Love meow

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le diré a Akamaru que vayamos a investigar sobre ese gato blanco del callejón y cuando sepamos quien es, lo vamos a despellejarGaara mostró sus dientes filosos, Sasuke le había contado sobre lo sucedido la semana pasada al mapache siendo ese el motivo por el cual naruto había dejado de ir al callejón.

—¿Quien es Aya, Aka, bueno quien es? — Sasuke cuestiono celoso

Amigo de Naru, por supuesto ¿no lo conoces? Juega con Naru y le hace cosquillas en su pancita, lo baña con su lengua y le da de comer ¡oh y también cuida de el! — explicó el mapache sin maldad alguna en sus palabras, lo que decía era verdad, sólo que no específico que el mencionado era un perro.

Sasuke tenso su cola molesto. ¡No iba a permitir que le quitaran al rubio!

—¿puedes llevarme con ese gato? — pidió

—¿Gato? ¿Cuál gato? ¿Akamaru?

Sasuke asintió

Gaara se hecho a reír — ¡No! Akamaru no es ningún gato, es un perro.

Sasuke palideció — ¿perro?

Ah ja, perro— y fue todo lo que dijo Gaara antes de salir saltando por la ventana, dejando atrás aun confundido y miedoso Sasuke.

Itachi salió corriendo de su habitación, se le había hecho tarde para el trabajo, vertió alimento para el resto del día y coloco también una generosa cantidad de agua para su mascota.

—Sasu, me voy —dijo con la respiración acelerada, colocándose una liga sobre su largo cabello negro — llegare antes de las seis.

Sasuke miro fijo a Itachi mientras corrían pensamientos como " ¿en serio estas hablado con este lindo gato? ¿¡Soy un gato por Dios?!

Itachi parpadeo ante la mirada fija y negra de su felino— llámame loco pero pareciera que tu mirada me dice "¿estas hablando con un gato?" —exclamó

Sasuke abrió los ojos sorprendido ¿estoy domesticando al humano?! ¡Wooo!

Itachi finalmente se despidió y dejo solo a Sasuke, quien al darse cuenta qué la mayor parte del tiempo se la pasaba sólo decidió salir por lo menos al jardín.

Estiró una pata y sus almohadillas tuvieron contacto con césped húmedo por el rocío de la madrugada, la retiró en seguida, un escalofrío recorrió cada fibra de su pequeña anatomía, era desagradable, demasiado. Pero en seguida recordó cuanto lo gustaba a su rubio jugar ahí y revolcarse, de hecho fue ahí donde lo vio y creyó que era una gata, estaba mugroso hasta la raíz del pelo y eso le había parecido desagradable, lanzo un suspiro. Ahora evocar la imagen vivida le parecía hasta ridículamente tierno.

Rayos. Extrañaba demasiado al felino rubio. Pero debia aguantar sólo unas horas mas para poder verlo.

Corrió por el césped y el peso relleno cada espacio de sus almohadillas, garras, pelo, todo lo que estuviera a disposición de lodo, la sensación le produjo escalofríos y asco, pero si quería proteger y enamorar a Naruto debía comenzar por demostrar que estaba mas que dispuesto a ser mas intrépido, podía ser un héroe. Quería ser el héroe de Naruto.

                                         ❤

Tras un día agotador para Deidara en el centro cultural de artes mixtas donde impartía el taller de moldeado de piezas con arcilla, barro y otros elementos, por fin llego a su hogar, se retiró los zapatos dejándolos en la entrada principal, cambiándolos por unas cómodas pantuflas y caminó directo a la sala, donde se encontró a Kyubi dormido enroscado sobre el pantalón de pijama que había dejado por la mañana tras salir apresurado al trabajo, se acerco sigiloso para no asustarlo, se sentó a su lado y acaricio su pequeña cabeza, luego sus orejitas, obteniendo un tierno ronroneo.

Naruto abrió sus ojitos azules y lamió el dedo pulgar de su amo "bienvenido tebba"

—Ven acá dormilón, te prepararé algo de leche para gatos y colocaré ahí tus medicinas — Deidara coloco entre sus manos al consentido felino y camino con el hasta la cocina — estuve pensando, que ya que mañana se termina nuestro aislamiento, seria buena idea ir hoy casi por la madrugada a casa de Itachi y Sasu. Les daremos una sorpresa ¿Que te parece hum? Deidara tenia las mejillas sonrojadas, el sabía que era un pretexto bastante tonto, pero no había nadie que lo juzgara por ello, sólo su nueva mascota pero el no podía hablar así qué no le pareció malo

Naruto miro al rubio, se sentía tan calientito en sus brazos que comenzaba a amar esa sensación. La propuesta le pareció genial. Así que en respuesta maullo y trino en afirmación.

Deidara apreso parte del labio inferior con sus dientes — bien, tomare eso como un sí. — acercó el biberón con leche y medicamentos a su hocico,proporcionándole así su dosis del día. Naruto succionó ávido de alimento.

Llevamos, las mantas de tu camita, la leche, un biberón extra, tus medicamentos ¿Que falta? —Deidara apoyo el dedo índice en su mejilla, intentando repasar su lista para ver si había algo mas que llevar — no, nada, llevo todo — afirmó,tomando el bolso y a Naruto. Apago las luces y cerro su puerta. Un mensaje de texto llego a su celular avisando que su taxi lo esperaba.

Así, siendo la una de la mañana partió donde su novio.

Les darían una sorpresa.

Los dilemas de un gato gruñón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora