Me sentia tan relajada, el campo es lo mio, los árboles, las flores, el césped. Sentir tanta paz conmigo misma con mis pequeños retoños, solo me falta Pau y estariamos completos.
—Te atreves a venir—levante mi cabeza muy rápido, era algo fuera de lo normal—¿Acaso no pensabas invitarme?.
—Pau,¿Qué haces aqui? ¿Cómo es que te han dejado salir del hospital?.
Sonrió y mientras se acercaba su sonrisa de iba desvaneciendo.
—Sabes que tienes que ser fuerte ¿Cierto?.
—No Pau no hagas eso, no te despidas!
—Mi pequeña Tina, tú eres fuerte. Cuida mucho de Liam y Cloe, yo os cuidare desde donde este. Juro que lo hare...
No podía creerlo...
—Pau, Pau, Samuel porfavor no me dejes—grite.
—Cariño, tranquila—escuchaba la voz de mi madre—Despierta, solo fue una pesadilla.
Desperte con mi cara empapada en lágrimas. Aquel sueño se me hacia tan real.
—Mamá, necesito saber si Pau esta bien—tenia un nudo en el pecho, podía sentir que algo muy malo estaba pasando.
Sonó el teléfono. Mi expresión cambio por completo, una llamada a las 3 de la mañana no era buena, nada buena.
Mi madre se me adelanto a contestar, hablaba muy despacio. Yo tenía los nervios de punta hasta que con una mirada de compasión me paso el teléfono.
—Si,¿Quién habla?
—Aitana, primero quiero que tomes aire— era Carmen— No te debes alterar, ya sabes que eso hace mal a los bebés.
Mi madre me ayudo a tomar asiento.
—Carmen dime que pasa, Pau puedes pasarme a Pau porfavor.
Empece a escuchar sollozos, y al padre de Pau pidiendole que se calmara. No estoy preparada para escuchar la peor noticia asi que corte la llama, agarre las llaves del coche y me dirigi al hospital. Mi madre, mi abuela y mi hermana me acompañaron.
Fui hacia la sala de espera y me encontre con el Dr.Collins.
Él lo único que hizo fue abrazarme, y mientras acaribia mi cabeza susurro que fuera fuerte.
Escucharlo a él decir aquello desató todas las extrañas sensaciones que habia estado evitando en el camino al hospital.
—Sólo dime que pasa, y hazlo ya ¡Por favor!.
—Pau sufrió un paro cardiaco—sostuvo mis manos, mientras yo sentia helado todo mi cuerpo—Lo intentamos todo pero aquello ya no se encontraba en nuestras manos, lo siento Aitana. Pau ha muerto.
Sentí muy debiles mis piernas, ya no podia sostenerme yo sola. El mundo se me vino encima, esto no podía ser cierto. Mi pequeño Pau no puede haberme dejado.
***
—¿Pau?
—Dime—respondía mientras seguia remando.
—¿Cuánto crees que duremos?.
Me miro muy tranquilo y descanso de remar.
—Duraremos tanto como nos amemos—me besó —Asi que creo que una eternidad.
—Pero, ¿Por qué te vas y nos dejas solos? No creo poder seguir sin ti.
Acaricio mi tripa y empezo a tararear una canción. Al principio no la reconocí hasta que llego al coro.
—Never be alone—sonreí.
—Jamas os dejare solos, como dice este es un momento difícil y se que ahora no puedo explicarte nada. Prometo que en la eternidad de la muerte estaremos juntos, mientras tanto debes abrirte al mundo, conocer gente, ser la madre mas increíble del universo, viajar y conocer casi todos los paises y cuando ya estes lo suficientemente feliz y muy pero que muy cansada ire a buscarte para entrar juntos en la eternidad de nuestro amor.
—Me lo prometes—solloze.
—Te lo juro mi pequeña, estaré esperando por ti para poder escuchar tu ”Si quiero” en el altar que construire en este monton de años de espera.
—Pau...¡Te amo!
—Te amo mi pequeña...
***
—Cielito mio—pude ver entre sombras la silueta de Sohaila—Lo siento mucho mi niña—empezamos a llorar juntas, esto era como una muy mala pesadilla—Tienes que ser muy fuerte, por mis sobrinos. Ellos necesitan de ti!
—Lo sé amor. Lo sé —limpie mis lágrimas mientras intentaba levantarme de la camilla—Puedo pedirte un favor?
—Claro mi niña dime...
—Me ayudas a preparar su funeral—sentia mis ojos cristalizarse una vez mas. Me era difícil entender que Pau ya no estaría con nosotros nunca más.
—Pues claro que si mi pedacito de cielo.
—Yo también quiero ayudar—entro Geraldinne por la puerta casi corriendo hasta mi camilla—Vamos ha estar contigo en todo mi pedacito de cielo, eres nuestra mejor amiga. Estamos las dos mosqueteras para ti.
Decidí salir de una buena vez en busca de todos, tenía que ser fuerte y si no lo llegase a ser sabía que tenía a dos chicas cuidando de mi.
Pase la mayor parte de la mañana acompañada de todos, mi familia, la familia de Pau y todos mis amigos, era algo mágico ya que sentía todo el amor de cada uno de ellos.
Sobre las 10 de la mañana el Dr. Nos permitio pasar a despedirnos de Pau, esa fue una parte algo dura, creí que no iba a salir viva de alli. Pero recorde aquellos sueños y cuando me acerque para poder abrazarlo le susurre al oído—Estaré esperando por ti mi cielo—varias lágrimas cayeron por mis mejillas, mientras le depositaba un dulce beso.
Su madre me ayudo a vestirlo, le pusimos un traje muy bonito. Le deje puesto nuestro anillo de compromiso.
Una vez en la iglesia todos se acercaron al micrófono a decir cosas muy bonitas sobre Pau. Hasta que llego mi turno...
—La verdad es que no pense llegar a este momento tan pronto, la verdad esperaba tener por lo menos de ochenta a noventa años y no a los veintitrés—sonreí intentando aguantar las lágrimas—Aquellas personas que lo conocían, sabían la clase de persona que era Pau Santos, aquel hombre que lo daba todo por sus amigos, por su familia—acaricie mi tripa—Hoy no estoy dando fin a nuestra historia ya que lo nuestro va más alla de la muerte—mi madre se levanto para hacerme compañía —Pau, quiero que sepas que siempre serás el amor de mi vida, que agradezco a Dios por haberte puesto aquel día en mi camino, eres la Casualidad Oportuna más bonita que pudo haberme pasado, y si me dieran a elegir juro que te elegiría a ti una y mil veces más, porque prefiero tener los cálidos momentos a tu lado, a dos pequeños Santos en mi vientre que una vida sin haberte conocido. Las casualidades existen, creanme que sí, no estabamos destinados a conocernos y sin embargo lo hicimos. Aquellos par de ojos color avellana se adueñaron de mi corazón y de todo el amor que una mujer puede brindar en su vida. Gracias por todo mi pequeño gran amor, prometo contarles a nuestros hijos toda nuestra historia. Mostrarles quien era su padre y que esten tan orgullosos de ti como todos aqui presentes lo estamos.
Te amare por siempre.
Aitana Vega.
Fin.
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Casualidades Oportunas ♡
Teen FictionDime tú que sentirias, si toda tu historia de amor se desvanece de la noche a la mañana, como puede una perra llegar y destruir en segundos lo que una dama construyó durante años... ¿Cómo? Me llamo Aitana Vega y aquí vengo a contarte la CASUAL...