April llegó a la casa de Tony, tocó el timbre y esperó. Sabía por él que Diego estaba en casa de sus abuelos. Tony bajó las escaleras con una toalla enroscada en su cintura. Revolsió su cabello mojado y abrió la puerta, ella sonrió.
-¿Interrumpí?-preguntó ella.
Él sonrió y negó con la cabeza.
-Pasa-dijo.
Ella entró y se quitó el abrigo, la agarró por la cintura y la besó, ella sonrió.
-Iré a vestirme-dijo él contra sus labios.
-Está bien, me quedaré aquí-dijo ella.
Él hizo un puchero.
-¿En serio?-ella asintió divertida- ¿Y si subimos los dos?
Tony la agarro de la cintura y ella sonrió negando con su cabeza. Él la agarró y la puso en su hombro como un costal de papas, ella gritó riendo. Entre las sábanas desnudos hablaron, ella se estiró y se sentó en la cama para atar su cabello en una cola de caballo, él acaricio su espalda sonriendo.
-¿Tú padre ya se fue?-preguntó
-Al parecer-contestó ella-, era lo mejor.
Él sonrió, cuando lo miró, no quería decirle nada referente al correo. Si algo en verdad ocultaba se lo tendría que decir.
-¿Cómo está Diego?-preguntó ella acariciando su pecho.
-Iliana dijo que estaba con un poco de calentura, pero todo bien.
-¿Iliana es...?
-La esposa de mi padre-dijo él acariciando su espalda.
-Ah, ya entiendo-dijo ella sonriendo y lo besó-, estoy muerta de sueño.
-¿Fue un día muy cansado?-preguntó besando su frente.
-Amo mi trabajo, pero ahora estoy deseando ser desempleada-él rio.
-No digas eso, cariño-dijo él bajando su mano a su trasero, ella sonrió.
-Si esa mano sigue su camino lo menos que puedo hacer será dormir.
Él volvió a reír.
-Mi amor, descansa, juro que tendré las manos quietas-Tony la arropó y la besó.
Ella sonrió y cerró los ojos. Cuando despertó Tony no estaba en la cama, ella frunció el ceño, se levantó y se puso la camisa de Tony que estaba en la cama. Miró el reloj y eran las 5 de la mañana, antes de que pudiera salir de la habitación Tony entró a la habitación, al verla ahí con su camisa sonrió.
-¿Para dónde?-preguntó él.
-A buscarte-dijo ella sonriendo.
-Lo siento no podía dormir y me fui a ver unas cosas del trabajo.
-¿Desde qué hora?-preguntó ella.
-No sé, ¿2?-dijo él sonriendo.
-¿Te han dicho que trabajar tanto es malo?-preguntó ella cruzándose de brazos.
Él sonrió al verla enfadada, se acercó a ella y la besó.
-Hermosa, me lo han dicho muchas veces-acarició su espalda bajando sus manos al dobladillo de su camisa- ¿Qué haces vestida?
-Moría de frío y no iba a ir a buscarte desnuda-pasando sus manos por su pecho.
-Puedo quitarte el frío-susurró él mientras besaba su cuello-, y hubieras ido a buscarme desnuda, quizá hubiera terminado mucho antes. No hay nadie, no tienes porqué preocuparte de que alguien, que no sea yo te vea desnuda.
Ella resopló divertida, él le quito la camisa y la llevó a la cama. Hicieron el amor y luego de un rato se quedaron dormidos, Tony se despertó sobre las 11 de la mañana. Vio a April despierta, ella le sonrió y lo besó.
-Buenos días.
-Hola linda ¿Hace mucho te despertaste?
-Hace poco, solo te veía dormir-dijo ella sonriendo tímida.
-Acosándome ¿Eh?-ella rio bajo, él sonrió y la abrazó por la cintura.
-Lo siento, pero te ves muy tierno dormido.
Pegándola a su cuerpo besó su cuello. Ella sonrió al sentir su pecho contra su espalda. Él acaricio su brazo mientras besaba su hombro haciendo camino hacia su cuello.
-¿Pasaremos en la cama todo el día?-susurró ella.
-A mí no me molestaría pasar todo el día contigo, además sería la envidia de muchos hombres-ella sonrió.
-¿De muchos hombres?
-Muchos-susurró él mordiendo su cuello suavemente.
Ella rio por las cosquillas ocasionadas, él sonrió y le dio la vuelta para besarla, pasando su mano por su silueta. Al llegar a sus costillas oprimió sus dedos haciéndola reír, ella se removió mientras se reír bajo su cuerpo.
-¡Para, por favor, para!-gritó riendo.
Él se detuvo y sonrió, ella lo miró jadeando. La besó y acarició su mejilla al separarse de ella. Sentía como su piel reaccionaba en pos de él, una caricia y la encendía, la ponía cardíaca.
-Eres lo más bonito que ha llegado después de tanto tiempo-murmuró él pasando sus dedos por su cabello rojizo.
-Y tú eres lo mejor de mi vida-dijo ella-, lo mejor.
Él sonrió y la besó, sus labios suaves y dulces lo volvían loco, deseaba no separarse de ellos nunca más en su vida. Quería vivir pegado a ella, la quería, y eso lo estaba volviendo loco. Nunca pensó volver a querer a alguien como la quería a ella. No tuvieron que hacer el amor para saber lo que sus cuerpos, corazones y mentes querían decir. Un beso, una caricia, una mirada, todo unido formaban lo que más necesitaban, el uno al otro. Para ser uno solo.
Pasaron la tarde en casa, sonriendo, riendo y besándose. No hubo un momento en el que no pasaron un momento feliz y tranquilo, se desconectaron por un segundo del mundo, los dos hablaron con Diego, él reía por las cosas que April le decía a su hijo, adoraba que se llevaran de esa forma, nunca pensó que algo así pasaría.
Hicieron la cena juntos, apenas podían mantener las manos quietas y apenas lograron terminar con la cena. Lavaron todo y se fueron a la cama, April se tomó su medicamento y miró a Tony quién la miraba atento.
-¿Qué es?
-Para el dolor-dijo ella-, y calor.
-¿Calor?-preguntó él acercándose a ella sonriendo.
-Larga historia-dijo al ver como él se colocaba encima de ella- ¿No me ibas a contar la historia entre tu hermano y Xandra?
Él asintió lentamente y acomodado entre sus piernas comenzó a hablar, ella con cada palabra se sorprendía, pero no quería que él notara lo sorprendida que estaba.
-Luego pasó el tiempo y ella regresó, no pudimos olvidarnos. Ella fue alguien que supo como manejarme, aunque ella no quisiera hacerlo. En ese tiempo estaba con Holly, una gran mujer, tuvimos una relación, mientras estaba con ella. La cosa es que terminó y yo terminé estando con Xandra y lo demás ya lo sabes-dijo él.
-Vaya...-él sonrió- Mi vida al lado de la tuya es muy aburrida.
Él rio.
-No tiene que ser una vida emocionante para que sea una buena vida-la besó-. Pero ahora April, quiero que seamos tú y yo, nada más y nadie más.
-¿Sabes? Quiero saber si en verdad quieres que éste en tu vida.
-Quiero que estés en nuestra vida, Diego también lo quiere y eso no lo dudes-susurró él.
Ella pasó su mano por el cabello de Tony y lo besó abrazándolo.
-Te quiero April-dijo él sonriendo al ver su mirada de emoción.
-Y yo a ti, señor Luna.
Él rio y la abrazó, aquella chica era lo que había necesitado todos esos años.
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Y ahora tú serás, quien pare el tiempo.
Romance3 años pasaron desde la muerte de Xandra, Tony ha estado pendiente de su hijo, solo de él, no ha tenido cabeza para otra cosa que no sea cuidar y proteger a su hijo. En su lugar, Diego adora a su padre, ama sus tardes de soccer, o sus noches de pel...