Sus ojos no lograban enfocar nada de lo que veía, sintió un dolor sobre su cuerpo y el cosquilleo en la parte central de su entre pierna, trató de moverse pero le era imposible por el peso que sentía encima.
Jadeaban con desesperación y sintió un líquido caliente, viscoso, sobre su estómago que le provocó el sentimiento de nauseas.
Sus ojos se ajustaron al par y todo lo borroso ahora se había convertido en una imagen nítida que hubiese deseado jamás haber visto. Aquel hombre no dejaba de tocarse, y con las pocas fuerzas trató de deslizar su cuerpo contra el suelo, pero fue jalado con fuerza del tobillo hasta quedar cara a cara contra el moreno -No, no- Se burló -Ni siquiera hemos comenzado, Skarsgård- Olfateó profundamente el olor del castaño que desprendía con el sudor, el miedo y la sangre -No querrás dejar mal a un oficial de policía ¿Verdad?- Rió -Además... ¿Crees que te van a creer?- Susurró aquello último, riendo y contra el cuello del muchacho coloco su mano cortando el oxígeno -Eres mía, perra- Bajó su mano restante masajeando los genitales de Bill. Golpeó con su rodilla sin demora a aquel hombre y trato de levantarse pero fue impedido antes de reaccionar, con fuerza le arrojó al suelo de nuevo. -No iras a ninguna parte muchacho- Le tomó de nueva cuenta del cuello apretando con mas fuerza y los labios de Skarsgård se tornaron violetas a falta de aire en sus pulmones, dejó caer un golpe de puño cerrado contra su rostro, uno y otro y otro de vuelta hasta que el rostro del chico se hallaba manchado de sangre y con los labios rotos, le soltó bruscamente dejándolo casi inconsciente y los mosaicos blancos se habían tornado color carmesí. -Si dejas de resistirte- Se incorporó deslizando el zipper de su pantalón -Quizá puedas evitar que te deforme el rostro- Señaló inclinándose, tomándole del mentón y apretando con fuerza -Y evitar que los perros hambrientos encerrados en sus celdas no se aprovechen de ti- Sonrió victorioso plasmando un beso en su frente.
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Se arrastró por el suelo hasta llegar al centro de regaderas, permitiendo que el agua tocara su piel ya sin si quiera importar que tan fría se encontraba. Sintió la sangre correr a través de las heridas abiertas que se situaban en la parte alta de su mejilla y labio, como los moretones que se habían marcado en su ojo izquierdo. Maldijo con lágrimas en sus ojos limpiando frenéticamente cada parte de su cuerpo. ***
El show había terminado, inclinaron sus cuerpos elevando sus brazos derechos, agradeciéndole al público por haber pasado una noche de su vida viendo el impresionante espectáculo de gente talentosa como ellos. Ella sonrió carismáticamente a sus compañeros mientras su mirada chocaba contra la de él. -Madame- Él se inclinó tomando la mano de la maravillosa pelirroja hasta salir del escenario. Beverly soltó bruscamente el agarre de él. -¿Qué te pasa bonita?- Una sonrisa apareció en sus labios -Has estado un poco distante conmigo- Rodeó la cintura de la dama plantando pequeños y suaves besos sobre su cuello mientras el olor de cigarrillo se dirigía a las fosas nasales de ella. -Marcus hueles terrible- Se quejó alejándose unos cuantos pasos -No te quejabas de eso hace unas semanas- Su semblante cambió al de un hombre frívolo -¿Debería estar ofendido?- Ella finalmente le miró -¿De que estas hablando?- Ató el listón de la bata rosada alrededor de su cintura terminando con un pequeño moño color fucsia en el centro mientras se acercaba a él
Él colocó su mano sobre la aterciopelada mejilla de ella, o así se sentía por que era tan suave como la misma seda. Juntó sus labios manchándose del labial rojo que Beverly llevaba usando esa noche, introduciendo su lengua encontrándose con la de la chica, estás danzaron en un beso lleno de lujuria como nunca antes, danzaron como ellos dos solían hacerlo para el publico, apretó entre sus manos la delgada tela que cubría el cuerpo de ella mientras abría la puerta para permitirles la entrada a los oscuros camerinos donde solían prepararse antes de presentarse. -No puedes resistirte ¿Verdad?- Susurró en su oído mientras jalaba un poco su cabello, reteniéndola en cuatro bajo su cuerpo y llevando una de sus manos rompiendo las elegantes bragas de encaje negro -Él no puede darte todo lo que yo te doy- Tomó sus pechos estrechandolos con fuerza -Ya basta, Marcus- Trató de distanciar su cuerpo del de él pero le fue imposible por el fuerte agarre -Él no puede decir cuanto te desea- Susurró con una sonrisa introduciendo dos de sus dedos en la feminidad de ella y Beverly pegó un fuerte gemido.
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-¿Te gusta?- De sus dedos lamió los dulces fluidos de la pelirroja y deslizó su rostro hasta la entrepierna de ella. -B-basta- Su voz se cortó por la excitación -Eres mía- Sostuvo su cintura, lamiendo con agilidad dando en cada uno de sus puntos débiles -Olvidale- Ellaasintióyasí, Marcusentróhaciéndolasentirdébil.
