¡Huye! Victoria [Editando•]

CAPITULO 2: Puedo correr..., puedo volar

La cara de Paulette cambio de un estado a otro, la sonrisa que tenía desapareció y me miro de reojo.

-¿Acaso no oyes vieja?- Grito una chica que estaba detrás de Jhon la cual aún no reconocía su rostro. -Te pregunto que donde esta- alzo la voz.

-No se de que hablas- dijo Paulette-

-Bueno no nos dejas otra opción-dijo Jhon -Revisen la biblioteca.

Al terminar de oir esa "discusión" pude ver que Paulette me miro y alzo sus manos señalandolos, haciendo que me asomara por una abertura que estaba por el librero, así pude percatarme de cuantos eran el ese grupo, en total pude contar ocho jóvenes así me pude dar cuenta que todos ellos eran mis antiguos compañeros de la escuela.

Comenzaron a "buscarme" debajo de las mesas y algunos entraron a los pasillos, ahí fue cuando entre en pánico. Trate de bajarme de la silla sin hacer ruido ya que esta era un poco vieja y sus patas de metal rechinaban mucho; pero fue inútil, ya que rechina más de lo que debía.

-¿Qué fue eso?- grito Johana, una animadora de la escuela que iba con Jhon.

-¡Fue en ese pasillo!-grito Jhon señalando donde me encontraba.

-psst psst- Escuche.

Ese sonido venia del mostrador, donde se encontraba Paulette, la mire y vi que me estaba señalando con su dedo una puerta detrás del pasillo.

No lo dude y camine de puntas hacia la puerta tomando mis cosas mientras los demás ya se acercaban a mí. Cuando iba a cerrar la puerta puede visualizar los ojos de Jhon mirándome con una mirada fría; literalmente ese momento ocurrió en camara lenta.

****

Estaba corriendo con todas mis fuerzas a punto de adrentarme al bosque mientras​ ellos seguían corriendo detrás de mí.

-No se detengan- dijo Jhon con una voz cortada.

-Bas ta- dijo otro chico. Y el sonido de las pisadas detrás de mí desapareció.

Mi respiración se estaba cortando y sentía que mi corazón se aceleraba, sabía que ya no me seguian pero me sentía bien, la adrenalina que se había acumulado en su cuerpo era bastante, pero satisfactoria, incluso note que una sonrisa se dibujaba en mi rostro.

Pare de correr cuando llegue al muelle, me detuve y note que mi cara estaba sonrojada por el cansancio, sonrojada pero feliz; si no me detuve en otro lado cuando ellos ya se habían cansado era porque, me estaba dejando llevar, llego un momento en el que ya no tenía control de mis piernas.

Estire mis manos y las lleve a mi cabeza para pasarlas por mi cabello; me senté en la orilla del muelle y saque mi teléfono de la mochila para ver la hora _6:43_ ; suspire y note que era el momento de abrir el sobre que Paulette me había dado.

Cuando saque la carta del sobre decía lo siguiente:

PENNSYLVANIA ACADEMY OF THE FINE ARTS

FILADELFIA E.U PENSILVANIA

La PAFA ha recibido su solicitud de admisión hasta las ofinas correspondientes, con esto los directivos llegamos a la conclusión de que usted, señorita Richardson nos haga el honor de pertenecer a nuestra escuela debido a su impecable talento. Si desea comenzar las clases la esperamos cuanto antes. Si decide integrarse con nosotros envie un correo diciendo que acepta, al hacer esto, de inmediato le enviaremos la dirección para que se presente al día siguiente en las instalaciones del campus con su solicitud de inscripción.

ATENTAMENTE: DIRECCIÓN PAFA

Trague saliva; no creía que me habían aceptado en la Universidad PAFA, era mi sueño de hace años. Aunque me emocionaba me había dado cuenta de que ya era tarde, bueno, ya había oscurecido. Tome la carta y la guarde en mi mochila, tome esta y contemple por un momento el muelle. Estaba solo y silencioso justo lo que necesitaba desde hace tiempo... tranquilidad, supongo que no era lo único que necesitaba yo, si no todos a mi al rededor que se estaban agobiando del drama de la situación en la que "había involucrado" al pueblo.

El cielo había oscurecido y las estrellas habían empezado a salir, creo que me había tardado mas de lo que había pensado aunque en realidad no importa. Tuve que entrar al bosque para regresar a casa, ya estaba muy oscuro y el bosque es uno de los lugares mas solos de Coupeville por eso no me preocupo, definitivamente nadie va allí.

Sonó mi teléfono.

Vi la pantalla y note que era un número desconocido, suspire.

-¿Hola?

-A partir de ahora todo cambiara- no podía distinguir la voz, ya que estaba distorsionada.

-¿Disculpa?- mi voz se cortaba.

-Si yo fuera tu me fijaría por donde ando- la voz se alejaba.

-¿Quien demonios eres?- mi voz empezaba a sonar histérica -¡¿Que carajos quieres?!.

-Advertida estas- cinco segundos de silencio para que colgara.

Comencé a mirar a mi al rededor para ver si no había nadie;aún no procesaba lo que acababa de pasar, es más no sabía si en verdad había pasado. Comencé a correr hasta llegar a un lugar con luz, lo más cercano era el callejón Francio el cual no estaba tan vació, aún tenía unos negocios abiertos. Ni loca pensaba entrar a alguno pero por lo menos ya no estaba "sola".

Faltaba cerca de unas dos cuadras para llegar a casa.

******

Al llegar a casa note que Rose aún no había llegado, era extraño pues no se pasaba mas de una hora fuera de casa. Subí a mi habitación a valorar las distintas posibilidades sobre lo que haría, pues esa carta significarían varios cambios; fueran buenos o malos. Estaba segura de una cosa, que este era mi pase de salida para iniciar de nuevo, pero lo que tenía que valorar era lo que tendría que decir para que Rose me dejara ir, aunque sabía que iría aprobara o no que me fuera:

1.-Decirle la verdad y esperar su respuesta (lo más lógico)

2.-Dejarle una carta  (de todas maneras ni lo notaria)

Definitivamente no soy buena tomando decisiones; sabía que lo mejor era tratar de hablar; no, no hablaría con ella, nunca le importo lo que hiciera, si por mucho solo me despediría de ella pero no esperaría más, era irme ahora y ser libre, o esperar y no hacer nada para siempre. Me levante de la cama y me dirigí a mi escritorio, encendí la computadora y envie un correo a la universidad aceptando ir. Me estire y fui a mi closet a sacar una maleta y comenze a guardar mis cosas, tecnicamente deje mi cuarto vació, escepto por algunas cosas; saque el dinero que había ahorrado por este tiempo (el cual estaba debajo de mi cama) y lo guarde en un bolso, estaba lista.  Se escucho la puerta abriéndose. Rose había llegado, suspire. Baje las escaleras con mi equipaje y vi a Rose de espaldas.

-Rose...- dije mientras ella colgaba su chaqueta en el armario de la sala-

-¿Qué quieres?- aún estaba de espaldas.

-Me llego la carta de la PAFA, entre- empeze a bajar la voz.

Me estaba ignorando, seguia de espaldas.

-Rose!!- la tome por el hombro e hice que volteara acercándola a mi -Me voy- comenze  a alzar la voz -Feliz?, me largo a Pensilvania, ahora no tendrás que fingir que no estoy, felicidades porque ya no estaré.

La solté y se tambaleo un poco.

-Puedes irte a China si quieres- tosió un poco -Pero lo que hiciste jamás desaparecerá.

Yo no lo hice Me dirigí a la puerta.

-Se que no puedo escapar del pasado, pero de lo que estoy segura es que puedo comenzar de nuevo- y sali de casa.

Esas fueron  las últimas palabras que Rose escucho salir de mi boca antes de que me fuera para siempre... o solo por ahora.