EL HOSPITAL

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Esta historia comienza en un accidente de tránsito en la panamericana sur, en el kilómetro 90, cerca de la provincia de Cañete, donde 2 jóvenes resultaron gravemente heridos cuando viajaban de regreso a Lima a una velocidad de 160 Km/h a más. El copiloto Javier tenía la pierna derecha rota y una costilla rota y Julio, el conductor, tenía el brazo izquierdo roto y una contusión en la cabeza. Entonces, Julio se imaginaba la primicia en todos los periódicos y noticieros televidentes, como lo verían su familia y amigos, escucho varios pasos y vio que eran personas desconocidas que frenaron sus autos debido al accidente que había protagonizado, uno de ellos llamó al hospital más cercano con su celular. Entonces, un grupo de personas ayudo tanto a Julio y a Javier para sacarlos del auto que era una Kia Rio color azul. Javier estaba inconsciente y Julio apenas podía escuchar las conversaciones de las personas, pero se desmayó. El grupo de personas logró sacar a ambas personas del carro y lo pusieron al costado de la carretera. Las personas esperaron desesperadamente a la ambulancia que se demoraba tanto. Una mujer escucho el sonido de una sirena que se acercaba con rapidez. La ambulancia llegó y los dos paramédicos bajaron con presteza para llevar a los heridos al hospital. El grupo de personas señalaron donde se encontraban los dos afectados, uno fue por la camilla y el otro fue a revisar la salud de Julio y Javier pero solo encontró a conductor, o sea a Julio. Un hombre dijo que había dos personas heridas que los sacaron de cierto auto; y el paramédico que fue al coche por la camilla llego para atender al herido pero su compañero dice que el otro herido desapareció. Así que, atendieron solo a Julio y avisaron a las autoridades mediante la radio. Julio podía escuchar a apenas la conversación pero no entendía lo que estaban diciendo, solo sabía que hablaban de su amigo Javier. Los paramédicos avisaron por la radio la desaparición de Javier y llevaron a Julio a un hospital. Pasaron 2 semanas desde el accidente y Julio se encontraba echado en su camilla, en un cuarto donde la luz apenas podía alumbrar la habitación y la calefacción no servía pero la ventana estaba abierta. El empezaba abrir un poco sus ojos y lo que vio primero era el techo, con una pésima iluminación para alumbrar el cuarto, vio su brazo izquierdo que estaba enyesado, tenía puesto una bata y no recordaba que había sucedido. Era de día y Julio no entendía lo que había ocurrido y por qué estaba en un hospital. Tocaba el timbre y no venía ningún enfermero o doctor para que lo atendiera. Estuvo gritando durante 1 hora pero nadie venia. Decidió pararse y hablar con el personal, busco en el mueble que estaba al costado de la cama si estaban sus pertenencias. Abrió la puerta pero solo encontró una linterna y un libro de ficción. Se dirigió a la puerta y al momento de abrir, escucho un ruido y vio que el libro estaba en el suelo. Salió de la habitación y vio que el hospital estaba hecho un desastre, como si fuera el fin del mundo. Caminaba lentamente mientras observaba a su alrededor pero vio una sombra pasando rápidamente en un pasillo. Asustado, decidió volver a su habitación pero estaba cerrada pero vio algo que se movía. Se asomó lentamente a la ventana pequeña de la puerta y apareció una mano, sorprendido y asustado salió corriendo en busca de la salida pero no lo encontraba pero sentía una presencia que lo estaba observando. Entonces, Julio decidió que seguir buscando la salida y llego a la sala de registro donde se encerró. Estuvo 3 horas en esa habitación y no sabía que hacer pero sintió que alguien empujó la puerta se paró rápidamente para encontrar otra forma de salir y no la hallo. Los golpeteos en la puerta seguían y más se asustaba Julio, se le agotaba el tiempo y estaba más desesperado, entonces decidió ocultarse en el techo pero no podía subir su brazo izquierdo enyesado, pero había un armario de metal donde podía ocultarse. Entro al armario rápidamente y escucho que alguien derribaba la puerta, su corazón empezaba a latir velozmente y le era imposible de respirar, sentía una presión y hedor que apestaba a basurero. No sabía que hacer excepto salir del armario empujando al espectro e ir corriendo en busca de la salida. Conto hasta 3 y salió del armario pero se dio la gran sorpresa de que el personal estaba en actividad y que pensaba que había un espectro que lo quería matar. Julio preguntó al personal del hospital sobre lo ocurrido pero la enfermera le dijo que no debía estar aquí y que se vaya. Julio salió de la sala de registro y vio que el hospital estaba atendiendo, sorprendido no sabía que decir y solo pregunto por la salida ya que aún sentía miedo de que lo observaban. La enfermera le señalo con su dedo índice de la mano derecha y Julio se dirigió a la puerta para irse. Caminaba lentamente por el pasillo y miraba a su alrededor, el personal del hospital lo miraban extraño, susurraban entre ellos y Julio se asustaba peor hasta que salió. Vio la luz del sol que lo encegó por unos segundos y notó que estaba otra vez en su habitación, pensó que había encontrado la salida pero había regresado a su habitación. Le era extraño que volviera otra vez al mismo lugar y vio que todo seguía igual, se estaba empezando a asustar y lo único que pensó era en su amigo Javier, donde empezó a recordar sobre el accidente. Recordó las conversaciones del grupo de personas y de los paramédicos que lo ayudaron, y que decían que Javier había desaparecido. Salió apresurado de la habitación y se dirigió a la salida pero no lo encontraba. Vio a su alrededor que el hospital estaba hecho un desastre, pero Julio recordó que había pasado por aquel pasillo hasta llegar a la sala de registro y vio una pequeña luz a lo lejos y pensó que era la salida. Desesperadamente se dirigió a la salida pero solo era el comedor donde vio a un grupo de doctores, enfermeros y el resto del personal del hospital almorzando y Julio camino lentamente a la salida y miraba el rostro de todos, lo miraban como si fuera un extraño o un loco. Llego a la puerta de la salida y al momento de abrir, volteo su cabeza a mirarlos y aún lo seguían observando; decidió salir a la calle y vio el cielo celeste, unas rejas y varios autos con matrículas diferentes. Camino lentamente mirando a su alrededor y vio a una persona a lo lejos que se parecía a su amigo Javier, dudaba Julio. Fue hacia el hombre y vio que era su amigo Javier, corrió hacia a él diciendo ¡JAVIER! ¡JAVIER! ¡SOY TU AMIGO JULIO! En ese momento Javier voltea su cabeza y ve a su amigo corriendo hacia él. Javier sorprendido por su amigo fue para abrazarlo, dejando caer unas hojas y una cinta adhesiva que tenía en su mano derecho. Ambos se abrazaron, estaban tan felices que parecían unos pequeños que lograron hallar un tesoro escondido. Javier pregunto en donde estaba durante los últimos 4 años y porque estaba con una bata de hospital. Julio, al escuchar lo que dijo Javier, se sorprendió y le dijo que estuvo en el hospital que estaba detrás pero solo vio un hospital que estaba en mal estado y abandonado. Quedo asustado porque había salido de aquel hospital y no sabía que decir a Javier pero Julio recordó que en el día del accidente Javier había desaparecido. Julio le dijo que desapareció cuando las personas lo ayudaron a salir del auto y que él se había esfumado. Entonces Javier dijo que él había desaparecido en aquel accidente, su familia y sus amigos lo habían buscado y no lo encontraban durante 4 años. Todo le era confuso a Julio y no entendía lo que decía su amigo. Javier fue por los volantes que dejo caer y le mostro el cartel de "desaparecido" a Julio dejándolo impactado y asustado hasta que se desmayó. Javier, al ver que su amigo se había desmayado, intento llamar por una ambulancia para que lo intervengan pero su celular estaba descargado. Así que, cargo a Julio para llevarlo a un hospital cercano y vio al hospital abandonado preguntándose qué paso durante los 4 años de desaparición de Julio, cuando estuvo internado en ese hospital abandonado pero vio a lo lejos una luz en el hospital y dos personas observándolos. Javier, al ver esto, se asustó y se fue corriendo con su amigo Julio lo más lejos posible. Mientras corría Javier con Julio inconsciente en su espalda, gritaba ¡AYUDA! ¡AYUDA! ¡QUE ALGUIEN ME AYUDE! Javier decide voltear la cabeza y vio que el hospital abandonado había desaparecido, temeroso, siguió corriendo llegando a la provincia de Cañete pidiendo ayuda a las personas y ellos lo guiaron al Hospital Rezola que se ubicaba en el ovalo Miguel Grau. Javier, al ver que su amigo era atendido por el personal del hospital, pregunto a una mujer con rasgos criollos por el hospital que estaba antes de llegar a la provincia de Cañete. La mujer dijo que hubo un hospital hace 60 años, diciendo que era uno de los mejores hospitales pero lo cerraron al enterarse que realizaban experimentos con los pacientes que estaban gravemente enfermos o heridos. Asesinaron al médico responsable que hizo aquellas atrocidades junto con su equipo de investigación, los pacientes utilizados para los experimentados, murieron durante dicho proceso. Las autoridades destruyeron el hospital con explosivos, sin dejar rastro del aquel nosocomio. Javier, al escuchar el relato de aquella mujer, quedo asustado y agradeció a la mujer por la información. Salió a la calle y llamo en una cabina pública a la familia de su amigo para infórmale que encontró a Julio pero no le dijo donde lo encontró porque no se lo creerían, así que dijo que lo encontró en una casa abandonada a las afueras de la provincia de Cañete y le dio la ubicación en donde estaba hospitalizado Julio. Al terminar la llamada, Javier miro la ciudad y se preguntó ¿qué es lo que oculta esta provincia?

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