Era una cálida tarde de verano, los pájaros andaban de aquí para allá ocupados creando sus nuevos nidos o reparando aquellos que habían sido dañados por las lluvias de verano, las flores impregnaban la brisa con su dulce y fresco aroma y el césped era fresco y mullido tanto como para tomar una placida siesta.
Un pequeño niño de cabello castaño y mirada ambarina desobedecía las indicaciones de su madre y cada vez más se alejaba del campamento. Pero, como podríamos culpar al pequeño si el día era tan hermoso que limitarse a jugar en un pequeño espacio era simplemente de lo más aburrido.
El pequeño vestía una camisa verde y unos pantalones café lo cual le ayudaban a mezclarse perfectamente entre las flores y la alta yerba donde jugaba tan a gusto con su pelota. Ante una patada del pequeño, la pelota salió rodando hacia el inicio del bosque y se perdió entre las flores y las raíces de los árboles.
Con mucha precaución y asegurándose de que su madre no le viera, el pequeño ingresó lentamente al bosque en busca de su pelota sin saber que cada paso que daba le alejaba más de su familia.
Después de caminar unos diez minutos y preguntarse a donde rayos estaba la pelota, el pequeño se percató de que no sabía donde se encontraba ni como volver a casa.
Angustiado ante la idea de tener que vivir entre las flores y las rocas de por vida, grandes lágrimas empezaron a correr por sus mejillas seguido por un angustioso pero silencioso llanto.
Mientras tanto una hermosa doncella se encontraba cerca recolectando flores cuando escuchó el llanto del niño. Curiosa, decidió acercarse a él y tratar de ayudarle si estaba entre sus posibilidades.
El pequeño muy ocupado llorando por su precaria situación no notó la presencia de la joven quien repentinamente ya se encontraba frente a él.
- ¿Estás bien?
- No- dijo el pequeño entre sollozos.
-¿Podrías decirme el motivo de tus lagrimas? Un niño tan lindo como tú se ve mejor con una sonrisa.
Ante el comentario el pequeño sintió como sus mejillas se ponían rojas y calientes. A decir verdad no estaba acostumbrado a que nadie le hablara con tanta confianza por lo que decidió dejar de llorar y secarse las lagrimas con sus pequeños puños.
-Toma, te vas a ensuciar la cara si usas tus manos- le dijo la joven mientras le ofrecía un pañuelo. -Gracias- le dijo el pequeño tímidamente mientras lo tomaba.
La chica le dedicó una gran sonrisa la cual dejó al niño aún mas avergonzado. Y es que él no era de llorar y menos frente a una joven, que en su opinión, era muy hermosa.El cabello castaño y corto de la joven, sus ojos verdes como esmeraldas y su simple pero hermoso vestido de color blanco le transmitía una especie de calma al pequeño.
La joven aún sonriendo, se levantó y extendió su mano al pequeño.
-Ven, déjame llevarte de vuelta con tus padres.
Mientras iban tomados de la mano, el pequeño no podía parar de mirar de reojo a la joven que le guiaba a través del bosque. Simplemente se quedaba admirando como la brisa y la luz que se colaba entre los árboles lograba resaltar aquellos ojos esmeraldas y la sonrisa que adornaba su rostro se mantenía ahí constantemente.
La joven al notar las miradas furtivas del pequeño, decidió entablar conversación.
-Y dime...¿vives por aquí?
-No, solo venimos a pasar el verano es el primer año que venimos.
-Este lugar es muy hermoso y vas a divertirte mucho jugando en la pradera o cerca del río si tus padres te llevan por ahí.
-Están muy ocupados para llevarme- dijo el pequeño viendo hacia el suelo -probablemente pase mis vacaciones solo jugando en el jardín o en mi habitación-
-Pero eso no sería divertido- le dijo la joven y con una mirada pícara continuó -Sabes, creo que puedo hacer algo al respecto-
La joven soltó un momento al pequeño y al juntar sus manos una pequeña luz apareció. Una pequeña flor de tonos rosas con pétalos pequeños y delicados apareció al abrir sus manos.
-Toma- le dijo dándole la flor al pequeño- conserva la flor y cuidala tanto como puedas que mientras se conserve en buenas condiciones, podré venir a visitarte y jugar contigo todos los días-
-¿Y, que debo hacer para cuidarla?
-No es nada del otro mundo- le dijo la joven entre risas -Simplemente déjala en agua y mantente positivo de que todo saldrá bien-
Justo cuando el pequeño iba a preguntarle su nombre, escuchó la voz de su madre llamándole para cenar.
-Parece que te están buscando. Fue un gusto conocerte y espero volver a verte pronto- le dijo la bella doncella mientras se marchaba de vuelta al bosque.
Antes de que el niño pudiera despedirse, la joven desapareció entre los arbustos. -quizás todo esto fue un sueño- se dijo para si mismo el niño aunque no muy convencido al recordar la flor entre sus manos.
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En el bosque
FanfictionUn pequeño niño de cabello castaño y ojos ambarinos termina perdido en el bosque pero su mala suerte no es tan mala al encontrarse con una bella doncella que lo guía de vuelta a casa. Oneshot