Capítulo Vigésimo Primero.

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Mire el reloj de la pequeña computadora y ya era hora de que me marchara de allí para juntarme a almorzar con Thomas como habíamos quedado esa mañana. Localicé enseguida a Suzie quien era la que tomaba mi turno algunos días en la librería a esa hora. Habíamos vuelto de Londres hace solo dos días y los días que nos mantuvimos después del evento habían sido bastantes agradables y muy complacientes en todo sentido e incluso con su familia, ósea, con su madre en particular. Su humor hacia mi había realmente dado un cambio enorme y eso me sorprendía de una gran manera pero no podía solo actuar como lo hacía con Caitlin y Charles, con esa comodidad absoluta después de lo que había pasado hace unas semanas.

Mire la hora en el celular cuando iba ya llegando al restaurant que habíamos quedado donde juntarnos, quedaba cerca de la librería por lo que fui caminando pero igual me demore unos minutos. Entre en el lugar siendo enseguida recibida por una chica quien me regalo una sonrisa con un "buenas tardes" muy educado. Examine el lugar exclusivamente buscándole hasta poder encontrarle sentado cómodamente en uno de los asientos de una de las mesas de una esquina. Camine hacia él y enseguida a darse cuenta de que estaba allí se levanto, le mire detenidamente en ese preciso momento notando como desabrochaba el único botón que mantenía su saco cerrado y luego disfrutaba de la forma en que observaba intensamente.

-¿Has esperado mucho? Lo siento de verdad, he calculado mal el tiempo.

Le dije cuando ya me encontraba enfrente de él. Mojo sus labios sutilmente para seguir observándome de esa encantadora manera. 

-No te preocupes. ¿Estás lista?

Su expresión me demostró una leve excitación. Entrecerré la mirada levemente a su pregunta.

-Para almorzar creo que si...

Le conteste. Sonrió agachando luego el rostro para su mirada enseguida volver a enfocarse solo en mi.

-¿No crees que realmente almorzaremos aquí?

Le mire curiosa sin haber comprendido del todo sus palabras. Su mano encajo en la mía perfectamente para que comenzáramos a caminar por donde yo misma lo había hecho segundos atrás saliendo luego del lugar. Note que fuera estaba estacionado el auto negro con el cual él andaba la primera noche que le conocí y me inquieto el no haberlo notado en cuanto llegue y mucho menos a Will quien esperaba por nosotros correctamente parado a un lado del coche.

-Hola Will.

Le saludo cordialmente regalándole un pequeña sonrisa.

-Buenas tardes señorita.

Me respondió el de vuelta totalmente sin problema. Thomas abrió la puerta del coche para mí y antes de subir le observe notando levemente su ceño fruncido.

-¿A dónde iremos?

Pregunte ya dentro cuando el coche había comenzado su partida unos minutos atrás.

-Que impaciente, Dickinson. Espera y veras.

Me respondió observándome un instante para luego mirar a otra dirección diferente. Mi mirada le copio el gesto a los segundos observando por mi ventanilla. Tenía la breve duda de que si él se había molestado por ese corto saludo que había compartido con Will y al parecer si y tampoco entendía el porqué de eso.

El viaje fue bastante largo pero Thomas supo mantenerme ocupada entre preguntas y cosas sin importancias sobre el trabajo o la vida simplemente. Sabia que lo habia unicamente para que no tuviera oportunidad de hablar. 

De pronto, el auto comenzo a detenerse. Mire por la ventanilla notando más que nada casi puro desierto. En cuanto se detuvo, decidi bajar por mi cuenta intrigada por saber donde estabamos. 

Mía & Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora