Cada noche al ir a dormir, Rocio acostumbraba a conversar con su madre por algunos minutos sobre el día que ya finalizaba. Se reían, bromeaban, se contaban secretos y típicas cosas de madre e hija. A la hora de despedirse, su madre apagaba la luz, le cerraba la puerta y Rocio le gritaba que tuviera una agradable noche, pero nunca recibía respuesta. Hasta que un día si obtuvo una respuesta. Una voz bastante gastada y ronca le contestaba: "Dulces sueños", con un susurro que se alcanzó a oir en toda su habitación, y Rocio logró reconocer que venía de su armario. Llena de miedo, se cubrió hasta la cabeza con sus tapados de la cama, cerró los ojos e intentó relajarse y se quedó quieta intentando escucharlo denuevo, hasta que se durmió. Rocio al otro día le comento a su madre, sin recibir la atención y una clara respuesta de ella, así que decidió por su propia cuenta ir a ver de que se trataba esa extraña voz que tanto la asustó. No encontro nada sospechoso, y no dejaba de pensar en esa voz de la noche anterior. Llegada la noche del presente día, Rocio fue a su cama, pero su madre estaba ocupada y no fue a verla, así que Rocio se quedó leyendo una pequeña novela. Una vez que se aburrió de leerla, apagó la luz, cerró su puerta y trató de dormir. No pasaron ni veinte segundo, y escuchó la misma voz de la noche anterior diciendo: "Te veo, Rocio, te veo...". Llena de miedo miró por toda su pieza, asustada y sentada en la cama sin poder hablar ni moverse, comenzo a llorar. Su armario se abrió delicadamente, dejando salir un frío que congelaba los huesos, y una especie de espectro gaseoso rondaba su cama, y sintió como algo se metía a su cuerpo, un raro espíritu maligno. Luego de esto, Rocio fuera de si misma, manipulada por el espíritu, se levantó rápidamente de la cama, salió de su habitación y fue a la cocina, en busca de un cuchillo, luego de esto buscó a su madre, a su padre y a su hermano. Una vez que los encontró, dormidos en sus habitaciones, los apuñaló repetidas veces en todo su cuerpo hasta causarles la muerte, luego tomó un papel, y con la misma sangre dejó un mensaje para cualquiera que llegara a la casa: "El infierno los espera,malditos". Finalizada su nota en el papel lleno de sangre, se causó la muerte, enterrando el cuchillo en sus ojos y cortándose el cuello.
ESTÁS LEYENDO
Dulces sueños.
HorrorSi has oido susurros cuando te duermes, y te sientes acompañado durante las noches, no te levantes a ver que es... algo puede salir mal. Una pequeña historia sobre una mala noche para una niña.