Capítulo 6

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Tao se encontraba apresado por dos personas, cada uno le sujetaba un brazo, evitando que se moviera, aunque perfectamente podría librarse con un movimiento, no quería quedar expuesto y se encontraba cansado y algo astiado como para luego borrarle la memoria a todos los involucrados.

Recibió otro golpe en las costillas del lado izquierdo, fue un gancho, para ser exactos, Tao se quejó audiblemente, realmente dolía, hace más de una semana que no comía nada, tantos trabajo y tareas de la universidad realmente lo habían exprimido y no había podido comer, a eso sumándole la situación en casa.

Y ahora, se encontraba afrontado las consecuencias de haber tenido un "polvo" con Byun Baek Hyung, el apasionado novio de Park Chan Yeol. Otro golpe hizo acto de presencia en sus costillas, sacándole de sus pensamientos.

ChanYeol al enterarse que su querido novio, se había acostado con Tao no dudó en darle una paliza que no olvidara por su eterna vida. El mismísimo Baek, le había dicho a su novio que se acostó con Kim, como venganza de decirle polvo, pero lo más irónico  de todo era que Baek le había pedido, de cierts forma acostarse con el y no había residido ningún tipo de replesaria.

Otro golpe, pero ésta vez en el rostro hizo a Tao volver a pensar en el dolor de su cuerpo; al recibir el golpe cerró los ojos y dejó caer su cabeza hacía adelante, mientras podía degustar el sabor a hierro de su labio inferior, ese mismo labio que tocó la piel de Baek.

—¡Deja de pensar en mi novio!— otro golpe le fue propinado, pero está vez en la nariz. La sangre no demoró en aparecer y comenzó a manchar el suelo donde estaba Tao, quién la observó fijamente, causando que le diera hambre.

—Eh! Chan, ya basta, creo que ya aprendió la lección— dijo uno de los tipos que afirmaba a Tao, que prácticamente ya tenía casi todo su peso sujeto.

—Chan...opino lo mismo...— dijo Baek, desde la espalda de ChanYeol tirando levemente de la manga de su polerón.

—¡Yo se cuándo será suficiente!— gruño, asustando a su pareja.—Y con respecto a ti— dijo volteandose a ver a Baek—Llegando a mi casa te daré tan duro que mañana no podrás levantarte— le amenazó. Baek tragó en seco, pero no pudo evitar sonrojarse con la idea.

Tao levantó la vista y miró a Baek, quién sintió su mirada y también le vio, Tao le sonrió pequeño, mientras la sangre aún salía de su nariz, Baek corrió la mirada, ver a Tao ensangrentado no era realmente algo que quisiera ver.

—Chan, déjalo, yo creo que ya comprendió...— volvió a insistir Baek, mirando de reojo con preocupación a Tao, que parecía que se desmayaria.

—Bien.— gruño— Tú y yo tenemos un asunto pendiente—  le dijo a Baek tomandole fuerte de uno de sus brazos, antes de comenzar a caminar en alguna dirección que pasó desapercibida para Tao.

—¿Que hacemos con él?— preguntó en un grito uno de los chicos que afirmaba a un Tao medio desvanecido

ChanYeol se volteó y le miró de pies a cabeza.

—Dejenlo ahí— contestó.

—Pero- —quiso protestar uno, pero ChanYeol le cortó.

—No es nuestro problema— gruño, antes de seguir su camino. Los chicos que sujetaban a Tao se miraron y lo soltaron al mismo tiempo, haciendo que Tao cayera al suelo, alcanzó a girar un poco su cabeza para no sufrir el impacto en la nariz, pweo lo recibió en el pómulo, un quejido salió de sus y se quedó en el suelo, esperando que el dolor menguara  un poco para ponerse de pie.

No sabe cuanto tiempo paso en el pavimento, pero mientras se balanceaba entre la conciencia y la inconciencia sintió que alguien le levantó del suelo con sumo cuidado y le llevaba a algún lado, posterior a eso perdió el conocimiento.

Al recobrar la consciencia lo primero que detectó fue la presencia de alguien más en donde quiera que se encontraba, junto a que su dorso se encontraba desnudo. Inhaló  sin detectar algún olor que le diera indicios de donde se encontraba, el dolor en su dorso se hizo presente al inhalar y se percató de que habían vendas que lo envolvían.

Se decidió a abrir los ojos y con lo primero que se encontró fue con un techo blanco con poros, le miró con extrañeza y miro hacía su lado izquierdo, viendo un gran ventanal semiabierto, con un visillo transparente que era movido por el viento, permitiéndole una escasa vista hacia el exterior, pero aún asi con ello, pudo darse cuenta que estaba en un edificio, tal vez en el sexto piso. Paseo su vista en la habitación, viendo unas murallas anaranjadas sin ningún cuadro. Siguió observando hasta que sus ojos se conectaron con los de alguien a su lado derecho; de todas las personas que podrian haber sido una posible opción de quien le hubiese llevado a un lugar, jamás estuvo él.

Kris le sonrió desde una silla, a una distancia peudente de la cama donde Tao se encontraba. Tao trató de levantarse al ver de quien se trataba, pero Kris fue más rápido y lo frenó en el proceso, poniendole una mano en el pecho, haciendo que se volviera a acostar.

—Quieto. No estás en condiciones para levantarte, te dieron una dura paliza— sonrió amplio, como si recibir una paliza fuera chistoso, Tao fruncio el ceño y sacó la mano de Kris de su pecho cubierto de vendas.

—Solo yo sé si estoy en condiciones o no— gruño y se volvió a intentar sentar, esta vez lograndolo con un gemido de dolor. Kris volvió a su silla y le observó en silencio, percatandose de como el labio superior de Tao se contraria en una mueca y dejaba a la vista unos colmillos más grandes que los del promedio de la gente.

Los adoloridos brazos de Tao no aguantaron su propio peso y volvió a sentir el colchón en la espalda; suspiró pesado y cerró los ojos un momento, descansado de su fallido intento por levantarse y largarse.

Al cabo de unos minutos abrió los ojos y pudo ver a Kris observarle fijamente, parecía tratar de escudriñar su ser, sin darse cuenta Tao había comenzado una batalla de miradas con el otro y solo se dio cuenta de ello cuando Kris corrió la mirada, para luego pararse y salir del cuarto.

Tao miró la puerta y luego centró su vista en el techo. Realmente la curación de su cuerpo estaba tardando mucho más, todo por no alimentarse de manera aduacuada  hace un tiempo, tiempo, ¡Tiempo!. Tao deslizó una de sus manos a su pantalón y urgetio en uno de sus bolsillos encontrando su móvil, lo sacó y miró la hora eran 10:00 de la noche y tenía al rededor de 20 llamadas de Lay y SuHo. Marcó rápido el número de Lay y al segundo tono contestó.

—¡TAO! ¿Dónde estás bebé? ¿Estás bien? ¿Pasó algo? ¿Quieres wue vayamos por ti? —  Lay le atacó con preguntas. Tao cerró los ojos y suspiró despacio.

—Yo...tuve un retraso en el camino, lo siento— dijo, tratando de sonar calmo y llevando una mano al puente de su nariz y masajearlo con cuidado, esa parte también dolía.

—¿Seguro? Te escuchas extraño— dijo Lay. Para no ser un pariente real de Tao, este le conocía muy bien.

—Seguro— contestó— Llegaré pronto— agregó.

—Ésta bien. Aquí en casa te esperamos— dijo Lay y Tao cortó la llamada, dejando caer su brazo con el celular en la cama a su costado.

Minutos después Tao escucho la puerta del cuarto y sacó la mano de su nariz y abrió los ojos viendo entrar a Kris con un vaso con agua y una pastilla, se acercó a la cama y los estiró hacía Tao

—Es para disminuir el dolor—explicó, Tao miró la pastilla con desconfianza, pero ¿tenía de otra? debía irse a casa pronto o las preguntas ya no serían solo por parte de Lay, sino también de SuHo, suspiró rendido al no ver otra salida y se sentó en la cama con cuidado, apoyó la espalda en el respaldo de la cama y recibió el vaso y la pastilla, sin más preámbulos se la tomó junto con el agua.

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