Aquél era un día normal. O al parecer eso era lo que creía. Estaba tan exhausta que estaba que me desmayaba del cansancio. Es que abrir cadáveres no es algo que cualquiera hace, la verdad hay que tener agallas para hacerlo. Al contrario de la gente normal que teme a realizar este tipo de trabajos, a mi me apasionaba hacerlo.
Mi colección completa de los libros de H.P Lovecraft y Anne Rice lo decía todo.
Esa noche sólo me quedaba un cuerpo por abrir. Pertenecía al de un jóven de unos veinte años de edad. Era muy guapo, sus ojos azules, penetrantes y apagados, por una extraña razón (que aún desconozco) me ponían muy nerviosa, y eso que estaba muerto. Su cuerpo era fornido y perfecto, como si hubiese sido esculpido a mano. De pronto, me di cuenta que me estaba desconcentrando de mi trabajo y "aterricé" para continuar con lo que estaba haciendo. Pero es que como podía estar fantasiando con alguien que no tenía vida, y además tenía un esposo que, bueno, no era tan agraciado como él, pero a pesar de eso, era muy tierno y caballero.
Procedí a perforar el cadáver de este chico para aclarar su causa de muerte. Entonces abrí su pecho y extraje sus pulmones de su cavidad toráxica, que también sufrieron la misma suerte. Éstos estaban llenos de un líquido inocuo y transparente y sin hedor alguno, por lo cual pude inferir que sólo era agua y que había muerto ahogado en algún río, playa o piscina. Luego, con aguja e hilo quirúrjicos, iba a cerrarlo. Estaba juntando la piel de éste para cerrarla, cuando de repente suena mi teléfono móvil. Era Mark, mi esposo, con el cual estaba casada hace cinco años y con quién había sido feliz todo este tiempo.
-Aló amor, ¿Cómo estás?
Su tono de voz sexy me derretía por completo, además siempre me llamaba constantemente para acompañarme en mi soledad, ya que el sabía que en mis turnos de noche estaba completamente sola.
+Bien, un poco cansada.
En realidad estaba demasiado exhausta y apenas me podía mover,pero le dije eso para no preocuparlo aún más.
-¿Te falta mucho para salir?
+La verdad es que termino el cuerpo que estoy sellando y me voy de inmediato
-Entonces te espero despierto ¿ok?
+Ok. Ahora te debo colgar porque tengo que seguir con mi trabajo
-Bueno amor, siga con su trabajo, chao
adiós.
Al finalizar la llamada, exhalé un suspiro, pero no era de amor, sino que de agotamiento ya que mi cuerpo no daba para más.
Seguí con mi trabajo y clausuré aquel cuerpo recio. Su piel era muy gruesa, por lo que me había costado pasar la aguja para juntar los trozos abiertos.
Al finalizar mi tarea, me tendí relajadamente sobre la silla que estaba en medio de la sala debido a mi cansancio. Comenzaba a quedarme dormida cuando, de nuevo, sonó mi teléfono celular. Esta vez no era Mark sino Victoria, mi compañera de trabajo y mi gran amiga desde que llegué al instituto forense. Nos llevábamos tan bien que nos confiábamos hasta nuestros secretos más íntimos y nos hacíamos favores mutuamente.
Contesté rápidamente sin vacilar ni un segundo.
-Elizabeth, ¿Todavía estás en el instituto?Su tono de voz denotaba preocupación y aflicción al mismo tiempo.
+Sí, ¿Por qué?
Respondí algo extrañada, ya que no sabía que diablos le pasaba a mi amiga
-Porque no iré a trabajar, estaba triste. Nunca antes la había oído hablar así.
-Mi hija tuvo un accidente y tuve que trasladarla urgentemente al hospital, así que necesito que por favor cubras mi turno.
+Claro que lo haré!
Hubiese negado su petición si no fuera por un par de favores que ella me ha hecho y que aún se los debía.
-Gracias, sabía que podía contar contigo.
+De nada, para eso estamos las amigas.
-Tengo que cortarte. Suerte, cuidado con los muertos, no vaya a ser te que te arrastren de los pies jajajaja.
A pesar de su preocupación su sentido del humor seguía igual que siempre.
+Bueno, adiós.~CONTINUARÁ~
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~♤Autopsia Terrorífica♤~
HorrorUna auptopsia bastante rara hecha por una chica 《Cuenta con dos Partes》