Capítulo 26: Déjate llevar.

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Narra Adriana:

Me besó.

Extrañaba eso, sus labios junto a los míos, su lengua jugando con la mía y la sensación que me provocaba, porque al sentirla supe que no me había equivocado en mi decisión.

—Te amo, ¿Lo sabías? Y me encargaré de demostrártelo todos los días Adriana, te amo, te amo— me dio otro beso corto, y después otro, reí un poco y le di otro beso más largo para saciar su sed.

Fuimos a casa y cuando entramos lo primero que hizo al cerrar la puerta fue atacar mis labios pasionalmente, entrelacé mis dedos en su nuca, el mordió mi labio inferior pícaramente y clavando su mirada en la mía susurró:

—Ahora voy a hacer algo que llevo mucho tiempo deseando— una sonrisa traviesa se escapó de sus labios.
—¿El qué?— alcé una ceja.
—Déjate llevar...

Me cargó y besó mi cuello salvajemente con sus manos en mi trasero, él sí sabía la manera de excitarme y lo estaba consiguiendo terriblemente bien.

Subió las escaleras conmigo en brazos y al llegar a la habitación cerró la puerta y me depositó en la cama, donde continuó dejando besos húmedos y acabó en mi escote, donde con caricias en mi abdomen siguió por quitar mi camisa delicadamente. Yo acariciaba su pelo rizado por detrás de la cabeza despeinándolo un poco y haciendo que luciera más adorable.

Nuevamente posó sus manos en mis muñecas a los lados de mi cabeza impidiéndome hacer ninguna acción, rompiendo su reglamento coloqué mis piernas alrededor de su cintura y sentí su erección rozar mi bajo vientre provocándome un leve gemido.

También comenzó a desvestirse y dejó al descubierto esos perfectos abdominales atléticos que se escondían bajo la tela de su camisa, hice memoria de todos los tatuajes esculpidos en su bronceada piel morena ya que ahora los tenía realmente cerca. No me pude contener y mis manos fueron a su abdomen acariciando todo su torso, el sólo me miraba traviesamente a mis acciones.

Mi respiración aceleró un poco más cuando sentí sus dedos maniobrar en el cierre de mi pantalón que hizo desaparecer en cuestión de segundos, desde mi cintura hasta mis gemelos apreció toda mi figura en ropa interior que moría por hacerse suya.

—Eres hermosa...— susurró y mordió su labio inferior.

Con la respuesta de mis mejillas teñidas siguió por quitar sus pantalones y mis ojos no tuvieron otro campo de visión que la erección demasiado notoria en sus bóxers de Calvin Klein, sólo deseaba que estuviera dentro de mi para llenarme de placer.

Desabroché mi sujetador y lo tiré a algún rincón de la habitación, seguidamente sus dedos se colaron en mis bragas para deslizarlas por mis piernas y desocuparse de ellas, solo nos molestaban.

Ya estaba completamente desnuda y expuesta para él, me disfrutaba por los cinco sentidos, deleitaba con la mirada, sentía su respiración explorar mi piel y ponerme el vello de punta, saboreaba mis pechos con su lengua y con el tacto de sus manos hacia mil maravillas en cada centímetro de mi cuerpo.

—Hazlo... ya...— gemía mientras sus dedos se frotaban en mi clitoris.
—Pídemelo— metió dos dedos, mi flujo goteaba por ellos y no pude evitar arquear mi espalda soltando un gran gemido.
—Hazlo Neymar— repetí. —Hazme el amor.

Lo siguiente que vi fue su pene erecto entre mis dos piernas, sus manos sosteniendo mis caderas y una fuerte embestida seguida de muchas, que nos hizo a los dos llenar la casa de gemidos. Extrañaba esto, porque desde la primera vez que Neymar me hizo el amor supe que nadie lo haría como él, porque el sexo no es igual si no lo haces con alguien a quien amas, y tenía muy claro que amaba a Neymar.

Cuando fueron altas horas de la madrugada y los orgasmos ya no se podían contar con los dedos de las manos entendimos que ya hora de parar.

Me tumbé mirando al techo y mi pecho subía y bajaba al igual que el suyo. Nuestros cuerpos estaban recubiertos de una capa de sudor por todo lo sucedido pero claro que no me arrepentía, era el mejor sexo de mi vida.

—Ha sido increíble Adriana— habló el después de unos minutos.
—Sí...
—Te amo.

Antes de que pudiera reaccionar sus labios estaban sobre los míos sincronizándose con nuestras lenguas al mismo tiempo que hacía caricias en mi vientre.

—Yo también— suspiré después del beso.
—Prométeme que no te separarás de mi lado nunca— me miró a los ojos.
—Prometido— sonreí un poco. —Pero hay algo en lo que no hemos pensado...

El frunció un poco el ceño.

—Pensé que estaba todo bien— habló preocupado.
—Está todo bien... entre nosotros— tragué saliva.
—¿A que te refieres amor?

Tomé unos segundos para apreciar su sexy acento brasileño y la forma en la que me llamó: "amor".

—Esto... cómo se lo diremos a mi padre.
—¿Pretendes contarle que hicimos el amor?— frunció el ceño pero tenía una estúpida sonrisa en su cara.
—¡No!— le di un golpe en el hombro pero no pude evitar reír.

Inhalé por unos segundos.

—Me refiero a... ¿Cómo se tomará que nosotros dos volvimos?

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2017 ⏰

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¡Déjame en paz!© NeymarJrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora