¿ME RECUERDAS?

¿me recurdas?

hola, ¿me recuerdas?, soy el mar, aquel que te  acompañaba desde el inicio de los tiempos, el que te dio alimento y agua, el que te vio avanzar, crecer, y el que te vio partir, el que te asombraba con especies que no conocía he incluso el que te inspiraba para que escribas de mí, ¿ya me recuerdas? que bien, pues hoy vengo a ti por una pregunta, ¿por qué si soy yo era el que te había cuidado tanto, tú me dejaste morir? te dejaba navegar en mí, y tu pago fue un maltrato sin fin, tú con tus barcos enormes que me tiraban petróleo, y en los días que ibas a verme me tirabas basura, y por satisfacer tus ansias me extinguías las especies que vivían en mí, ¿no te dabas cuenta que me estaba acabando?
En tu vida fui pasajera, pues hoy veo que jamás te importo si estaba ahí o no, te quedaste con la idea que jamás me acabaría; recuerdas cuando dejabas correr la llave por horas, o como ibas a visitarme solo para dejarme basura. Hoy ruegas volver al pasado y hacer algo cuando podías y tal vez así yo seguiría ahí, te culpas noche y día por mi ida
Perdón si te herí, nunca quise ahogar tus ciudades, pero entonces dime tu como hacia que me escucharas, si por más que gritaba no parabas, si por más que te cuidaba me lastimabas; te enojaste con migo por lo que hice sin darte cuenta que el que me hacía daño eras tú, hoy vas a el lugar donde solía estar y me pides  regresar aunque no se escucha tu voz por la deshidratación.
¿Te acuerdas cuando te dejaban de tarea dibujarme? Recuerdo que siempre tomabas el color más azul que podías encontrar y me coloreabas sin dejar espacios en blanco o cuando imaginas que eras marino y navegabas sobre mí, recuerdo como corrías en mi orilla y saltabas mis olas para jugar, incluso recuerdo como aprendiste a nadar en mí, y así descubriste un nuevo mundo dentro de mí, incluso que te preguntaste que secretos escondía, inventaste historias maravillosas de especies nunca antes vistas, las niñas podían pasar horas sentada en la orilla y soñaban que eran sirenas y nadaban horas y horas en mí, y los más grandes surfeaban y acariciaban mis olas con sus manos, siempre buscaste una excusa para estar en mi pero jamás buscaste una solución para que me quedara
Hoy que ya no estoy, ya no puedes nadar en mí, ya no puedo regresar, me he secado y te he dejado solo y me extrañas, veo que sufres y mueres poco a  poco por no tener que beber, ahora te pregunto, ¿te gusta cómo se siente? ¿por qué ahora que no estoy es cuando me valoras? y ¿por qué cuando me tenías no me cuidaste?, hoy tus hijos no me  conocen y aquellos poemas que hablaban de mí son relatos para ellos, hoy les cuentas historias de cómo era yo, mi color, el cómo me sentía y  cuando te preguntan porque me fui no puedes evitar llorar, pero las lágrimas no salen porque te hago falta, has tomado medidas drásticas para sobrevivir sin mí, en tus museos están las especies que antes admirabas en vivo, tus acuarios donde atrapabas mis especies para admirarlos los has cerrado, extrañas los momentos en los que navegabas en mí, cuando ponías de excusa el calor para visitarme y dormirte con el ruido de mis olas.
Antes éramos tú y yo contra todo, luego fue tú contra mí, y ahora es tú sin mí, que triste que llegáramos a esto, es hoy cuando me valoras, hoy peleas solo por una gota mía cuando antes me derramabas sin consideración, recuerdas que pasabas horas debajo de la ducha, o como abrías la manguera para cualquier cosa, me acabaste hasta que ya no podía más. Me sorprende como da vueltas la vida, antes yo te rogaba para que no dejaras morir, y hoy tú me ruegas para que te ayude a vivir, que daría yo por ayudarte, por regresar y estar juntos como antes, pero tu decidiste avanzar, sin importarte si me dañabas, pero yo sin embargo no quería partir pero tú me obligaste.
Recuerdo como era todo verde, como había frutos donde sea, y como te encantaba que te mojara, como al inicio me temías, y luego te asombraba; hoy veo la tierra seca, las plantas se han muerto y los animales también, jamás apreciaste todo lo que tenías hasta que me fui.
Tu apariencia ha cambiado, tu piel se ha vuelto áspera y seca y pareces más viejo que tu edad normal tus hijos nacen enfermos y algunos mueren al año, ya no puedes caminar, ni hablar, y sin embargo con el último aliento mencionas mi nombre dejando correr una gota que se seca con rapidez.
Tus penas han acabado, has pagado la condena; hoy te reúnes junto a mí y vuelves a navegar sin rumbo sobre mis olas, admiras las especies que jamás creíste volver a ver y los niños que no pudieron conocerme hoy son angelitos que revolotean a mi alrededor y vuelven a soñar como tú lo hacías conmigo. Te sientas a mi orilla y sonríes una vez más prometiéndome jamás volverme a lastimar

Autora: Jhosara Geraldyn