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Como de costumbre hoy había sido un día extremadamente agotador, a paso lento por las calles que conocían de manera enfermiza mis pies y mi forma de caminar.

 Yo admiraba la calle vacía, la cual solo la luna  iluminaba mi camino a casa, la observaba con su brillo infernalmente azulado acompañada de nubes grisaseas, podía juzgar mi ansiedad, sentía el gran peso de mis pertenencias en un bolso negro, sobre mi cansada y extenuada espalda, el frío era bastante, tanto que casi podía abofetear mi mente de una forma para nada pasiva, creo que debí escuchar a mi madre al advertirme sobre el clima de esta noche. Con mis audífonos correctamente puestos y deleitándome con la voz de mi cantante favorito Morrissey, y su single "i'm not sorry" sin dejarme tener conciencia sobre ruido alguno en la calle, de un derrepente sentí un horrible y gran peso en mi espalda, casi como si de manera compulsiva me estuviesen observando, con miedo, me gire de manera tranquila y calmada viendo a todo mi alrededor con la sorpresa de que ningún humano estuviese en algún recóndito lugar en la dichosa calle, no había nadie mas conmigo mas que un lindo y pequeño gato de ojos verdes, sus ojos reclamaba un tipo de atención, sin embargo, no tenia tiempo alguno para perderlo así, seguí mi paso aún escuchando como las frases de Morrissey calaban en lo profundo de mis sentimientos.

Al llegar a mi hogar, (Lugar que compartía con mi madre y padre) volví a sentir esa estúpida sensación de intranquilidad, sentí nuevamente que me observaban y el frío por mi espalda,  lo deje pasar sin que la ansiedad me atacara, subí las escaleras sin decir palabra alguna aunque de igual manera no había siquiera un alma en casa para poder hablarle, mis padres trabajaban y esta vez llegaban para cenar, a paso rápido mientras abandonaba mi ropa por el sucio piso me fui a la ducha, sin antes hacer una parada a mi gran amigo, el espejo, como era costumbre podía ver el reflejo de mis grandes ojos azules en combinación con unas notorias ojeras a causa del insomnio nocturno que hacían juego con mi negro y grasoso cabello notoriamente descuidado, despeinado y largo, mis costillas marcadas casi perfectamente como un drogadicto sin salvación y mis piernas totalmente blancas (al igual que el resto de mi cuerpo). En un estado totalmente normal aunque con pequeñas manchas que hace unos días note en mis extremidades, sin darle mayor atención a mi desnudo cuerpo entre a la ducha, intente apresurar el paso lo que mas pude ya que debía hacer la lista de tareas que mi madre dejaba para mi cada día en la entrada de la puerta. 

Apague la ducha y seque mi cuerpo mientras me vestía, usaba bata de seda roja casi como un vestido, bajaba las escaleras yendo a la puerta y leía la nota de perfecta III que mi madre había dejado para mí.

*Tareas de hoy

1.- Lavar las alfombras de la casa: me acerque a ellas, al mismo tiempo que tomaba una cubeta con liquido transparente y lo aplicaba en ella, era una misión difícil, sentimentalmente me sentía nostálgico al ver que el articulo que me había acompañado en uno de mis mejores momentos debía borrar sus historia para ser reemplazado con otro. Al terminar me detuve a apreciar como de manera perfecta ya había vuelto a su color original.

2.-Limpiar y barnizar la escalera: Esta tarea era un poco mas fácil,  no me tomó mas de media hora, contando que era temprano y el reloj solamente me sonreía con las 21:30 reflejado en mis ojos, asumí que ya era la hora de cocinar.

Como de costumbre, al terminar las tareas asignadas por mi madre me fui a la nevera a buscar la carne para hacer la comida, que seria para mis padres, al abrirla me encontré con la organización obsesiva de mamá todo por separado y rotulado de la siguiente manera:

- Carne ( y su respectiva fecha), Pollo, cerdo, y así sucesivamente, hoy en particular usaría una carne especial  "La de la cena" así acostumbrábamos llamarla y básicamente era para los momentos de celebración de alguno de los tres en casa.

A pesar de la extraña sensación que mantuve durante el día, para mi hoy sería una fecha especial, una fecha para no olvidar jamás.

Las porciones de carne rotuladas mostraban cortes limpios y claros, sin embargo no puedo dejar de lado que la sangre en conjunto con sus nervios eran bastante molestos, intente evitarlos en la preparación, para sazonar y cambiar los sabores añadí un poco de un particular condimento de color blanco, casi como mi piel lechosa.

Después de sazonar y condimentar "la carne de la cena" la deje hornearse su buen tiempo mientras observaba de manera magnifica como cambiaba de color rojizo a un tono mas claro muy diferente al resto de las preparaciones, era claro como pollo y rosada como cerdo una mezcla de color que dilataba mis pupilas y papilas gustativas. 

Abandone la cocina para ir directo al comedor a montar la mesa, las paredes de este lugar en casa eran blancas y pulcras, no existía mancha alguna y daba una terrible combinación de contraste con todos los muebles negros oscuros que habían en él.

Tome el mantel  " De la cena" y decore todo perfectamente para tener una mesa especial. En ella habían copas para agua y vino, los platos estaban estratégicamente posicionados en combinación con los cubiertos, busque en mis discos la  5° sinfonía de beethoven para ambientar lo que seria una inolvidable cena.

Cerca de las 22:30 hrs. la preparación ya estaba casi lista, solo faltaban algunos minutos mas para que todo estuviera a la perfección, los acompañamientos ya estaban distribuidos correctamente en la mesa, había Cous-cous con amapolas y queso crema, ensalada griega, Dressing para aliñar los acompañamientos y el vino un Merlot de reserva de la viña Concha y Toro, ideal para carnes estaba a la temperatura ideal de 14° celsius, todo marchaba sobre ruedas para esta cena "especial".

Sin mas prisa sentí como se abría la puerta de entrada principal de la casa, eran mis padres con una gran sonrisa en el rostro salí a recibirlos, ellos venían cansados les pedí que fueran a cambiar y que se pusieran la mejor pinta que tuvieran en su armario, tenia que ser inolvidable, luego de que bajaron se sorprendieron por esta maravillosa mesa que los esperaba.

Mi madre vestida de negro con un gran escote en su espalda y sus brillantes tacones de color carmesí hacían resaltar aún mas su perfecta tez blanca, sus mejillas ruborizadas combinaban con sus grandes y verdes ojos, sus labios de color rosa iluminaban aun mas la perfeccion de su rubia cabellera.

Mi padre que no se quedo atrás con su smoking en tono negro combinado con el vestido de mamá, su pisa corbatas y colleras de color dorado le daban la seriedad y sofisticación necesaria para esta "cena" tan peculiar.

Los invito a pasar para comenzar, gustosamente se sientan y les sirvo de forma delicada y sinuosa el vino que ya estaba descorchado sobre la mesa, mientras ellos disfrutan de este yo me dirijo sigilosamente a la cocina para llevar la carne que esta en un punto perfecto para la mesa.

Mientras comemos recibo las respectivas felicitaciones por todas las preparaciones que tenia para ellos, estaban felices, sus rostros reflejaban una gran excitación por la cantidad de sabores que experimentaban, aunque a mi solo me irritaban de gran manera.

En el minuto donde beethoven se explaya y genera el climax máximo de esta maravillosa sinfonía siento la necesidad inexplicable de levantarme de mi silla, camino sin dudar hacia la cocina y tomo el cuchillo mas grande y de gran filo. Retorno al comedor sintiendo la vibración de beethoven por mis venas, la adrenalina que experimento es realmente inigualable a lo que alguna vez pude sentir,  sin dudarlo me pozo por detras del asiento de mi padre y corto su traquea de forma horizontal sintiendo como se baña de sangre todo a mi alrededor, mi madre que  regresaba del tocador se encuentra con esta escena y trata de impedirlo pero ya es demasiado tarde, ella se avalanza sobre mi y es donde siento como atravieso su  tórax frágil y débil. Veo como ambos se desangran en la habitación mientras beethoven culmina su sinfonia mas conocida en su trayectoria.

Abandono el lugar, salgo de la casa y en el frontis de esta me encuentro con aquel gatito de ojos verdes, que me miraba fijamente y mientras se acercaba a mi volví a sentir ese peso en mi espalda y cuando volteo un gran hombre de sombrero de copas me sugiere que intoduzca aquel cuchillo en mi corazón, lentamente sigo las intrucciones de este hombre y solo en mi mente escucho la tonada de Morrissey  "i'm not sorry".

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2020 ⏰

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