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Una horrible criatura de aspecto similar al de un lobo sin pelo y grisácea piel gruesa con fuertes músculos se bajó de un árbol con la misma sutileza de un felino, su mandíbula se veía desgarradora y su boca se encontraba repleta de colmillos largos y afilados con un aliento que apestaba a azufre. El horripilante animal nos asechaba con sus brillantes ojos rojos sedientos de sangre...

- Skadi -murmuró al ver a Colder quien yo sostenía en mis brazos. De inmediato recordé haber oído al Príncipe Harold decirle a sus guardias...

"Han violado las reglas y algunos llegaron a sobrepasar nuestros limites. Subterráneos y desterrados están buscando a la princesa porque creen que ella es Skadi"

No sé a qué se refirió con eso ni quién es esa tal "Skadi", pero lo que sí sé es que debo evitar que este maldito subterráneo se lleve a mi amiga.

- No te atrevas a acercarte. Intenta tocarla siquiera y lo Lamentarás, subterráneo -le ordené.

Solté a mi amiga y me puse firme de pie entre la bestia y ella, con mi única arma en alto; puede que no sea demasiado pero también tengo mis poderes. Mi deber es defender y proteger a Colder, y no le voy a fallar.

- Una princesa cree que puede enfrentarse a un Hellphy como yo -gruñó en tono de burla al asechar. Caminaba en círculos al rededor de ambas y yo procuré no quitarle mis ojos de encima porque ante la más leve distracción, él se abalanzara sobre nosotras. No soy como Colder, yo nunca hui de mi palacio sin temor ni sintiéndome totalmente capaz y dispuesta a enfrentar cualquier peligro, pero he leído muchas clases libros y puede que ahora alguno de ellos me sirva para eliminar a esta bestia, o por lo menos huir de ella...

Colder gimió tras de mí, agonizaba de dolor y eso me puso nerviosa; por un momento estuve a punto de perder mi concentración por ella y me gustaría poder darle una patada para que dejara de quejarse.

-Está muriendo; la bruja del invierno agoniza y yo sé como salvarla. Permíteme llevar ante mi amo y él sabrá como salvarle la vida -dijo.

¿Su amo?.

- ¿Quién es tu amo?. ¿Cómo sé yo que no deseas hacerle daño?.

- Estúpida princesa ignorante -ladró ardiente de cólera- Él es el Rey, él domina el bosque prohibido donde ustedes los de sangre real nos condenaron a vivir entre el hambre y el sufrimiento...

- No existe tal Rey; el bosque Prohibido no tiene Rey. Estás demente si realmente crees que yo voy a permitir que te la lleves, antes deberás pasar por mi eléctrico cadáver -respondí sin temor... Bien, puede que sí lo tenga... un poco, pero de todas formas no permitiré que me derrote tan fácilmente.

- Como usted lo desee, Alteza real...

En un abrir y cerrar de ojos este salto para atacarme pero yo me agache gracias a mis reflejos, y cuando me giré este volvió a intentar saltar sobre mí pero instintivamente me corrí hacia la derecha y con mi cuchillo rocé sus costillas. El feroz animal aterrizó nuevamente y rugió de tal manera que su ardiente aliento me arrebató lágrimas de los ojos.

- Chiquilla tonta, las armas de Plata no pueden dañar mi piel -rugió nuevamente, mofándose de mí.

- No es lo único que tengo -respondí. Solté el cuchillo y comencé a hacer chicas con mis manos; no es una amenaza, estoy recargando mi poder...

- Princesa de Chispa, vas a morir esta noche.

- ¡Oye, tú! ¡Hocico apestoso! -chilló una voz aguda y adorable que provenía de una dirección desconocida.

Ambos quedamos descolocados durante un par de segundos hasta que el gran perro gris chilló un aullido de dolor antes de sacudir su gran cabeza. Yo me sentí confundida pero asustada a la vez de solo pensar que ahora debía enfrentarme a algo más...

Silverlight. The Power of Lightning 1.5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora