Capítulo 4.

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No sabía qué hacer. Decidí esperar unos minutos a ver si los gemidos cesaban pero no, y bueno, la chica no podía ser más discreta, ¿no se hacía a la idea de que podía entrar alguien?

Me acerqué poco a poco con intención de tocar a la puerta. 

Lauren, ¿pero qué haces? No te atrevas. Ni se te ocurra. 

Retrocedí y me agaché. Ví unos tacones en el suelo,  unos pies femeninos colgando y los tobillos de un chico que llevaba unos pitillos negros y unas zapatillas blancas. Me levanté.

Lauren en serio, estas cosas no se hacen.

Los gemidos pararon -menos mal, esto no podía ser más incómodo- se escuchó la puerta del baño indicando que las dos personas que habían allí dentro iban a salir, y yo, me encontraba parada ahí delante sin saber donde meterme. Reaccioné y fuí al grifo a hacer como que me seguía limpiando la herida, debo de tener la cara roja.

Alcé la cabeza y ví a la chica, se estaba acomodando una falda negra corta, demasiado corta y un top rosa a juego con los tacones, su pelo era negro. No le ví la cara. Salió por la puerta. Le seguía un chico alto, rubio.. que se giró y enseguida volví mi mirada hacia el lavabo intentando hacer como si no hubiera pasado nada. Disimulo muy mal, la verdad. Levanté mi mirada poco y poco a traves del espejo me fijé en el chico. Y en sus ojos azules. Me fijé en su cara, en sus facciones y su pelo revuelto.

Lauren. Lauren se te cae la baba. Reacciona chica.

Intimidaba un poco la verdad. No había visto chicos así nunca. Se dió la vuelta para salir del baño y me fijé en su espalda, LA espalda. No dejemos ese detalle atrás.

¿Lauren quieres un babero?

Él salió y dejé salir una gran bocanada de aire que no sabía que tenía dentro -serán novios- pensé. Salí del baño y fuí en busca de Alex.

-¡Hey! ¿Dónde has estado? -le enseñé mi mano- ¡¿Lauren?! -me agarró suevemente de la muñeca y se quedó mirandome los cortes que habían por toda mi mano- ¿Cómo ha sido? ¿Te sigue doliendo? Dios mío, voy a por vendas, espérate aquí.

**

Al fín la fiesta acabó y ya estabamos recogiendo, Alex ya había terminado de vendarme la mano y yo le conté lo sucedido y el por qué de mis cortes.

Salieron todos y yo me quedé la última, encargándome de cerrar el local, miré la hora; las cuatro y veinte de la mañana buenas horas. Apagué las luces, cerré la puerta y me dirigía a cruzar a la otra acera cuando me fijé en dos personas que estaban dándose el lote debajo de una farola. Me fijé bien y descubrí a la chica de antes y a un chico, pero este no era el rubio del baño, este tenía el pelo castaño y no vestía igual.

Pues dos cosas, la chica esta es muy puta o me da que no eran novios eh.

Ignoré la escena y seguí andando en dirección a mi casa. Tardé pero finalemnte llegué, cansadísima y con dolor de mano pero llegué. Fuera la hora que fuera me metí en la ducha y rápidamente me duche y sequé el pelo. Me metí en la cama y caí rendida en ella.

A la mañana siguiente, cuando bajé a la cocina a desayunar, había un cartel en la nevera. La leí:

"Lauren, David y yo estamos de viaje. No estaremos en casa durante un tiempo indefinido, le ha surgido una oportunidad en el extranjero que no puede desaprovechar. Cuídate"

La dejé en su sitio. Automaticamente pesé en David y en lo mal que me cae. No sé cómo mi madre puede estar con él. Y encima de viaje. ¿Y durante un tiempo indefinido?

¿Qué? 

Ya te puedes ir haciendo a la idea de que estarás sola en esta casa durante una temporadita.


¡Buenas!

Perdón, perdón y perdón por no subir antes. Aquí os dejo este capítulo, sé que no es mucho pero espero subir pronto y ahora sí que en serio.

Deal » n. hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora