Yuuri, crearemos un nuevo recuerdo

1.1K 146 1
                                    

—Víctor, ¡Sé mi entrenador hasta que me retire! ¡Por favor!

Esas palabras conmovieron por completo al albino, teniendo que contener sus lágrimas de alegría para no llamar aún más la atención en el aeropuerto. Sujetó la mano de Yuuri y la besó con dulzura.

—Parece una propuesta de matrimonio —dijo Víctor con una sonrisa cálida que el otro correspondió.

Se abrazaron con fuerza, como si ese par de días separados les hubiese demostrado que no podían vivir uno sin el otro.

—Desearía que nunca te retiraras, Yuuri...

[...]

Estaban ahora en la sede de la gran final. Los seis participantes que avanzaron hasta tan esperado lugar ahora debían enfrentarse entre ellos. Yuuri estaba en sexto lugar, un par de puntos lo hubieran dejado afuera, y ese pensamiento lo atormentaba.

Víctor lo dejó solo en la habitación de hotel para que pudiese tranquilizarse mientras él iba a la piscina.

Después de un rato nadando en el agua helada, debido a la temporada de invierno, llegó Chris en traje de baño, con una botella de champagne en la mano.
Comenzaron a jugar y bromear como solían hacerlo desde siempre, aunque ambos podían sentir cierta tensión en esa situación. Incluso tratando de no pensar en ello podían sentir una incomodidad irrefutable entre los dos.

Chris destapó la botella de champagne, de la cuál estuvieron bebiendo mientras platicaban de cosas sin sentido por un rato.

En cuanto la botella se acabó Víctor comenzó a impacientarse. Era hora de tomar control de la situación.

—Bueno, Chris, ¿Podrías darme lo que te pedí? ¿Por favor? —dijo Víctor con una forzada sonrisa.

—Bueno, no tengo opción, ¿O sí —respondió Chris con un tono algo molesto. Se sentó a la orilla de la piscina y bebió un poco de su copa antes de continuar hablando. —Yuuri no hizo mucho. Por lo que ví, no se acercó a Yakov ni éste a él. Al final de la competencia, por alguna razón, abrazó a todo aquél que pasó por sus ojos. Al final de la noche se vió con Yuri Plisetski, no pude distinguir muy bien desde donde estaba, pero creo que le dió algo de comer. No estoy seguro que sea buena idea decirte esto, pero ambos se sonreían como buenos amigos. ¿Se me olvida algo? hmm... Bueno, no pude espiarlo dentro de su apartamento, pero sé que estuvo solo toda la noche. O al menos antes de que yo durmiera... ¿Qué expresión es esa?
No seas paranoico Víctor, no hizo nada malo...

¿Víctor?...

¿Estás bien, amigo?...

[...]

Caminaban en silencio por los locales iluminados y coloridos del lugar. Momentos atrás habían discutido por una bolsa de nueces que Yuuri perdió, cosa que en realidad no molestaba a Víctor, pero había desatado un poco de fricción entre ambos.
Yuuri, con un particular brillo en los ojos, buscaba algo con la mirada, y Víctor, con el cansancio de haber hecho turismo toda la tarde, lo seguía en su búsqueda, sin saber exactamente a dónde se dirigían.

—¡Ah! ¡Aquí Víctor! ¡Entremos! —gritó repentinamente el pelinegro corriendo hacia una joyería.
Víctor lo siguió confundido, esperó a cierta distancia hasta que Yuuri terminara su compra, e inmediatamente después el pelinegro lo llevo casi corriendo hacia "un lugar tranquilo", acabando parados frente a una iglesia.

Yuuri sacó de la bolsa de la joyería una cajita. En esa cajita se encontraban dos anillos dorados a juego. Con timidez Yuuri tomó la mano de Víctor, y lentamente deslizo el guante de piel hacia afuera, dejando la mano temblorosa del albino descubierta.

El Eros en su Cabeza [Viktuuri] [Yuri on Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora