Doux

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— Kookie, necesito tu cuaderno...—Dijo silenciosamente un pequeño rubio con un lápiz en mano.

— ¿Mm...?— Jungkook Levantó lentamente su cabeza recostada sobre su banco para mirar a Jimin.— ¿Por qué...?

— Ya sabes... el profesor habla muy rápido y no pude lograr escribir todo lo que dijo.— El rubio hizo un puchero que provocó muchas emociones en el interior de Jungkook.

— Está bien.— El castaño dejó su cuaderno encima del banco de Jimin para volver a recostar su cabeza, pero esta vez mirando a su lindo compañero.

Y es que lo que el rubio no sabía, era que Jungkook estaba admirando al pequeño amor de su vida. Un amor puro e inocente que los demás en su clase no lograban comprender. El castaño no sabía que significaba tener "mariposas" como muchos decían, pero luego de mirar a Jimin, comprendió que era una sensación extraña parecida a cuando alguien puede hacerte cosquillas.

Había leído libros y visto algunas películas y novelas que su madre ponía al atardecer, donde miraba como dos personas se enamoraban y comenzaban a actuar de una manera diferente a como eran los amigos. Pero siempre observaba que solo eran un chico y una chica, nunca vió a dos chicas amarse o a dos chicos besarse. Jungkook pensaba que querer a Jimin de otra forma estaba mal. Luego de ver en esas novelas todo lo que los personajes sentían cuando estaban con la persona que les gustaba, entendió que a él le gustaba ese pequeño niño que con solo verlo había atrapado su corazón en una enorme confusión.

Aún siendo un niño de doce años, aún pensando que estaba mal, se dió cuenta que el estaba igual de equivocado que los demás. Podría ser solo un niño que no sabía nada de la vida, pero ahora entendía muy bien que era lo que su pequeño corazón quería y él tomaría el riesgo como aquella vez que sacó un trozo de pastel de la casa de su abuela o aquella vez que no estudió para la prueba de matemáticas.

Quiso contarle a su madre, ella conocía sus secretos como una mejor amiga. Como aquel secreto que guardó por casi dos años cuando fue el culpable de que la crema de su tía se esparciera dentro de un mueble o cuando tomó sin permiso el reloj de su tío. Jungkook era una cajita llena de sorpresas y secretos adorables.

Cuando se lo contó a su madre, ella lo abrazó y le dió besos en su frente. Por alguna extraña razón, Jungkook, pensaba que lo castigaría o lo retaría por ser diferente a esas películas que a ella le encantaban. Pero fue totalmente distinto a como el lo había creído. Había cerrado sus ojos inconscientemente para esperar algún golpe que, de hecho, su madre nunca le había dado. Pero nunca llegó.

La mujer escuchaba enternecida la historia de su hijo. Incluso, Jungkook, le había dicho que ya se acercaba el cumpleaños del niño que le gustaba y que estaba pensando en darle muchos regalos. Su madre sonreía al ver como a su hijo le brillaban sus ojitos cuando hablaba de ese pequeño. No le importaba si sus amigas o conocidos le decían que estaba loca por aceptar que a Jungkook le gustara alguien de su mismo sexo. ¿Por qué habría de molestarle?, ¿Por qué habría de parecerle malo que él amara a un niño? Sabía que era un tema "Difícil" para muchas personas del mundo porque no eran capaces de abrir su mente a todos los tipos de amor que existían, pero no por ese tipo de personas le haría pasar una mala experiencia de vida a su hijo. Ella estaba feliz de que Jungkook fuera feliz. Ella lo protegería de todos los que pudieran hacerle daño.




Jimin movía con cuidado el cuerpo de Jungkook para despertarlo. Se había quedado dormido minutos antes de salir a su hora libre.

— Jungkookiee~, despierta.— Susurró cerca del oído del menor, consiguiendo que Jungkook se removiera y soltara una pequeña risita debido a las cosquillas que le había dado la voz de Jimin.

CHEEKS : 頬 KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora