5.

39 4 0
                                    



Han pasado tan solo unas horas desde todos los sucesos, ahora me pregunto a quién se le ocurre hacer una fiesta un lunes en la noche sabiendo que al día siguiente habría clases, por esa razón estoy realmente cansada y mi cuerpo parece no querer moverse. Mis rodillas se vieron realmente afectadas por la caída dejando grandes hematomas que duelen cuando esa articulación se flexiona. Me coloqué un vaquero celeste para que tapara esas zonas dañadas y un gran buzo negro para cubrirme completamente, generalmente me vestía de ese modo cuando no me sentía de ánimos para arreglarme, de todas formas me sentía cómoda.

No he dejado de pensar en lo ocurrido, mis horas de sueño fueron remplazadas por un molesto insomnio que me impedía alejar todos los recuerdos. Cada momento se repetía en mi cabeza como si de un disco rallado se tratase y no podía evitar sentirme paranoica. Me cuestiono si debería advertir a mis padres lo que vi, pero pensándolo bien pueden tomarlo como una simple alucinación a base del alcohol y no creerme. Yo sé lo que vi, sé lo que escuché pero comienzo a dudar de mí, quizás fue un simple malentendido pero siento que hay cosas que no concuerdan, todo es muy extraño.

Decidí no contarle nada a Shannon para no alarmarla y mucho menos hacerla sentir culpable por lo que me hubiese podido llegar a pasar, es una buena chica sólo que Mike le afecta, no he querido decirle lo que pienso al respecto pero sé lo mucho que le gusta y no quisiera arruinar su felicidad. Ella puede averiguarlo por sí misma, yo me dedicaría a advertirle.

Otro día en la universidad, seguramente vería a Kaden y tendría que soportar sus continuas preguntas acerca de mí, esperaba que no, después de lo ocurrido en la fiesta me sentía bastante avergonzada como para verlo a la cara. Vería también a las chicas plásticas que analizan a todos despectivamente y puede que conozca a más personas.

Cuando llegué a casa después de que Shannon me trajo eran cerca de las dos de la madrugada y mi madre estaba sentada en el sofá de la sala principal, se excusó diciendo que no podría dormir tranquila sabiendo que yo estaba fuera y también me avisó que Ian había regresado pero que fue directamente a la cama. Papá al parecer no se había enojado pero si le molestó el hecho de que la fiesta fuera un lunes cuando apenas comenzaba la semana y mis estudios, tan solo esperaba que eso no fuera motivo para que me alejara de mi carrera.

Dos toques en la puerta de la habitación me sacaron de mis profundos pensamientos, me levanté con cansancio y abrí encontrándome con mi hermano, él me sonrió y yo lo abracé sin titubear.

—Buenos días a mi pequeño sol—dijo acariciando mi cabello y yo sonreí—. Tan solo me fui por un día, ¿me extrañaste?

Me separé de él con una seriedad—. No vuelvas a irte y mucho menos dejarme esperando por ti, ¡tuve que caminar!

Mi hermano rió estruendosamente—. ¡Exagerada! Debes ejercitar ese cuerpo si quieres quedar como yo—me guiñó un ojo y yo rodé los ojos.

—¿Me llevarás a la universidad en tu moto de nuevo?—inquirí y él alzó una ceja.

—¿Por qué? ¿Hay alguna chica interesada en mí? No me escondas las cosas, eh—advirtió.

Negué con la cabeza—. Creo que espantaste a todas y quiero que vayas de vuelta para mantenerlas alejadas de mí, ya sabes, la mayoría son fastidiosas—bufé.

—Mientes muy mal, chiquilla—dijo mientras comenzaba a bajar las escaleras, yo sonreí y entré al cuarto para tomar mi mochila. Descendí saltando los escalones y saludé a mis padres como es costumbre, mi padre leía el periódico tomando un café y mamá me esperaba en la cocina con lo mismo. Desayunamos como siempre y luego de una larga charla sobre temas variados Ian y yo salimos fuera en busca de su moto. Subir me costó pero disimulé el dolor en las rodillas para que no lo notara, confiaba en mi hermano como en nadie, pero me causaba temor pensar en lo que podría llegar a hacer.

POSESIÓN LETALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora