愛(LOVE) ✦ KOOKMIN • OS

❛ＹＯＵ'ＲＥ ＳＯ ＢＥＡＵＴＩＦＵＬ, ＨＹＵＮＧ❜

Jungkook

Veía cómo los copos de nieve caían con suavidad sobre el suelo y se confundían entre el montón de ellos, tal y cómo nosotros entre todas las personas del mundo.

Era en verdad un espectáculo hipnotizante el cómo caían, mas yo sólo podía pensar en lo lindo que se vería mi hyung; con su chaqueta gigante sobre su menudo cuerpo, sus pequeñas manitos apenas asomándose por las mangas largas de este, y su diminuta nariz teñida de un lindo color rosado a causa del frío. Era simplemente la imágen más adorable del mundo entero.

De aquella imágen podrían mis ojos ser testigos, y dudo que pueda aguantar mis impulsos de celos con cualquiera que esté cerca del lugar.

Esperaba impetuoso la llegada de mi hyung, tenía miedo. Miedo de que le ocurriera algo, miedo de perderlo sin decirle aquellos sentimientos que en mí se encontraban desde hace mucho tiempo. Aquél sentimiento me mortificaba.

No podría soportar una vida sin ver esos ojos llenos de asombro y esperanza, aquellos labios esponjosos al igual que un algodón azúcar, aquél bello rostro del cuál sólo yo quería dueño. Poder apreciarlo todos los segundos que quisiera y guardar en mi memoria cada uno de sus detalles.

Loving can hurt,
loving can hurt sometimes,
but it's the only thing what I know

Mi tono comenzó a sonar y de inmediato corrí a contestarlo, sin pensar en la posibilidad de tropezar y caer, pues lo único que podía estar en mis pensamientos era mi hyung.

— ¿Sí?

— ¿Jungkookie...?

Escuché su melodiosa voz por el altavoz, ¿Acaso todo en él era perfecto?

— ¡Hyung! ¿Cómo estás? ¿Vienes llegando?
  
Jimin rió a causa de mi bombardeo de preguntas, su risa era tan adorable, me gustaría escucharla toda mi vida.

—Estoy cerca, muy cerca ¿Por qué no sales afuera?

Mi corazón comenzó a latir con rapidez, creí que este iba a salir corriendo en cualquier momento.

—Claro, salgo enseguida.

—Está bien~ te espero, Jungkookie.

Corté el celular en seguida y corrí a mi habitación por una chaqueta o cualquier cosa para evitar el frío, poco me importaba el qué ponerme, sólo quería salir rápido y ver a mi hyung.

—Maldición, ¿Dondé la dejé? —gruní.

No encontraba mi chaqueta, no sé dónde la dejé.

—Ah, aquí estabas—le hablé a mi chaqueta.

Definitivamente me estaba volviendo loco, de tanto tiempo viviendo solo.

Bajé corriendo a la velocidad de la luz, no sé cómo no caí. Sin importar nada saqué mis llaves y salí de inmediato.

Miré a todos lados esperando ver aquél cabello anaranjado, nada. Me sentía engañado. Suspire derrotado rumbo de nuevo a mi aburrido, pero lindo, hogar, hasta que sentí una pequeñas y suaves manos tapar mi campo de visión. Reconocería aquellas manos en cualquier tiempo y lugar.

— ¿Quién soy?

Esa voz confirmó mi sospecha. Era aguda, pero no tanto, y era sin duda lo más tranquilizante que haya escuchado en toda mi vida.