Era una noche cualquiera, reposaba en la ventana de la casa de mi mejor amigo, aislada de la reunión que ahí estaba sucediendo, sinceramente nunca he sido muy fan de la música a todo volumen y gente bebiendo por doquier. Me hallaba contemplando los edificios grandes y las luces de la ciudad, viendo como el semáforo cambiaba de color y como los carros ignoraban por completo si tenían el paso o no. Sinceramente, mi mente estaba en blanco, no pensaba en nada, pero sentía una inmensa paz, una tranquilidad profunda, hasta sospechosa y sorprendente. Siempre he sido una persona inquieta y me gusta intelectualizar las cosas así que ¿cómo es que no estaba pensando en nada en ese momento?, claro, lo razono ahora, después que pasó.
-alguien irrumpe mi contemplación-
-... : ¿Te sucede algo?
- ¡Agh me asustaste! ¿qué yo?... No, estoy bien.
- Mejor amigo: Vale, regresa a la sala cuando quieras ¿si?
Se alejó de mí y yo solo continuaba mirando, pero esto era un sentimiento diferente, era como si no pudiese dejar de mirar la ventana, como quién se halla en estado de hipnosis... Me hago consiente de ello e intento, con todas mis fuerzas mirar hacia otro lado, pero por más que lo intentaba, era inútil. Sin embargo, no traté de llamar a mi mejor amigo, ni a los demás.
Mi cerebro insistía en buscar una solución o una razón lógica a lo que pasaba, tal vez mi dolor de espalda durante el día se concentró solo en mi cuello y no me permite girar el mismo, tal vez sólo estoy muy concentrada razonando esto, o tal ve...
En ese momento algo, mejor dicho alguien, interrumpe mi razonamiento y logro despegar la mirada de donde estaba fija. Era un chico, caminando solo, por esta zona (que no es tan segura vale decir) ahora mismo, a las 11:45 pm, era rara su situación, sólo y sin amigos, un día viernes que se supone ser de fiesta, las personas suelen desplazarse a esta hora, pero con su grupo fiestero o ebrio correspondiente... Aparto esa intelectualización de mi mente y continúo observando mi entorno. Al cabo de unos 10 minutos, me propongo alejarme de la ventana e ir a """" socializar"""" ; cuando repentinamente mi vista periférica observa cerca de el borde de la ventana a el mismo chico, el que estaba de pie hace tanto rato.
Lo miro con curiosidad, nadie podría estar esperando a otra persona ahí, en medio de la calle, y... E-Está mirándome... Detallo su cuerpo y su rostro con dificultad, ya que estoy a unos 14 pisos sobre este sujeto, no me siento intimidada; pero debo admitir que es raro que parezca que me está mirando, sobretodo yo estando tan lejos. En ese momento el sujeto se mueve y saca algo de su bolsillo, es... Luminoso y pequeño, ah, claro... Un celular; continúo mirándolo y éste, sin mas, coloca el teléfono en su oreja, está llamando a alguien.
En medio de mi curiosidad algo me interrumpe, es gracioso... El sonido de mi celular, una llamada de un número desconocido haha, pareciera que... Él sujeto... Estuviese... Haha, no, es imposible.
-desliza para contestar-
-¿si? , ¿diga?
*voz ronca y espeluznante*: grave error al contestar.
Y en un parpadeo, estaba a mitad de la calle, al lado del chico, quien tomó un cuchillo que sacó de su cartera y... Y... Me desperté, el día después, en casa de mi amigo... Por el sonido de una llamada entrante a mi celular.