Prologo

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La magia son engaños tintados de belleza...

Siempre apareciendo y desapareciendo a su antojo...

Siempre dando algo... Siempre llevándose algo...

Momentos y apariciones sin explicación...

Milagros o tragedias implícitas en actos irrevocables...

Por eso la aman...

Por eso la temen...

Por eso la anhelan...

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El mundo conocido cambió, de forma rápida, inesperada, inconsistente, y extraña, el sentido común se perdió y la locura tomó su lugar. La gente sufrió, y después se regocijo... Pues todo cambio, al final es bueno...

La magia había arrasado con todo, llevándose los nombres de las cosas, de las personas... Dejando en su lugar un nuevo comienzo, con retazos del anterior.

El mundo estaba dividido por un abismo, el mar se había teñido de verde esmeralda y llenado de miles de especies nuevas, la tierra cambio, y el tiempo mismo se sintió extraño, hasta que la civilización pudo volver a aparecer en un ambiente de ahora tres grandes continentes.

El más grande, Rilus, dentro de sí contaba con siete países, todos diferentes, todos llenos de fuerza... Todos llenos de vida...

Althus, un reino de seres nocturnos al ser carente de sol, un país que en antaño era guiado por un rey vampiro, que poco después fue consumido por sus ambiciones y término maldiciendo el castillo que antes era su hogar, para que nunca se alzara un nuevo rey.

Lion, el país de las bestias, un mundo de bosques y selvas con ciudades que se dividían según las capacidades, desde metrópolis en claros de jungla hasta poblados en las copas de los árboles.

Ristefal, hadas y elfos tomaron ese reino, volviendo un lugar santo para las demás especies, con ciudades de cristal y oro, cubiertos por una pared de flora mágica y muros de luz, dividida en pueblos y una gran capital que destacaba como un diamante a la luz.

Syl, reino de los humanos que rechazaron a los demás, grandes metrópolis de metal y hechicería, jerarquías de reyes y reinas que manipulaban las masas a gusto, con control sobre las artes místicas.

Valtum, lugar de ángeles y autoproclamados dioses, flotando en un arca celestial, tan majestuosa que se equipara a una leyenda, sus habitantes portadores de hermosas alas blancas cual copo de nieve y con un sentido de la paz superior al resto de sus emociones.

Crylt, el país de los dragones, reino de magma y fuego, con valles verdes jade que se muestran como las joyas del mundo, con montañas esculpidas por llamas creando así imponentes estructuras que protegen las fronteras y el centro del reino.

Y Falsalis, el hogar de las pesadillas y los miedos, habitad natural de los demonios, abismos oscuros y desolados, cuya única guía y visión se proporcionaba por un sol negro azabache y su cielo de un perpetuo rojo sangrante.

Los siete viven en paz, armonía, pues todos saben que no hay nada que quieran tomar del otro y que su existencia está bien... O eso es lo que aparentan.

El mundo nuevamente se mueve, nuevamente comienzan historias, las primera dignas de contarse, pues los héroes están sobrevalorados a la larga... Y los villanos, no son siempre de la misma forma.

Porque los ganadores escriben la historia...

Y los perdedores están forzados a vivirla...

Por lo que la historia, será escrita una vez más.

Divine: Lost ParadiseWhere stories live. Discover now