Único capítulo

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Todo había valido la pena; durante casi un mes Kim Tae Hyung tuvo que esperar para poder ver la película de "Hotel Transilvania 2" con sus amigos, ya que, por la escuela, ninguno tenía tiempo libre y debieron esperar al puente del dos de noviembre que les darían, para poder salir el viernes en la noche, dejando así los deberes para después; y realmente había valido esperar. Todos se la pasaron bien ese día: antes de ir al cine, todos decidieron salir a pasear a una plaza comercial; la película resultó bastante cómica, al igual que su precuela; pudieron librarse del estrés de los exámenes y las tareas al menos por unas horas y podían regresar a su casa tranquilos porque tendrían más tiempo para hacer sus trabajos pendientes de tal manera que ese rato de diversión no les afectara.

Cuando todo terminó y las luces se encendieron de nuevo, cada uno debía regresar a su casa, hubiera sido genial para todos poder seguirse divirtiendo, pero algunos ya no tenían mucho dinero y otros tenían una hora límite, muy cercana, para llegar a sus hogares. Debido a que Tae Hyung se iría solo en taxi y tenía ganas de ir al baño, se despidió de sus amigos y se fue solo a saciar sus necesidades. Al entrar al blanco lugar, vio que ya había ahí otro muchacho lavándose las manos, era de su misma altura, bien parecido, tenía puestas una gorra y una chaqueta azul, lo conocía, al menos de vista, era Jeon Jung Kook, otro estudiante de su escuela. El chico pasó de largo sin prestarle mucha atención a Tae, sacudiendo sus manos para secarlas y dirigiéndose a los mingitorios para hacer lo suyo; a V, como le decían sus amigos, realmente no le importaba mucho eso, nunca había tenido interés alguno en ser amigo del muchacho, y no iba a comenzar en un sanitario. Simplemente hizo lo mismo que el chico y se dirigió a lavarse las manos para poder al fin cumplir con sus necesidades.

Cuando se hubo secado las manos con el secador, se dirigió hacia donde había ido Jung Kook antes, pero no se percató de un pequeño detalle en el piso: el agua que había regado el otro al sacudir sus manos. De tal modo que se resbaló y casi cayó de cara al suelo, pero por suerte logró asirse de algo.

- ¿Qué te pasa, pervertido? - Lamentablemente se había agarrado de lo peor posible, el brazo de Jung Kook; y no sólo eso, su cara había quedado a pocos centímetros de su cintura, muy cerca un trozo muy grande de carne.

- Lo, lo siento - fue lo único que alcanzó a decir antes de caer hacia atrás de sentón, aunque realmente no había sido su culpa. Debido a lo que había estado a pocos centímetros de su rostro, el joven castaño había quedado en shock: no todos los días se veía algo de ese tamaño tan de cerca. Además, estaba completamente apenado, en ese momento comenzó a ponerse rojo y a desear mejor haberse caído contra el suelo.

- ¿Lo sientes? - El joven pelinegro estaba enfadado - ¿Qué?, ¿ahora dirás que fue un accidente?

- ¡Sí, así fue! - se defendió V - Yo me caí cuando..., cuando..., ¿podrías guardar eso, por favor? - Después de lo ocurrido, Jung Kook confrontó al otro directamente sin guardar su miembro que colgaba de un lado a otro mientras su dueño se movía. Mientras tanto, V intentaba desviar la mirada, pero al mismo tiempo no podía dejar de observar de reojo.

- ¿Qué?, ¿no te gusta lo que ves? - El pelinegro miró un instante su trozo de carne y luego volvió a ver al castaño, y entonces se dio cuenta de que tenía un leve sonrojo en sus mejillas - ¿O es que te gusta demasiado?

- ¡No, yo no...!

- ¡Ah, ya sé quién eres! Eres el pervertido de la escuela, el que espía a otros en los baños, ¡Kim Ja Tae V! - Eso no podía ponerse peor. En la escuela, el año anterior, en cierta ocasión, hubo un malentendido por culpa de un amigo suyo en un baño de la institución: mientras orinaban, el amigo de Tae Hyung le dijo que creía que le había salido algo raro en su miembro, el castaño, impulsivamente, volteó a mirar lo que el otro le decía, ganándose un grito de "no mires, pervertido"; ambos rieron y el incidente no hubiera pasado de ahí, de no ser porque otros chicos que habían estado presentes comenzaron a difundir rumores sobre lo ocurrido; su amigo desmintió los rumores y le pidió disculpas a V por lo ocurrido, pero aún había algunas personas que lo tachaban de pervertido y le ponían apodos, entre ellos un tonto juego de palabras hecho con su nombre y el apodo que ya tenía.

Delicioso malentendidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora