Capítulo 29

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Lo que me está diciendo es muy grave señorita ¿Si está consciente de eso?

— Sino lo estuviera, no hubiese venido hasta acá ¿no cree señor oficial? — cálmate Alina, te estás alterando injustificadamente, pensé — mire oficial quise hacer la denuncia porque esta tarde se apareció en mi oficina la muchacha que intentó matarme. Ella está huyendo porque temen que Ana le haga algún daño

— Entiendo señorita Alina, pero no podemos tomar represarías únicamente contra esta señora, sino también con la cómplice en este caso. Además que hay tratos por drogas lo que hace el problema mucho más peligroso — respondió el oficial con las manos entrelazadas —

Y entonces qué se supone que debo hacer oficial... Pérez — logré ver su nombre en su placa de oficial —

Debe denunciar a las dos mujeres, en este caso, si lográramos atrapar a la señorita que dice aparecer en su oficina esta tarde, podemos hacerla parte del programa protección de testigos mientras se procede con lo demás. Si quiero que esté consciente este tipo de caso puede tardar meses incluso años para dar una sentencia definitiva

Y yo que creí que sería fácil — pensé —

Perfecto, haré lo que deba hacer oficial

Salimos de la oficina del policía y entramos a otra donde estaba una señorita con una máquina de escribir

Por favor señorita Alina, puede relatar los hechos de nuevo — dijo el hombre a la par de la mujer —

Suspiré y comencé a contar todo tal cuál había sucedido el pasado sábado en mi casa y hoy en la oficina.
Describí tanto a Ana como Amelia pero para mi sorpresa el agente ya conocía a Ana y sabía de qué era capaz y eso me llamo mucho más la atención.

Terminé la narración de los hechos y automáticamente la orden de aprensión estaba lista. Solo espero que la policía encuentre primero a Amelia antes que Ana lo haga.

Una vez hecha la denuncia pude irme a casa «tranquila» ya estaba comenzando a empacar unas cuantas cosas para mi nuevo departamento, así que debía llegar pronto.
Vivir cerca del centro de la ciudad era una ventaja, pues no tardaba mucho en llegar a casa.

El ocaso ya se hacía presente, el cielo se tornaba de colores cálidos como el rosa y el naranja y las nubes formaban parte de dicho paisaje.

Llegue a casa en cuestión de 15 minutos y Andrés todavía no llegaba, seguramente estaba con su novia y los preparativos de la boda.

Frente a mi casa estaba un hombre con un arregló de flores enorme y esta vez no eran solo rosas.

Señorita disculpe ¿es usted la dueña de la casa? — preguntó detrás del gran arreglo —

Asentí

Oh bien, podría firmarme aquí por favor — dijo entregando papel y lapicero —

En ese momento caí en cuenta que era el joven del correo, no había notado su uniforme por lo que traía abrazado

Firme rápidamente y me entregó el gran ramo de flores, todo esto era muy extraño

Disculpe, tiene usted idea de quién lo envío — pregunté pero él solo negó con la cabeza y se fue en su camión —

Abrí la puerta como pude y entré con el ramo abrazado, lo puse en la mesa principal y pude ver que tenía una nota escondida entre las flores de colores

El Tiempo Después De Ti ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora