Luna de Amor [Editado]

Luna de Amor

Era una tenue noche donde la brisa cálida golpeaba mi piel como una caricia, una débil patadita en mi vientre me hizo ver que mi pequeño estaba activo e inquieto, era primavera y podía escuchar el sonido de las almas que ascendían al cielo mientras miles de luces se dibujaban en la lejanía como un dulce sueño de vida y esperanza.

En mi corazón sobraban razones para ser feliz, la dulce danza de las flores me cubría en una espiral de suave y dulce aroma, mientras la luna se hacia presente en el firmamento y su luz acariciaba mis mejillas, alce mis manos al cielo para tratar de tocar las estrellas pero se alejaban de mi, jugando en ese hermoso cielo lleno de estrellas fugaces.

Recordaba sus caricias y su sonrisa, su manera tan peculiar y fría de decirme que todo estaba bien, pero sobre todo, recordaba todo de él; lo esperaría por siempre así me dijesen miles de cosas, pues él estaba vivo en mi mente.

Frente a mi balcón aún escuchaba sus palabras cargadas de amor y orgullo, llenas de picardía y sobre todo de felicidad, faltaba poco para dar a luz a mi bebé cuando me dieron la noticia, un poco más y tal vez él hubiese podido verle, pero, sé que lo hará allá a donde va, estará cuidándome, yo sé que volverá, me besara el rostro y soñaré con él siempre.

Él es la persona que más amo junto a mi retoño, la mecedora se mueve en este rústico balcón al lado del pantano, esta tierra suele ser cruel con aquellos que solo están de paso, pero es muy grata con aquel que vive aquí, tal y como mi familia.

Te estaré esperando amor mío, por siempre si es necesario, hasta que muera seguiré aquí en donde me enamoré de ti, donde nos casamos y donde vivimos hasta que la guerra te arrebató de mi lado, pero, no estoy triste pues sé que estas aquí, la brisa me lo dice y tus besos en forma de rocío también, sé que estas aquí, lo siento en mi vientre, mi bebé se mueve cada que te siente, estoy feliz porque así lo querrías tú, estoy feliz porque sé que estás aquí mi dulce amor.

La luna me manda tus mensajes en forma de poemas, cada vez que escribo uno es dedicado a ti y un mensaje para mí, la luna me guía y me consuela, brilla muy plena como una centella, los días pasan y pronto nuestro hijo vera la luz del sol, mientras tanto mi corazón late al ritmo de las melodías que quedaron sin escribir y que dejaste conmigo antes de partir, siendo la luna testigo de nuestro amor y un símbolo de nuestra pasión, te amo mucho y te esperaré por siempre hasta que mi alma abandone mi cuerpo y se funda contigo por la eternidad, pues aún tengo un papel que cumplir para no partir hacía a ti, mi vida te pertenece pero también al pequeño fruto de nuestro amor, hoy sólo te diré: "te amaré por siempre".

Fin.