Frida.

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Primer año de secundaria, todo era nuevo para mi nuevos compañeros, nuevos profesores. (Adelantemos el tiempo a la época en la que ocurre ésta pequeña historia). Estaba en taller y recuerdo que el profesor se levantó de su silla para abrir la puerta y entró una hermosa chica,  el profesor la presentó y dijo que sería nuestra nueva compañera del taller pero en eso dejé de poner atención porque me puse a terminar unos trabajos atrasados.

Los días pasaron y sentía que alguien me veía y al buscar quien era y al verla ella se volteaba rápidamente, como apenada o algo. Me parecía extraño; hasta que un día decidí decirle a un compañero si él notaba como miraba nuestro lugar insistiendo que le gustaba él, un compañero o yo pero no le dimos mucha importancia pero nos quedamos con esa duda.

Los días pasaron y en un día de hora libre de taller ella estaba con sus amigas del salón y yo con los míos, escuché que les dijo que iría por una silla y al venir por una se quedó mirando porque en nuestro lugar sólo eran risas, se sentó y empezó a reírse, la vi y le pregunté -¿No venías sólo por una silla?- sin intención alguna de que ella pensara que la estaba corriendo, ella lo pensó así y agarró su silla y se fue, quise levantarme y hablarle para arreglarlo pero me quedé con mis amigos.

Un día de esos le dije a un compañero -Wey, ¿y si nos hacemos amigos de la nueva? Se ve que es de las tímidas y no sabes como me encanta eso- -Sí- respondió; llegamos y nos presentamos, su voz era suave, como un pétalo, la más suave que escuché y la más hermosa que he escuchado. Decidimos hablar con ella, le preguntamos que le gustaba, que le disgustaba y le pedimos su nombre. Su nombre era Frida.

Ella me encantó demasiado hasta el punto de llegarme a gustar, compartíamos gustos similares, pero ella no lo sabía porque me daría pena que supiera que me gustaba. Se lo conté al mismo compañero con el cual fui a hablarle, le dije -Wey, me gusta Frida, ella es de las pocas chavas que siguen las reglas, su voz me encantó como su forma de ser. Ella simplemente es perfecta para mí-.

Seguí hablando con ella hasta conseguir su confianza y conseguir su número de celular pero, lo que yo no sabía era que yo también le gustaba a ella pero nunca me dio la curiosidad de preguntarle quien le atraía. Otra cosa que yo no sabía era que yo lastimaba a aquella chica la cual yo me había enamorado, mi forma de ser, mis bromas y mi sarcasmo hacían que ella se sintiera mal.

Ella era frágil como una rosa, capaz de romperse con el simple soplar del viento, yo era aquel simple soplar del viento que la rompió. No le supe valorar, cómo enamorarla, como ser gentil con ella hasta que no pudo más, hice que dejáramos de ser amigos.

Ella siempre fue alguien dulce y gentil que te ayudaba en lo que no entendías, era aquella niña inocente que muy pocas veces se ven hoy en día y eso es algo que debí valorar de ella más sin embargo no lo hice...

Cómo los conocí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora