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7 AÑOS

-¡Miguel, Adam hora de irnos!

Mi papá noh habló desde la sala de mi casa, era hora de ir a la escuela. Elena y yo jugábamoh en su habitación ehperando a Adam, no sabia porque estaba aún en nuehtro cuarto si él se había despertado antes.
Adam y yo compartíamoh habitación mientras Elena tenía la suya, eso no me molestaba, Adam y yo la hemos compartido desde que tengo memoria. Cuando Elena nació mamá y papá decidieron que era mejor mudarnoh pues Elena, Adam y yo no podíamoh compartir habitación. Así que la nueva casa tiene una habitación para Elena y otra para Adam y yo.

-Noh vemos -le di un beso en la mejilla antes de levantarme del suelo.

-No Minel -Elena se levantó y abrazo mi pierna.

-Noh veremos en la tarde y jugaremos, lo prometo -volví a abrazarla y ella dejo que me fuera.

Mi hermanita ahora tiene dos años, aun es pequeña y no puede hacer todo lo que quisiera, como jugar fútbol pero aun así la quiero mucho.
Fui hasta nuestra habitación para buscar a Adam he ir por mi mochila.

-Adam ya nos vamos - entre a nuestro cuarto, Adam buscaba algo bajo su cama, no sabia muy bien que era-¿Qué buscas? -Mire a Adam.

-Nada importante -Adam salió de debajo de la cama- sólo espero que tía Maggie no revise nuestro cuatro.

-¿Otro juguete de un amigo? -Tome mi mochila.

-Si, no quiero que me lo quiten -Adam tomó su mochila - ¿No les dirás verdad?

-¿Decirleh qué? -Adam me revolvió el cabello.

Cuando mi papá volvió a hablarnos ambos bajamos las escaleras rápido para ir con mi mamá y despedirnos de ella antes de salir al auto de papá he irnos a la escuela.
Adam estaba en su último año, ahora tenía once y estaba por cambiarse de escuela. Ya no lo vería por las mañanas, ahora solo lo vería en casa. Odio que él sea mayor, ¿Por qué suh padres no decidieron tenerlo al mismo tiempo que los míos? También no entendía porque mih padres decidieron tener a Elena después de mucho, a ella tampoco la vería en mi escuela.
Papá noh dejó justo en la entrada de la escuela como siempre, recordándonos que él estaría aquí a la hora de la salida y que no noh tardemos mucho. Ambos nos dehpedimos y entramos al patio delantero.

-¿Tu amigo se molestará por no darle el juguete hoy? -Mire a Adam mientras caminábamos a la entrada.

-No, le diré que mañana se lo doy, además aún falta que tu lo pruebes -Adam me sonrió.

Eso me emocionó un poco, cuando iba a preguntarle sobre de que juguete se trataba varios de sus amigos llegaron y comenzaron a hablar de cosas que yo no entendía, Adam se fue con ellos. Me fui sólo hasta mi salón, y no es que no tuviera amigos; si que los tengo. Aunque no muchos, era difícil tener muchos amigos como los que Adam tenía.
Estaba por entrar al salón cuando una niña que estaba parada ahí, no me dejaba pasar ¿Qué es lo que hacía?

-Oye -ella no me hizo caso- hey, niña...rara.

-A quien llamas rara -ella si que me hizo caso volteándose a verme muy molesta. Quizás intentar hacerme el valiente no fue buena idea.

-L-lo siento, yo n-no quería...-cuando ella se acercó a mi comencé a tartamudear ¿Por qué tenía que hacerlo justo ahora?

-Tranquilo, no te haré daño -ella se río de mi, aunque sólo un poco- sólo no vuelvas a decirme rara.

-No lo haré -ella me sonrió- eres nueva ¿cierto?

-Si, mi familia se acaba de mudar. Soy Ainhoa ¿y tu?

¿Por qué me odian? || Rubelangel (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora