Rachel

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Se dirigió a la ventana, quitó el seguro, la abrió lentamente, como si disfrutara cada instante, Jungkook observaba con cuidado el vaivén de las personas, que pasaban como zombies a media noche, cansados de su largo día, del trabajo.
Le gusta observar desde su habitación, se siente la seguridad de las cuatro paredes, no interactúa con nadie y no les hace daño. O al menos eso pensaba, hasta que la miró, admiraba su andar, parecía sacada directo de la alfombra roja, no pudo evitar recordar, no pudo evitar sentir la adrenalina en sus venas.

Rachel sentía algo raro, esa sensación extraña que da cuando alguien te sigue, cuando algo te observa, comenzó a mirar a todas direcciones, deseando no encontrar nada. Detrás de una ventana logró distinguir una silueta, y unos ojos que la observaban con deseo, con ideas disparatadas, hacía tiempo que Rachel no sentía un miedo así, tan profundo, esos ojos brillantes.
La silueta al otro lado de la ventana tenía una máscara en su rostro, era una máscara dorada, con un rostro de conejo, por su mente pasó el sobrenombre '' golden rabbit ''.
El no podía dejar de observarla. Pero debía hacerlo, entonces cerró la ventana, puso el seguro y la persiana, apoyo su espalda en la pared y se dejó caer lentamente hacia el piso, debía hacer algo.

Rachel no le dio mucha importancia, se calmó a si misma y continuó su camino, caminó una calle, se sentía tan sola en esa ciudad, a pesar de conocer a tanta gente, a pesar de tener tantos amigos, se sentía perdida en ese laberinto de avenidas , y callejones, de la ciudad de Nueva York, ¿porque justo esa noche no había gente en las calles? ¿Porque estaba tan muerto ese mercado gigante?.
Jungkook la seguía de lejos, sentía como su respiración se aceleraba, escuchaba los latidos de su corazón, comenzó a acelerar el paso, cortó poco a poco la distancia, en una de sus manos tenía una cuchilla, que le traía recuerdos, su cuchilla de la suerte...

El celular de Rachel sonó, era su madre.
-hola ma-
-hola Rachel, ¿donde estas? , te estoy esperando-
-llego en diez minutos no te preocupes ma-
Rachel no quería colgar la llamada, se sentía mas segura platicando con su madre.
La conversación duro un tiempo mas, y Jungkook comenzó a desesperarse.
Pero no podía dejar rastros, así que la dejó marcharse, debía observarla por un tiempo mas, planear, investigar mas sobre ella, después de todo, dicen que el cuchillo que mas duele es el que se toma su tiempo, el que da vueltas y no deja cicatrizar la herida...

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