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7 mes

Septiembre


¡Ya no tomo todos los días! Pero... Tampoco como todos los días; no es por decisión propia, ya mi organismo se acostumbró a la mala alimentación, ya mi nutricionista me ha regañado por eso pero por mas que lo intente no puedo comer bien.

Estuve saliendo con alguien por un tiempo y le escribiste a el, le mandaste una canción muy tarde en la noche, la verdad es que eso no me lo esperaba, escuché la canción y en serio lloré, lo que no  sabias, cariño, es que no quiero estar con nadie, no puedo decir que estoy esperando por ti por que seria una perdida de tiempo ¿o no?  Bueno... La verdad es que yo si lo creo.

Estuvimos hablando mucho este mes, de hecho hacíamos videollamadas casi todos los días, por lo regular era por hacer tareas y pues recordar momentos que no volverán a ser, ya tengo muy claro que sos feliz con alguien más y me alegra eso, me encanta que seas feliz, hubiera preferido que hubiera sido conmigo pero a veces eso simplemente no se puede y eso lo se perfectamente. Veo que con ella eres mas feliz de lo que fuiste conmigo, obviamente eso se torna un poco deprimente pero  es tu felicidad. 

Ojalá nunca me restriegues en la cara lo mucho que gasté en quererte, lo mucho que daba yo por ti y tú jamás supiste verlo, mucho menos valorarlo. Te recuerdo como ese chico que, tantísimo frío lo quitó de mis entrañas, sacaba lo mejor de sí mismo en cada paso. Mira si este panorama no es triste sin ti, todo sigue tal cual lo dejaste. Las cosas siguen igual por aquí, supongo que eres tú quien ha cambiado. O tal vez he sido yo. O con suerte, hemos cambiado los dos.Pero las últimas dos teorías quedan descartadas, porque siento que no he sido yo quien ha cambiado su forma de ver al otro, porque siento que no he sido yo quien ha marchitado las ilusiones del otro, porque no fui yo quien al cerrar la puerta dejó el otro con llantos inconsolables. Mi refugio favorito siempre fuiste tú, ahora representas la entrada de mi soledad. Dicen que me estoy volviendo loca, que escucho muchas canciones tristes y que no he despolvado la sonrisa desde aquel día. Tú sabes de cuál hablo, sí, de esa exactamente. ¿Pero que puedo decir? No puedo sonreír si no me nace, tú eras el motivo de mis alegrías, me volví tan dependiente de ti que mis sonrisas jamás volvieron a ser las mismas. Que decepción volverse tan dependiente a una persona, esto no lo veía venir.  

¡SUFICIENTE!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora