Tayler? —pregunto el rubio.

—El mismo ¿Y tú eres?—cuestiono el pelinegro con sobresalientes mechones teñidos de azul.

Antes que el rubio pudiera soltar una palabra Daniel soltó una carcajada— Digno de la memoria de Tayler, ¿Cuántos rubios lindos conoces?—preguntó.

—La verdad solo uno, pero vive muy lejos —dijo soltando un puchero— Ah no ser que...—el peliazul lo miro con una cara de asombro.

Mikael extendio los brazos en señal de abrazo, Tayler salto de el hombro del mayor y correspondió al abrazo del ojiazul.

El trio subió arriba comentando cosas graciosas sobre su pasado y Tayler haciendo una que otra locura en los hombros de Daniel.

—¿Y por que te mudaste de nuevo? —comento el peliazul.

—La verdad es que mi padre logro que lo transfirieran hasta aquí siempre, nos gusto el sitio.

—Es para estar mas cerca de mí, Tayler—el castaño no pudo evitar reír de sus propias palabras—

—¿Eh..?—al chico se le tornaron las mejillas de un tono carmín ante el comentario del mayor.

—¡Se sonrojo! ¡Es muy tierno!—comento el peliazul.

—Solo era una brom...—antes de terminar la frase un fuerte dolor se apodero de su pie—¡Auch!.

Mikael le había proporcionado un fuerte pisotón al mas alto, riendo al ver la cara de dolor de Daniel.

—Pero que cruel —comentó Tayler mientras acariciaba las mejillas de el castaño—  Mira su carita de dolor.

—Es una carita muy tierna —comentó el rubio mientras su celular sonaba.

Daniel se había quedado sorprendido por el comentario y Tayler no dejaba de acariciar sus mejillas

—Chicos debo contestar pueden adelantarse —ambos asintieron y subieron las escaleras dejando al rubio atras—.

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Eso fue todo por ahora, seguire publicando con "regularidad"

Gracias a mi beta por corregir y por gritarme si no escribo o publico. xD

La calidez de su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora