Seis meses después…
—No puedo creer como terminé aceptando esto. —me quejé, solo logrando que Thom se riera más aún.
Era sorprendente como una persona podía convertirse en alguien tan especial para ti, en apenas solo meses. En medio de la tormenta que era mi vida, él aparecía y lograba despejarla. Me había sacado de lo más profundo, y Jordan era consciente de eso—razón por la que está encantado con el hombre.
—En realidad, no lo hiciste. —se rió. —Y si no cumples el castigo, hoy dormirás con mi hermana.
Lo odiaba. Bueno…solo a veces. Cuando lograba estafarme y hacerme cantar, porque él era capaz de inventar cualquier apuesta y el único castigo que él me ponía al final era cantar.
Mi voz había cambiado mucho, y no me refiero con el cambio que sufren los chicos en la pubertad, me refiero que antes cuando cantaba sonaba como un gato cuando le pisaban la cola. Ahora gracias a las clases improvisadas de canto de Thom—sí, el hombre lleva su guitarra a cualquier lado, a cualquier hora; sonaba decente por lo menos.
—Eso es cruel, Thom. —le di un manotazo en el hombro—No quiero dormir con tu hermana.
Su hermana era el completo significado de feminidad. Podría ganarle a Kendall en adicción a las compras. Dejando aparte también, que fácilmente podría ser elegida como Señorita Mundo. Dormir con ella, sería como tener una “fiesta de pijamas” donde nos pintaríamos las uñas, jugaríamos con el cabello de la otra, y hablaríamos de lo estúpido que son los hombres. No.
—Entonces…ya sabes que tienes que hacer—dijo Thom.
Comencé a cantar una de las estrofas de “Wrecking ball” de Miley Cyrus, y bueno obviamente Thom comenzó a acompañarme con los acordes de su guitarra acústica.
—Listo, ¿feliz?
—No, aun no. Pero si cantas otra podría pensarlo—me respondió. Él sabía que estaba a punto de tirarle una almohada en la cara, así que solo se quedó callado y no dijo nada más sobre las “clases de canto”—Solo por ser buena, puedes dormir conmigo hoy.
Recogí mis cuadernos del suelo, y me senté en el escritorio de su habitación. Empecé con Ciencias de la comunicación, mientras el terminaba de apuntar nuevas notas en su cuaderno de partituras o algo por el estilo.
Él y su hermana vivían en uno de los departamentos de la residencia, era como una residencia normal, solo que eran apartamentos más costos que las simples habitaciones, pero menos costosos que apartamento independiente. Me pasaba en su lugar, más de lo que me la pasaba en el departamento de Jordan. Pero a él no parecía molestarle mucho, le gustaba que pase tiempo con otras personas y que no me quedé encerrada en mi habitación.
Thom estudiaba Música, no era nada sorprendente aunque no lo conozcas, lo puedes adivinar. Siente algo por la música tan grande, que puedo decir que está enamorado de ella.
—Necesito detener esto—dije harta de ver tanto texto acumulado. —Tengo que regresar a casa.
—Pensé que dormirías conmigo esta noche. —comentó extrañado.
No es que me acostará con él, dormíamos en la misma cama, sí. La primera razón era porque su jodido sofá era muy incómodo, y la habitación de su hermana estaba sobrevalorada. La rutina comenzó el día que Jordan tenía un congreso en Europa, se fue en su jet privado sin dejarme las llaves del departamento. Nada inteligente, por cierto.
Thom le ofreció que me podía quedar con él, Jordan aceptó a regañadientes. Y a partir de eso, me he quedado a dormir con él más veces de las que puedo contar con los dedos de mis manos. Y Thom es un gran compañero de cuarto, no ronca, no babea y no se mueve en la cama. El problema era yo. La primera noche que pasé con él, tuve una pesadilla. Desperté gritando y llorando.
Thom no me dijo nada, solo enredó sus brazos alrededor de mi cuerpo, comenzó a acariciar mi cabeza suavemente y no se detuvo hasta que me quedé profundamente dormida. Le había contado absolutamente todo, los últimos dieciocho años de mi vida él los sabía.
Thom había sido mi salvavidas, porque sin él en este momento probablemente debería de estar ahogada.
—Jordan me mandó un mensaje, regresó Ana. Quiere tener otra “cena familiar”. —viré mis ojos, mientras él se levantaba de su cama.
—Te acompaño—me dijo, colgué mi bolso sobre mi hombro y salimos de su habitación.
—Hola chicos—saludo alegremente Carisa, la hermana de Thom, mientras jugaba con su cabello corto. — ¿Ya se van? ¿No te quedas a dormir, _____________?
—No, tengo algo que hacer. Adiós Carisa—me despedí de ella.
—Thomas tenemos algo de qué hablar, me he inscrito para…
—Mira que tiempo hace hoy, creo que deberíamos irnos ya __________, está a punto de empezar a nevar.—dijo empujándome hacia la puerta de salida.
—Estamos en mitad de verano, idiota. —gritó Carisa, al mismo tiempo que Thom cerró la puerta haciendo que su gritó se silenciara.
Thom se colocó sus lentes de sol, y cuando vi su sonrisa automáticamente una se marcó en mis labios. Pasó sus brazos por encima de mis hombros, y me quitó mi bolso, cargando todo el peso él solo.