-No puedo dejar de besarte, necesito tus labios, te necesito a ti -le dijo Christian-
-detente por favor! - exclamó ella- es necesario parar. Mejor... Respóndeme algo.
- dime?
- por qué te pusiste tan mal el día que thomas me invitó a bailar?
- Porque.... Quieres que sea totalmente sincero contigo?
-si por favor.
-victoria, odio el hecho de saber que alguien mas te toca, que alguien mas te mira, odio verte e brazos de otro. Un simple baile me hizo comprender lo mucho que te..
- te hizo comprender lo mucho que qué Christian?
- Lo mucho que te adoro, lo mucho que te deseo, lo mucho que te quiero para mi. Para mi no es fácil decirte esto victoria, siento que con cada palabra te lastimo, y por ahora yo no puedo comprometerme, y condenarte al anonimato... Victoria, mi amor - dijo Christian posando su mano en la mejilla de la joven con delicadeza- eres tan buena, tan perfecta, sería injusto para ti, mereces a alguien que te presuma, que se sienta dichoso al mostrarte como su futura esposa, que le grite al mundo que estas junto a él, pero sobre todo, que se quede a tu lado siempre.
-tu... No sientes eso?
-sabia que lo preguntarías... Victoria, siento todo eso y más, pero no puedo aceptar esto... Yo me iré y no se si vuelva en un largo tiempo. Te pediría que me esperes, pero sé que tu familia no estaría de acuerdo, y tu hermano patrick me mataría si se entera que me enamoré de ti...
-Christian!! -dijo victoria sorprendida- estás enamorado de mi?
- perdón victoria, perdoname por no poder ser lo que tu deseas. Me enamore de ti perdidamente, no hay noche que no te sueñe, no hay momento en el que no te piense, no hay amanecer que no desee tener a tu lado.
Victoria se sintió invadida por mil sentimientos, y poco le importó lo que pensara Christian, necesitaba sentirse una sola con él, quería hacerse suya en ese momento. Sin pensarlo se lanzó encima de él, alzó su vestido y se sentó en sus piernas. Con una pasión desmedida lo besó, enredó sus manos en el cabello del hombre que ahora deseaba que la tocara. El carruaje aun andando, a paso lento dejaba que ella hiciera mucho.
Christian bajó las mangas del vestido de victoria y besó su cuello, su boca, su rostro, halo su cabello y la hizo gemir. Su miembro estaba agitado pidiendo salir a gritos, victoria se movía deseosa por sentirlo, sabía que cada vez se sentía mas húmeda.
-no sigas, estamos a punto de llegar -le dijo Christian apartandola un poco para verla-
-te quiero -susurró ella-
- estás en mí victoria -respondió él depositando un delicado beso en sus labios.
Despacio victoria se acomodo, organizo su vestido y su peinado, trató dejar todo tal y como estaba antes. Solo un momento después llegaron a la mansión. Era tarde, la casa estaba completamente oscura, ni una sola luz de vela se veía, al parecer todos dormían ya.
Ambos bajaron del carruaje y llegaron a la puerta, Christian abrió y entró con victoria del brazo.-bueno... Espero que tengas una linda noche Christian -dijo ella lista para subir las escalas-
-Espera- dijo Christian tomando su mano para detenerla-
-que pasa?
-pasa que... Pasa que te amo -y con una fuerza delicada la halo hacia él y la besó nuevamente-
Ninguno de los dos había notado la presencia de alguien más en el lugar. Aunque claro, Fredrick no hizo mucho para ser visto, se escondió junto al umbral de una puerta, escuchó todo lo que Christian decía y vio lo que este hizo. Al ver el beso Fredrick no hizo mas que dibujar una pequeña sonrisa en su rostro. Que feliz se sentía por su hermano, por fin había llegado alguien a su vida que lo hiciera cambiar. Sería victoria la indicada?. Después de ver un rato como su hermano besaba a su cuñada, decidió continuar su camino sin ser notado, y nuevamente los jóvenes quedaron solos.
-yo también te amo Christian- contestó ella- y nuevamente se lanzo a su boca.
-quedarte conmigo esta noche, por favor - le pidió él suplicante-
No quiero pasar esta noche sin ti, no quiero mas noches sin ti.Ella solo lo miró y asintió varías veces con su cabeza. Sabía que estaba mal, pero poco le importaba después de haberse dado cuenta de todo lo que Christian sentía por ella.
Despacio y sin dejar de besarse caminaron hasta el cuarto del marqués. El cerró bien la puerta y se apartó un poco de victoria para contemplar su hermoso rostro.-te amo tanto mi pequeña Victoria -le dijo tomando su rostro entre manos-
-quiero ser tuya- susurró ella-
Se miraron y se consumieron en un beso, lentamente Christian la llevo hasta la cama, sin dejar de besarla, ambos se tumbaron en el suave colchón. Christian recorrió con sus dedos todo el rostro de victoria, besó su cuello y bajó hasta sus pechos.
Despacio la ayudó a ponerse en pie, y la despojó de todo el enorme vestido que tenía. Por fin podía contemplar la delicadeza de su cuerpo, tan suave, tan pequeño, tan perfecto para él.
Acarició sus pechos y los rodeo con sus labios. Con un poco de torpeza victoria le quitó a Christian su ropa, ambos estaban desnudos a la luz de la luna. Ella dejó de besarlo y se detuvo a contemplar el cuerpo de su hombre, su pecho musculoso, sus fuertes brazos. Con un delicado tacto victoria acarició el pecho de Christian. Esto produjo una enorme corriente en él, desató su furia. Tomó a victoria por su cola y la subió a él, la beso, como nunca la había besado, la tiró a la cama y bajó lentamente hasta su abdomen. Sus manos acariciaban las suaves piernas de la chica, y sin ella verlo venir, el introdujo sus dedos en ella haciéndola retorcer de placer.-no te detengas - le escuchó decir casi sin aire-
Poco a poco bajó hasta su sexo y atrapó sus labios en los de él, aún con sus dedos adentro seguía besándola ahí abajo, mientras ella con las manos puestas en la cabeza de Christian le pedía más.
Saco sus dedos y subió; primero a sus pechos, luego a su boca
-eres deliciosa mi amor- le dijo el-
Con calma introdujo su miembro en ella mientras la besaba. Ahora eran uno solo, ya estaban unidos. Él era de ella y ella de él, era su eternidad, su mundo, su universo. Era una explosión, eran ellos amandose.
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VICTORIA (¿Y si te quedas qué? 1)
Historical FictionDespeinada, loca y a toda risa; así era la vida de victoria collingwood, una chica de 20 años a la que no se le hacía fácil guardar compostura. Tenía un serio problema a la hora de comportarse, le costaba seguir las reglas implantadas por la estr...