Camine por los pasillos con el corazón desbocado buscando el salón doscientos doce. Las miradas latentes de mis nuevas compañeras me quemaban la nuca. Al parecer, el incidente de la entrada no había pasado desapercibido, y el rumor ya se había corrido por todo el establecimiento. Instituto de chicas.
Bufé y colgué mi bolso con firmeza en mi hombro, y comencé a caminar más rápido.
El salón doscientos doce, estaba en el segundo piso, y era la tercera puerta a la izquierda. Tome el pomo entre mis manos y jale hacía dentro. Para mi desgracia, la clase ya había empezado y atraje todas las miradas habidas y por haber.
Por eso, este año no se les viene fácil, mis queridas niñas porque cuando digo qué… —La frase de la que según yo debería ser mi profesora quedo justo a la mitad cuando irrumpí en el salón.
Me aclaré la garganta intentando desviar un poco la atención —Disculpe, ¿Es esta la clase de la señora Mitch? —Pregunté, casi en un susurro.
—Señorita— Me corrigió alisando su blusa perfectamente planchada —¿A usted no le han enseñado que se toca antes de entrar?
Una leve risita colectiva sonó dentro de la habitación. —Lo lamento mucho, yo…
—No, gracias. Ahórrese sus excusas, tiene todo el año para eso. — Dijo.
—Tome asiento por favor.Cerré la puerta tras de mí. Camine hasta el final y tome asiento en una silla, en la que el lado del acompañante estaba vació.
—Prosiguiendo con lo que decía antes de que la señorita… ¿Cómo te llamas? —me preguntó
—_______ Hawthorne — le Dije.
—La señorita Hawthorne interrumpiera, este año será particularmente difícil, es su último año. Depende de ustedes todo esto. El instituto Pringstons siempre se ha destacado por su exigencia, y esta vez no será la excepción, cualquiera que quiera aprobar esta materia conmigo tendrá que estudiar de cabeza, todos los días. No hay otro modo. —
Su advertencia me pareció aburrida, burda, y repetida. “No aprobarás” “Tendrás que reventarte los sesos estudiando” y cosas así, que sólo servían para atemorizar a los estudiantes, y hacer que bajaran los brazos antes de tiempo. Saqué mi cuaderno, junto con un par de lápices, para ir tomando a puntes mientras la clase se desarrollara.
La señorita Mitch se volteó con la vista a la pizarra, y todas comenzaron a hablar, de lo que les habías pasado en las vacaciones, que dónde habían ido, etc. Me sentí sola, con ganas de volver, un nudo se apoderó de mi estómago. No tenía con quien conversar, nadie a quien contarle mis cosas estaba completa e indudablemente sola y fuera de lugar.
Me dispuse a copiar lo que estaba escrito en la pizarra, cuando una chica de ojos negros, y pelo rojizo tomó asiento a mi lado, traía una sonrisa completamente falsa como las de mamá.
La miré de reojo y todos mis sensores gritaron; ¡Arpía!
—Hola— Me saludo.
—Un gusto —Le dije.
—Me llamo Melanie—Se presentó.— Tú ____, ¿Verdad? –
Asentí con la cabeza, y volví a mi cuaderno. Melanie se quedó en silencio por unos segundos, e hizo un gesto con la cabeza hacía su grupo de amigas. “Es autista” le oí susurrar.
—Mmmm, este..._______. ¿Eres amiga de Luke?
Fruncí el entrecejo — ¿Luke?—Alcé una ceja.
—Luke, Luke Brooks.—Aclaró.
—Ni idea de quién es el mentado Luke Brooks — Dije sin despegar mi vista del cuaderno, y por un minuto creí que a Melanie le iba a venir un infarto o algo.
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The only reason {Luke brooks} (EDITANDO)
Random"Por Dios, _____. No me hagas elegir. Porque la única razón por la que soporto toda esta mierda, es por ti. - Su respiración se volvió pesada e irregular, sus puños estaban apretados a cada lado de su cuerpo. Me había gritado muchas veces, pero jamá...