—¡Sans, tú, flojo! ¡Te dije que trataras bien a nuestra invitada! —el menor gruñó ante la risa de su hermano. No estaba nada contento, la última vez que fue a ver a Chara ella estaba inconsciente.
—sorry bro', sabes que ser sutil no es lo mío. y él se lo merecía —se encogió de hombros aún con el cubierto en mano. Estaba comiendo antes de que Papyrus llegara a gritarle.
—¡Es una chica, maldita sea Sans! —le lanzó las cadenas con las que la castaña estaba atada anteriormente—, ¡no puedes tratarla como a los demás!
—claro que puedo, ya lo estoy haciendo —sonrió—, ¿y es que acaso no recuerdas lo que te hizo? él es malo para ti, para todos.
—¡Que Chara no hizo nada! ¡la separaste de nosotros por una tontería! —siguió gritando, el mayor sólo atinó a quedarse dormido pese a tanto regaño.
Papyrus gruñó levemente y lo levantó de la mesa, odiaba cuando su hermano hacía eso. Ahora debía ir a cuidar de Chara, quien enfermó tras su falta de alimentos. No supo ni por qué confió en que su mayor la alimentaba, debió ir meses antes a revisarla pero no lo hizo.
Se sentía tan culpable, después de todo ella estaba ahí por pedido suyo, quería devuelta a su hermana mayor pero ella ya estaba atada a una familia poderosa. Por ello aprovechó la facilidad que tenían, muy pocas familias contaban con miembros mágicos; tanto ellos como los Dreemurr podían usar magia libremente, siendo descendientes directs de los magos que sellaron el monte Ebott hace años. Soltó un suspiro y dejó los platos en el lavabo, mandaría después a Sans para hacerse cargo de la limpieza de la cocina.
Él, de ahora en adelante, se encargaría de Chara.
Tomó el maletín que traía consigo, instrumentos que le servirían para jugar con los recuerdos de la castaña de ser necesario. Sólo lo usaría si ella se negaba a quererlo de nuevo.
—¿Chara? —abrió la puerta que anteriormente estaba con seguro, ella estaba sentada, ahora amarrada a la cama pero con la facilidad de moverse por ahí—, lo siento tanto Chara. No debí mandar a Sans para cuidarte, ahora lo haré yo. ¡Nos vamos a divertir a montones, justo como antes!
—Papyrus… , quiero al menos ir al entierro de mi familia —le miró suplicante, sabía que aquello podía funcionar. Sin embargo el albino negó con una tierna sonrisa.
—Ellos no son tu familia, Chara. ¡Lo somos nosotros! Papá estaba tan arrepentido de echarte de casa cuando le expliqué lo sucedido, ¡tenías razón! —se acercó para abrazarla—. ¡Papá entendió y salió como loco a buscarte tras haberle puesto al filo del cuchillo!
Una sonrisa de emoción.
Chara estaba más que asqueada por tal inocencia corrompida, negó inmediatamente el abrazo—. Papyrus, suéltame. Esto está mal, lo sabes, estás cometiendo la misma equivocación que Gaster.
—¿De qué hablas? —su sonrisa desapareció, dejando una mirada neutral—, yo no estoy cometiendo ningún error. Sólo estoy recuperando a mi hermana, ¿eso acaso es malo?
La de ojos corinto le miró asustada, el albino traía un objeto mágico en su mano. Papyrus captó el miedo y bajó su herramienta.
—No te asustes hermanita… ¡no te haré daño! ¡El gran Papyrus nunca te haría daño! Sólo te voy a ayudar, ¡y seremos felices como antes! —ahora la abrazó con fuerza, sintiendo la calidez que el cuerpo de la castaña le brindaba con temor.
—¿Por qué estás haciendo esto? Yo era feliz con ellos, con los Dreemurr. Tenía una familia, Papyrus, ustedes solo me separaron de ellos —jaló de sus nuevas ataduras—. Yo nunca seré feliz aquí.
—No hasta que el síndrome de Estocolmo nos ayude, o eso me explicó Sans —le dió una tierna sonrisa y se separó de ella—. ¡Te traeré algo de comer! Debes estar hambrienta, ¡me encargaré de traerte la mejor comida del mundo, sólo para ti! Y para Sans, claro.
Se retiró, estaba seguro de que Chara pronto los querría como antes. Aún si debía usar magia, o si era producto de algún síndrome extraño. No le importaba, no mientras tuviera de regreso a aquella chica que confió en él y ayudó en la situación del canino. La quería mucho, igual que a su hermano pues ambos convivían en el mismo terreno. Con el mismo trabajo. Con la misma sangre en sus manos.
Sí, él ayudó en la masacre de los Dreemurr. Disfrutó de los gritos llenos de furia por parte del padre, de las lágrimas de sufrimiento por parte de la madre y de los llantos llenos de rabia de parte del hijo biológico, añorando volver a ver a su hermana. Papyrus se encargó del último, se encargó de hacerle saber que Chara era sumamente de ellos y que nunca sería de nadie más.
Sólo de ellos.
¿Obsesión? No, eso era llegar a demasiado según él. Él lo consideraba solamente un cariño puro. Después de todo, Sans lo apoyaría siempre y no dudó en cumplirle aquel capricho. Lo merecía tras tantos años de sufrimiento en los que la buscaba, finalmente la hallaron cuando acompañaba a Asriel de compras. Ella parecía tan feliz…
… pero Papyrus sabía que nada eso era cierto, sabía que su hermana fingía al no poder librarse del control de esa poderosa familia. Él sólo la ayudó, o eso pensaba. Miró la hora, ya había tardado demasiado en preparar su delicioso espagueti y seguro su hermana estaba hambrienta.
Primero llamó a la puerta del mayor, quien recibió su plato gustoso. Le gustaba la comida casera del menor, aunque él cocinara mejor pues Papyrus aún estaba aprendiendo.
Después fue directamente al sótano, no debía hacer esperar a su padre, sonrió antes de lanzarle la comida tal cual perro. Los muertos no pueden comer, sin embargo no se debía desperdiciar nada de su delicioso platillo, y estaba seguro de que Gaster amaría que le prestara atención.
Finalmente llegó al cuarto de su hermana, ella sólo le miró hambrienta. Sonrió gustoso antes de comenzar a alimentarla, aún cuando Chara le reclamaba de vez en cuando por el sabor.
Ahora sólo debía esperar a que la cordura de su hermana se quebrara. Esperaría lo necesario, después de todo, ya había soportado diez años.
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Sister [Chara]
FanfictionSu única actividad "divertida" es escuchar las disputas entre sus llamados «secuestradores». Chara creyó conocer bien a uno: Sans, aquel que fue su mejor amigo. Es exactamente ese mismo "mejor amigo" que terminó siendo el que ayudó a llevarla a esta...