Tu y Yo.

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Harry vio por la gran ventana del salón, donde leia tranquilo, a sus nietos jugando en los columpios del amplio patio de juegos. Cerca de ellos, uno de sus bisnietos creaba extrañas figuras en el arenero que, lejos de ser pequeño, parecia ser victima del particular arte que el pecoso Timothy era creador.

Esos momentos lo hacian inmensamente feliz. Su vida habia sido ajetreada así que disfrutaba mucho del merecido descanzo. Tanto sea para el como para su esposo Severus.
Pensar en el hombre de ojos negros lo llenaba de dicha, amando cada recuerdo sean estos malos o buenos. No podia dejar de pensar que había sido afortunado.

Mientras el anciano seguía observando a los niños jugar, en el piso superior su pareja leia a los demas infantes. Severus podía escuchar con facilidad a los padres de los niños arreglando el comedor para el almuerzo.
Hoy era el aniversario de Severus y Harry número 107.

Al ex director le entraba un orgullo enorme al rememorar los días al lado de su familia, los amaba mas que a nada. Los buenos y los malos momentos jamas los cambiaría, su vida logro tomar el rumbo que siempre quiso y estaba satisfecho.

Así que no fue algo inesperado que, esa mañana al despertar, ambos se sonrieran con un ligero asentimiento y con los ojos brillozos. Un lenguaje silencioso que no necesita nada más que una mirada cómplice.
Sabían lo que les aguardaría ese día y estaban preparados. Su última aventura juntos.

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Los platos estaban a rebozar de alimentos, los comensales charlaban animados, los pequeños alegres miraban de un lado al otro.
El gran comedor era ocupado por toda la familia Snape Potter, mas los amigos intimos de ambos y sus respectivas comitivas. Un desfile de etnias, colores de pelo y personalidades llenaba el ambiente de una dicha imposible de describir. La enorme pancarta, que rezaba Feliz 107 años de casados, relucia sobre la entrada al comedor.

La concurrencia estaba entusiasta, los regalos eran apilados en un rincón por los elfos que trabajaban muy contentos por la gran celebración.

Una vez que la comida dio paso al postre, los hijos mayores del matrimonio se levantaron para el brindis.

—Bueno mi gente, aguarden un poco así les dedicamos unas palabras a los homenajeados. —Shion el mayor de los gemelos primogénitos, de pecas y ojos negros.

—A estos locos que son nuestros amados padres...—Mael el gemelo sin pecas de Shion, bromista incansable no aguantó mucho para una de las suyas.

—Cuida tu boca, hermano. —Las carcajadas de todos no se hicieron esperar, la estricta Ornella (segunda en nacer) le reprendió recordandole a todos los tiempos en que eran pequeños y vivían peleando como buenos hermanos.

—Que lindo que después de tanto las cosas no cambien, verdad?—Kentin, el tercero de nacimiento, era el mas tranquilo pero su mirada fría de color esmeralda lograba apaciguar a los revoltosos.

—Sigues dando miedo...—la mas joven, y última hermana, respondia al nombre de Evelina y era la dulzura en persona.

—Lo sentimos, hermano.—Ornella y Mael jamás soportaban la mirada estoica del menor. Solo Severus le hacía frente.

—Bueno, como decía antes de la interrupción, unas palabras. —Shion se aclaro la garganta y tomo su copa—Queridos padres, es imposible describir con simples vocablos cuanto significan para nosotros. Su dedicación y amor, es insuperable., su apoyo y comprensión es inigualable. Jamás habrá hijos mas afortunados que nosotros, ni habrá mejores personas nunca. Sus consejos y ejemplo son tesoros, que hemos procurado trasladar a nuestra propia pogenie lo mejor que pudimos. Lo mucho que su presencia alegra la vida de todos los que estamos aquí reunidos hoy, es infinita. Sin embargo, ha llegado el momento para el cuál es inútil prepararse: el último día.

—Más no hay lugar para lágrimas, ya que el amor que nos une no podra ser borrado jamas. Y nos juntara, mas pronto que tarde, en la otra vida. Es un hermoso hasta pronto, lleno de calidez de quien se sabe tuvo una larga y próspera vida. Fue amado y lo seguirá siendo aún después de la partida. Recordados con una sonrisa por aquellos a los que llaman familia.

—Alcemos, entonces, las copas y brindemos-la solemne concurrencia alzo sus vasos, Severus y Harry con lágrimas en sus cansados ojos—Por que esta última gran aventura les sea grata.

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Aquella velada ya llevaba un par de horas finalizada. El matrimonio descansaba en el lecho con sus cinco hijos, Ronald, Draco, Hermione y Remus en la habitación. Acompañando los minutos restantes a la pareja, charlando en voz baja sobre cosas que habían vivido.

El instante cada vez estaba más cerca, se sentía en el aire. La tranquilidad de la gran mansión se extendía en todo su esplendor, mientras los niños y demas invitados dormian en sus cuartos., dejando al grupo en completa complicidad.

Las campanadas de la iglesia del pueblo cercano, añadiendo un toque ceremonioso al evento. Severus lo encontraba poético.

La noche del 22 de octubre murió para dar paso al 23, con la presencia de la Parca en aquella habitación elegante y amplía. Llevandose consigo a los magos ansianos que reposaban en la basta cama imperial. Brindando con su imponente presencia la calma en los esposos, dispuestos a tomar este nuevo camino a un muy merecido descanso.

Con la briza entrando por el gran ventanal del fondo, los hombres dejaron de respirar. Las palabras de los allegados se detuvieron, siendo reemplazadas por una solemne mirada hacia la cama. Unas pequeñas y rebeldes lágrimas escaparon de los ojos de Shion y de Remus, llenas de cálido amor, mientras la voz angélical de Ornella entonaba una suave melodía y las manos sudorosas de Mael buscaban las de su hermana Evelina. Ronald y Hermione se abrazaron buscando apoyo y Draco exhalo un suspiro.

Las almas se alzaron al vuelo, andando juntas un camino luminoso hacía un lugar desconocido pero ansiado. Con el amor brotando desde lo más profundo de sus corazones sabiéndose que jamás nunca serían separados.

**FIN**

La Última Gran Aventura -Snarry-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora