Estaba en el parque de siempre, sentada debajo de 'nuestro árbol'. Se fumaba un cigarrillo mientras miraba a ninguna parte. No sabía si estaba llorando o no, no lo pude distinguir con la oscuridad. Me acerqué a ella y ni se inmutó. Ya podía ser yo o un asesino en serie que se hubiera quedado ahí petrificada con la mirada perdida. Para que no se asustara me senté a su lado. La iluminé con la pantalla del móvil para ver si lloraba y efectivamente, estaba llorando. No me lo pensé dos veces, simplemente la abracé aunque luego volví a pensar en que igual se asustaría. Pero supongo que debía saber que era yo, porque no se asustó ni dio respuesta alguna.
-Malú ¿qué ha pasado?- No me respondía, ni me miraba. Se me pasó por la cabeza que igual hasta ni me escuchaba. Me estaba asustando bastante con esto de no me contestara ni siquiera para decirme que no estaba bien, o que pasaba algo. Ni siquiera me miraba, nada.- Anda, vamos a casa.- Me levanté, tiré de su brazo y la levanté. Al menos caminaba, eso si.
Después de unos 5 largos minutos andando hasta su casa por fin llegamos. Pensé que tal vez me diría algo, no sé. Pero no, subió a la habitación, se tumbó en la cama y allí se quedó. ¿Y ahora que hago? Después de pensarlo un rato se me ocurrió llamar a José. Apenas 20 minutos después estaba allí. Llamó a la puerta y lo hice pasar al salón.
-Bueno ¿qué ha pasado?- me dijo preocupado
-No lo sé José...- dije mientras me llevaba las manos a la cabeza.- Después de llamarte por si sabías donde estaba, fui al parque donde siempre vamos y estaba allí, sentada debajo de un árbol con un cigarro en la mano y la mirada perdida. Me acerqué a ella, la abracé, le hablé... Pero no obtuve respuesta alguna. No se que le pasó, no tengo ni idea. Es que no es que no me hable, es que no me mira, nada. Creo que respira porque es involuntario, que sino...
-Ya... ¿Dónde está?
-Está arriba, no creo que esté dormida.
José subió a la habitación y yo detrás. Me quedé apoyada en el marco de la puerta y el se sentó en el suelo, del lado que Malú se había puesto. Al parecer estaba con los ojos abiertos, pero no respondía a nada de lo que su hermano le decía. "Hermanita, háblame" le repetía José. "Dime que te pasa, dime algo." Pero nada. Volvimos a bajar al salón. Nuestras caras de preocupación eran cada vez más y más agravadas. No sabíamos que hacer, ni a quien llamar. No sabíamos nada.
Después de unas dos horas allí en el salón, José recibió una llamada y se tuvo que ir. No me dijo nada ni tampoco pregunté porque supuse que no era asunto mío y ser cotilla en estos momentos no era prioritario.
Me quedé sola en el salón, sin poder dormir en toda la noche. Necesitaba que Malú me dijera algo aunque solo fuera un 'no quiero hablar' yo que se... Pero necesitaba que me hablara. Pasaban las horas y yo no sabía que hacer.
Eran las 5 de la mañana y yo estaba en el salón, sentada en el sofá con una taza de café cargada ya por tercera vez. Lo único que hacía era subir y bajar por las conversaciones de whats app. Tenía aún algunos sin contestar pero ni me molesté. De repente me llegó uno que me hizo saltar. No me lo esperaba en absoluto. "¿Qué haces despierta? Mira que mañana tenemos que ensayar... Tq compi" Era Carlos. En ese momento solo se me ocurrió tirar el móvil, pero para no romperlo simplemente lo apagué. ¿No os pasa que aveces queréis apagar el móvil o simplemente no hablar con nadie por un rato? Pasa que a veces suceden cosas que te impulsan a querer salir de todo, a querer desconectar por completo porque sabes que no estás bien. Sabes que te pasa algo, pero muchas veces no sabes el que. Hay veces que no te pasa nada, simplemente quieres pasar, porque estás espesa, en cuyo caso solo quieres que los demás no pregunten para no hablarles mal o cualquier tipo de cosa... Esto viene a que ahora mismo lo que yo quería era desaparecer. Borrarme del mapa como de si de un dibujo se tratase. Por un día o por una vida, quien sabe. Esto me estaba superando. Me superaba más que antes todo el resto. Al lado de esto, todo lo que nos había pasado con María, con Juan o al principio con Manuel se quedaba muy pero que muy pequeño. Me ahogaba. Me ahogaba y no era capaz de salir a flote otra vez.
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THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVE
RomanceHistoria totalmente ficticia entre Alex, cantautora pendiente de descubrimiento y Malú, famosa cantante española.