La segunda semana fue mucho más pesada que la anterior, los maestros mostraban su plan de estudio, avisaban las fechas próximas a la evaluación y advertían sobre un proyecto final que valdría un cuarenta por ciento de la calificación.
Rebecca guardó sus libros con cautela, el sol apenas estaba saliendo y hacía un poco de frío aún. Los pasillos estaban vacíos y silenciosos, el único que habitaba en ese momento era el conserje y temía que se le acercará por algún motivo.
Justo cuando se disponía a continuar vagando por los pasillos esperando el toque de entrada fue sorprendida por una cámara apuntando descaradamente su rostro.
Debía ser una broma y suplicó con todo su corazón para que lo fuera, sin embargo su voz gruesa y burlona atravesó su oído para golpearla con la cruda realidad.
— La asesina de hombres. — Pamela Martínez se encontraba de frente a ella.
Se encontraba muy molesta, la última vez que vio a Pamela en ese estado fue cuando cancelaron su famoso blog estudiantil.
En el mismo blog relato las inmensas ganas de venganza que sentía por Rebecca Quin y advertía con hacer su figura una burla.
— Tienes prohibido tomar un micrófono o tener una cámara a tu disposición dentro del instituto. — Citó las misma palabras que utilizó el director para cancelar el programa de noticias.
— Oh, realmente no son mías.
— ¿Cómo?
— A Charlotte Flair le encantan los programas informativos y estuvo muy encantada con nuestros proyectos. Las cámaras fueron obsequio de su parte y declaró oficialmente abierto el club de entrenamiento. — Rebecca simplemente no lo creía, el club de entretenimiento fue clausurado gracias a distintas quejas de parte del congreso estudiantil, aquel programa se mantenía a flote gracias a los rumores falsos y chismes inventados de su propia creadora e líder.
Y ahora con la noticia de que Charlotte había devuelto aquello que sólo causaba pánico e molestia en el alumnado, la rubia natural aumentaría más el odio generado por su posición.
— Así que por qué no me das una exclusiva. — Desafío Pamela. — ¿Quién será tu próxima víctima, Becky?
— ¿Quieres una exclusiva? Pues conmigo no la tendrás, tu programa entero es una basura y te aseguro que en una semana desaparece. — Rebecca se encontraba muy molesta y producto de su desesperación empujó violentamente al cámarografo.
Sin detenerse ante los gritos de amenazas que decía Pamela siguió su camino, había perdido la primera clase y el resto del día prometía ser peor.
[...]
Alexander se encontraba comiendo en los comedores, por lo regular el siempre llegaba temprano para apartar su lugar en los comedores, del lado izquierdo y derecho llegaban Daniel y Allen, por último corriendo tan de prisa llegó Rebecca.
— Es Pamela, nadie creen en sus mentiras. — Comentó Daniel al oír la alocada mañana que tuvo Rebecca. — Los últimos videos hechos por ella apenas superan las quinientas visitas.
— Preocuparse por ella es como preocuparse por una mosca, siempre estará molestando pero jamás te hará nada. — Siguió Allen y con ello soltaron una carcajada.
Todos continuaron comiendo pero justo cuando Becky planeaba lanzar un famoso juego de palabras, su celular comenzó a vibrar.
No era normal, todos al mismo tiempo recibían una notificación y no hablamos de su grupo, toda la escuela parecía recibir lo mismo.
"Becky Lynch más loca que nunca y amenaza con romper los pocos corazones disponibles que quedan."
Todos quedaron en silencio, aquello había sido muy rápido y muy dentro de su ser agradecía por ser la primera noticia del nuevo ciclo escolar.
¿Sentirse avergonzada? Jamás. ¿Sentir pena? Solamente por los muchachos que creyeron tener una oportunidad con ella. No sentía culpa alguna por simplemente ser sincera y aunque cometió errores al usarlos para su propio beneficio, era su instinto y no se disculparía por reaccionar.
— Descuida, puedo tumbar su página en un abrir y cerrar de ojos. — Comentó Daniel apretando su hombro.
No pasó ningún segundo cuando otra actualización llegó a su celular.
"Daniel Bryan embaraza a una chica de primer semestre y la obliga a abortar."
Parecía una típica revista amarillista con títulos que provocaban curiosidad y confusión.
Daniel se enrojecio y trató de esconder su rostro entre sus libros, todas las miradas iban directo a su mesa.
— ¡Pamela! — Gritó Allen muy molesto pero al instante que intentaba localizarla otra nueva actualización fue lanzada.
"Allen Jones acostándose con la intendente."
Era una declaración de guerra.
— Nos atacan. — Mencionó Allen tirándose en su lugar con decepción.
— Y al parecer no se encuentra sola. — Alexander señaló hacía la fortaleza de Charlotte, quien soltó una fuerte y larga carcajada con su celular en la mano, Rebecca se sintió culpable por que al oírla reír sintió inmensas ganas de hacerlo.
N/A:
la trama va en proceso y les pido compasión si voy un poco lento.
quiero agradecer a todos lo que tomaron de su valioso tiempo leer, votar o comentar esta pequeña historia, muchas gracias y mi eterno amor hacía ustedes. 💚
