Un ruido me hace abrir los ojos de golpe, me sobresalto enseguida mientras miro para todos lados. Respiro aliviada al notar que estoy en casa, en mi cama. Anoche estaba tan agotada que me quedé dormida tal como llegué, incluso con los zapatillas puestas. Espero volver a escuchar algo, pero nada.
_¡Pedro!_ me quedé dormida pensando en él, y como de costumbre, mis primeros pensamientos también los ocupa, no importa cuánto pueda estar enojada con él. Quiero imaginar que ha tratado de comunicarse conmigo.
Busco mi teléfono en mi cartera para ponerlo a cargar y no está, reviso por todos lados sin éxito, seguramente lo perdí anoche cuando buscaba en mi cartera junto al auto... ¡No!
Camino hasta el teléfono fijo y trato de recordar el número de Pedro. Busco entre mis pensamientos, pero se me está haciendo difícil, debo aprenderme de memoria los números importantes. Cuando estoy por darme por vencida, mi portátil entra a mi campo de visión _¡Los correos!_ en la firma aparece el número telefónico. Como si de ello dependiera mi vida, me apresuro a encenderlo, la espera se me hace eterna. Cuando por fin consigo lo que busco, marco los dígitos.
Uno, dos, tres... muchos intentos y la llamada cae directo al buzón.
Busco algo limpio que ponerme y tomo una ducha rápida. Cuando estoy lista voy hasta la casa vecina, necesito saber qué esta pasando.
La reja de la entrada está abierta, llego hasta la puerta de la casa y toco el timbre. NADA. Doy varios golpes sobre la madera pero nadie abre. Esto no me está gustando, la señora Esperanza siempre anda por aquí. Me asomo buscando el auto de Pedro, pero tampoco está.
Me acomodo en uno de los escalones y espero...
...
Por suerte pude recuperar mi mismo número, apenas termino con las configuraciones del nuevo teléfono y voy recuperando mis contactos, entra una llamada con número privado, ¡Otra vez no!. Lo ignoro un par de veces más y parece que desisten. Salgo del establecimiento y subo a mi auto con dirección a casa.
Un papel doblado en el piso llama mi atención apenas abro la puerta. Llego hasta uno de los sillones y lo observo. Deshago con cuidado cada doblez y lo aliso con mis manos sobre mi pecho, mis ojos se abren por completo conforme leo el escrito, dejo caer todo sobre la mesita.
_¡No puede ser!_ cubro mi boca con ambas manos y siento que mi cuerpo tiembla del coraje. Vuelvo a leer para asegurarme que no me equivoqué y para mi desgracia me doy cuenta que leí bien.
Me dejo caer en el sofá y escondo mi cara entre mis brazos, ahogo varios gritos y trato de calmar mi respiración.
Según la nota, el abogado estuvo por aquí. Mi hermana está tratando de vender la casa en donde vivíamos, de donde me corrió sin siquiera escucharme. Dice que trató de comunicarse conmigo sin éxito desde muy temprano. Busco mi teléfono y marco su número...
_Gracias_ cuelgo y doy palmaditas en forma de celebración, ¿No les pasa que desconfían cuando algo les sale bien?.
El abogado me contó que al parecer es Diego quién está sonsacando a mi hermana para intentar vender la antigua casa de mis padres, lo buscaron para que él se hiciera cargo del proceso, pero ellos no tomaban en cuenta mi autorización para venderla, obvio eso no va a pasar. Seguramente él anda metido en más deudas, como siempre.
...
Miro la hora en la pantalla y son poco mas de las tres de la tarde, al no soportar el encierro en casa, decidí salir a caminar un poco.
Cruzo la calle y camino hacia la esquina donde dejé estacionado mi coche, por el rabillo del ojo me parece notar un auto siguiendo mis pasos, ¿Será Diego?
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Amor Desconocido
FanfictionCuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos. No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta de...