Estaba temblando como un flan mal hecho a punto de derrumbarse sobre sí mismo, el terror que me persiguió desde los quince años, sabía que tarde o temprano tendría que volver a enfrentarme a el esa noche, las últimas 50 horas lo había evitado como un experto, pero ya sabía que estaría sobre mí esa noche, era inevitable
Mis padres me habían encerrado en mi habitación, sabían de mis malos hábitos nocturnos, no, no me veía con unas prostitutas, ni tampoco me drogaba, solo me ponía a ver un montón de series y películas en Netflix, algo que todo adolescente había hecho al menos una vez en la vida, pero el porqué lo hacía era la razón de mi ahora encierro, mi ocio cinelefico no tenía nada que ver con que amara en cuerpo, alma y corazón las series y películas, era algo muy, muy diferente.
La luz de la habitación había sido apagada por a fuera, otro regalo de mis padres, pero eso aumentaba las probabilidades de verme cara a cara con él, la habitación a oscuras se hacía cada vez más tenebrosa, como si mi mente estuviera burlándose de mi jugando con ilusiones.
Agarre de mi escritorio una barra de chocolate, necesitaba calmar mi ansiedad de alguna forma, el chocolate gracias a su dulce sabor me podía distraer, pero desafortunadamente era el ultimo de mi escondite secreto de golosinas.
Saboree lo más que pude a aquel chocolate, centrándome en su textura y sabor, como el dulce cacao se derritió en mi boca, su dulzura seduciendo a mis papilas gustativas, pero no duró mucho, pues me encontré con su envoltura instantes después, y el miedo de antes volvió.
Mire a aquel reloj en la pared de la habitación como esperando que un milagro ocurriera y haya ganado esa batalla, pero apenas había pasado media hora.
12:30
Lo miré de nuevo ansiosamente.
12:31
Ya no lo mire de nuevo.
Desee poder volver a mis clases de educación física donde no podía parar de estar activo así evitandolo a el, pero el solo recordar y cerrar los ojos era un acto peligroso.
Comencé a caminar en círculos al lado de la cama, el miedo se apodero de mi de solo pensar en lo que ocurriría si me recostaba en aquella cama, temblé de miedo otra vez.
Podía imaginar al matón de su secundaria burlándose de él.
Ohhh, el pequeño niño tiene miedo, que vayan a llamar a su mamita~
Sacudió la cabeza, mandando lejos a aquella fastidiosa voz.
Empezó a hacer lagartijas para mantener a su cuerpo activo, pero para su desgracia su cuerpo nunca había aceptado tales ejercicios, era delgado, sin ni una pizca de músculos, por eso solo hacía algún tipo de ejercicio como medida desesperada.
Me levanté de mi anterior posición antes de tropezarme con una hoja de papel, así cayendo a la cama en una incómoda posición, mi cuerpo estaba tan cansado que no quería moverse.
El terror y pánico me atravesaron como un furioso rayo, el cansancio estaba profundamente en mí, no podía moverme bien, me empecé a hiperventilar, ¡Me iba a encontrar con el! ¡Oh dios, oh dios, oh dios! ¡No, no, no, no, no, por favor, no!
En la almohada sentí un bulto, la esperanza floreció en mi, y con temblorosas manos lo saque de ahí, esperando que sea lo que pensaba y no otra cosa.
El alivio apareció en mi rostro, y apreté un botón, la luz de la linterna me iluminó, me acomode lo mejor que pude en la... cama, esperando que la linterna me ayude a protegerse de él como lo hizo en otras ocasiones, aquella linterna era mi tabla de salvación.
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Ojos Abiertos y Una Linterna
Short StoryEl cansancio descanso en mis parpados, estaban por cerrarse en contra mia sin darme cuenta, pero de nuevo el terror retorcio mi interior como un golpe de electroshock, haciendo que me levante de golpe con el corazón latiendo a mil por hora, la luz d...