Un titán se enfrenta al príncipe del mar empuñando una serpiente marina

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Punto de vista de Percy.

Cuando terminó la prueba de Ares fuimos directos al Argo II, donde tenía planeado discutir un poco la situación con mi hermano, pero Grover le dijo que le tocaba estar al cargo de la vigilancia.

Al ver que no podía hablar con mi hermano y sé que no puedo hablar con su novia (creo que le caigo mal), así que decidí ir a la sala de descanso donde estaba Tony sujetando dos caratulas de videojuego, imagino que pensando a cual jugar, ahora que lo pienso, él es muy cercano a Aru, tal vez debería probar a hablar con él, hay todavía mucho camino hasta el monte Olimpo original y debería hacer nuevos amigos.

- Hola - le saludé ganándome un asentimiento por parte del japonés - ¿qué sucede?.

- Estoy sopesando a que juego disfrutaré más - dijo Tony - por ahora he descartado los juegos de pelea, los shooter y los de deportes, pero me gustan los de carreras y los de misterio.

- ¿Y cuales tienes ahí? - le pregunté mientras me sentaba en el sofá.

- Tengo el Gran turismo sport y Call of Cthulhu - dijo él - no sé por cual decidirme.

- ¿Cuál te llama más la atención? - le pregunté.

 - Este - dijo mientras levantaba la caja del juego de Cthulhu.

- Pues entonces juega a ese - le dije - si te llama más la atención juega a ese, no te veas obligado a jugar a alguno que no te apetezca jugar ahora.

Él asintió y se puso a jugar, como no tenía nada mejor que hacer y Annabeth todavía estaba en la enfermería por el cansancio de su prueba decidí acompañarlo en la aventura de este juego en el que eres un investigador que investiga unas muertes extrañas. Mientras pasaba el tiempo pasó Leo por aquí y nos vio jugar a lo que decidió quedarse a ver que pasaba, lo mismo con Clarisse ya que se había cansado de buscar a Alex.

Lo malo de este juego no es que fuera de misterio y no tuviera mucha acción, sino que era un juego de terror, y cada vez que salía un susto daba un pequeño salto en mi asiento que era notado por la hija de Ares que no paraba de reírse de mí, pero yo no era el peor, ya que Leo daba un gritito que parecía de una chica, creo que se nota que no nos gustan los juegos de miedo.

Tras un rato Aru apareció diciendo que va a preparar la cena, a lo que preparó lo que quería Clarisse por haber superado su prueba, por lo que preparó un bistec con patatas fritas y ensalada, él se ausentó un momento y al rato trajo a Alex que se estaba frotando un ojo como si se hubiese acabado de levantar de la cama.

- ¿Donde estabas? - preguntó Clarisse - te estaba buscando.

- ¿Para qué? - dijo ella mientras se sentaba.

- Para saber que hacías cuando no estabas con tu novio - dijo la hija de Ares.

- Pues estaba durmiendo - contestó como si nada.

- No estabas en tu camarote - dijo Clarisse llamando la atención de todos por saber donde estaba la novia de mi hermano.

- Estaba en el de Aru - dijo como si nada.

- Señorita Alex, he de recordarte que no puedes dormir en la habitación de un chico - dijo Grover rojo.

 - ¿Y por qué? - dijo una poco fastidiada - no es que la use mucho, además es mi futuro marido y ya he dormido más veces con él.

En ese momento el aire del comedor se volvió un poco tenso por las miradas que se dirigían la japonesa y el sátiro, obviamente, Alex no entendía que para un espíritu de la naturaleza o una criatura de la misma, el contacto intimo se trata solo entre marido y mujer, puede que ellos dos estén prometidos pero no están casados de momento.

Océano e infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora